La naturaleza, la historia y la gastronomía son motivos suficientes para desplazarse y disfrutar de unas navidades diferentes. Igual que lo es, la búsqueda de espacios diferentes, poco masificados y en donde encontrar la paz y la tranquilidad necesarios en unos días de desconexión. Aquí te lanzamos tres alternativas de viajes por España para que disfrutes de una escapada diferente en estas fechas.
Aires rurales en la España Vacía
Naturaleza, aire puro, senderismo y tardes delante de una chimenea, esa es una de las alternativas para despedir el año en medio de la España Vacía, concretamente en Molinos de Duero. Este pueblo soriano, localizado en una de las mayores extensiones de pino albar y robles de España y de Europa, propone unos días tranquilos en donde pasar unos días en calma dejando atrás las prisas de la ciudad.
Con no más de 200 habitantes este pueblo propone un turismo histórico y cultural en sus alrededores y es que durante siglos Molinos de Duero fue el enclave de carretería más importante del país. En un paseo por la villa y sus alrededores se pueden ver las numerosas mansiones de piedra como la Real Posada de la Mesta, además de la Iglesia Parroquial de San Martín de Tours, una de las dos iglesias góticas que existen en esta provincia marcada por el románico. Desde allí se pueden hacer diversas excursiones a los alrededores como el Cañón del Río Lobos o la visita a la Laguna Negra, además de comer en uno de los restaurantes con Estrella Michelin de la zona, La Lobita, en Navaleno, donde las setas y la trufa son los reyes de su menú degustación. Entre las opciones para alojarse, se encuentra el hotel Duruelo Mountain Suites, un alojamiento boutique en plena Sierra del Urbión que ofrece una experiencia exclusiva en medio de la naturaleza y en uno de los pueblos más bonitos de la llamada zona de Pinares.
© Duruelo Mountain Suites
Alojarse en el hotel más pequeño del mundo
Los que tengan en mente hacer una escapada del frío invernal de la Península, encontrarán su hueco en las Islas Canarias, concretamente en El Hierro, una de las islas más desconocidas y fascinantes para cualquier turista. Conocida por ser una de las islas más pequeñas del archipiélago, y por ser una de las siete Reservas de la Biosfera de las Canarias, sus rincones están llenos de naturaleza y de magia. Es el lugar perfecto en el que practicar senderismo, bucear para descubrir la cantidad de pececitos que pueblan sus aguas, conocer sus tesoros geológicos y disfrutar de la cocina local.
Además, allí se encuentra un curioso alojamiento que, en el año 1989, fue reconocido en el Libro Guinness como el “hotel más pequeño del mundo”, el hotel Puntagrande. Una de sus particularidades es que está construido sobre una lengua de piedra lávica y rodeado por el océano Atlántico creando una espectacular ubicación que permite sentirse en el fin del mundo. El hotel, reconocido en 2018 como Bien de Interés Cultural, tiene tan solo 600 metros cuadrados y cinco habitaciones.
© Hotel Puntagrande
El primer amanecer del año
Disfrutar del primer amanecer del año puede ser uno de los motivos que te lleven hasta Menorca, una de las islas que vale la pena disfrutar en temporada baja, cuando las playas, los espacios naturales y el casco histórico son de los locales (y de aquellos pocos forasteros que se acercan hasta allí para disfrutarlo junto a ellos). Pasear por sus callecitas, disfrutando de sus palacetes son más que motivos suficientes para pasar unos días en la isla bonita. Además de ir a disfrutar del primer amanecer del año, que se puede observar desde Es Castell, el punto más oriental de la isla y de nuestro país.
Para alojarse, no hay duda, el hotel Alcaufar Vell —con el sello de Rusticae—, un alojamiento rural de lujo que sorprende a los visitantes por su antigua torre vigía y sus más de 100 hectáreas para pasear. Este hotel con encanto data del siglo XIV y las diferentes ampliaciones efectuadas a lo largo de los siglos la han convertido en una casa señorial de estilo neoclásico. Tiene la particularidad de que dentro del área del hotel puedes andar a un pequeña playa con un faro dentro de la misma finca.
© Hotel Alcaufar Vell
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