El casco antiguo de Oviedo es un laberinto de calles empedradas, plazas con encanto y casitas con arquitectura característica del norte con balcones de hierro forjado que reflejan el carácter histórico de la ciudad. A la belleza de sus calles, y a su historia, se suman numerosos monumentos y lugares de interés que recalcan la importancia cultural que tiene la ciudad. Ejemplo de ello es el Teatro Campoamor, conocido por ser la sede de la entrega de los Premios Princesa de Asturias, un evento que reúne anualmente a personalidades destacadas de la cultura, la ciencia y el deporte de todas las partes del mundo, habiendo posicionado la ciudad como uno de los puntos de parada obligada en Asturias. Sin embargo, Oviedo cuenta con muchos más secretos que ofrecer a los visitantes.
Pasear por el casco histórico
En un recorrido por el centro de la ciudad, uno de los monumentos más icónicos es, sin duda, la Catedral de San Salvador, un imponente templo de estilo gótico que convierte la plaza principal de la ciudad en una parada indispensable —especialmente para quienes realizan el Camino de Santiago—. Su magnificencia es un reflejo del esplendor religioso y arquitectónico de la ciudad cuando la ciudad se convirtió en la capital del Reino de Asturias gracias al rey Alfonso II el Casto.
La catedral, que comenzó a construirse en el siglo XIII y se completó en el siglo XVI, es famosa por su Cámara Santa, que alberga reliquias cristianas de gran importancia, incluyendo la Cruz de la Victoria y la Cruz de los Ángeles, símbolos de Asturias, además de su capilla barroca del Rey Casto, donde se encuentran las tumbas de varios monarcas asturianos.
Siguiendo con el recorrido por el casco histórico merece una parada la Plaza del Fontán, un pintoresco rincón rodeado de edificios históricos famoso por su mercado tradicional en el que se venden productos locales como quesos, embutidos y frutas frescas. La calle Uría es una de las principales arterias comerciales de la ciudad, sin embargo, su interés reside en que está flanqueada por elegantes edificios de estilo modernista y neoclásico que merecen una visita para admirar la arquitectura.
Otra joya arquitectónica es la Iglesia de San Julián de los Prados, también conocida como Santullano, un edificio prerrománico construido durante el reinado de Alfonso II que se ha convertido en uno de los ejemplos más importantes del arte asturiano. Sus frescos, que han sobrevivido al paso del tiempo, son considerados una obra maestra del arte altomedieval europeo.
Tampoco hay que dejar de pasara ver la fuente de Foncalada, un monumento de la época altomedieval que data del siglo IX declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por ser la única fuente de agua potable que se conserva de esa época en Europa.
De museo en museo
Los amantes de la historia y el arte encontrarán en Oviedo una amplia oferta de museos que ofrecen una visión profunda de la cultura asturiana y española siendo dos los más interesantes. El primero de ellos es el Museo Arqueológico de Asturias, situado en un antiguo convento benedictino, donde conocer la historia de Asturias desde la prehistoria hasta la Edad Media a través de su vasta colección de artefactos.
El segundo es una joya dentro del mundo del arte y la arquitectura, el Museo de Bellas Artes de Asturias. Y es que este museo, que se extiende a lo largo de varios edificios históricos, alberga una impresionante colección de obras de arte que van desde la Edad Media hasta el siglo XX. Entre sus artistas más destacados se encuentran El Greco, Goya, y Sorolla, así como una amplia representación de artistas asturianos.
La cocina de Oviedo, el indispensable de la visita
La gastronomía es otro de los grandes atractivos de Oviedo y el complemento perfecto a una escapada a la ciudad. La calle Gascona, conocida como el bulevar de la sidra, es el lugar perfecto para sumergirse en la cultura gastronómica asturiana empezando por una degustación de esta bebida tan característica de la zona.
La fabada asturiana es un guiso que tampoco puede faltar, igual que el cachopo y el queso Cabrales. Estos platos se pueden disfrutar en sus famosos chigres, así es como se llama a las tabernas tradicionales asturianas, o en una de las sidrerías más clásicas del Principado, Tierra Astur, donde sumergirse en el ambiente asturiano de lleno y probar algunos de sus platos más tradicionales.