Sin embargo, este viernes algo me ha llamado la atención. Hemos tenido a la Reina en un acto que a mí, si fuera ella, me haría mucha ilusión: la entrega de los Premios Reina Letizia 2015 del Patronato Sobre Discapacidad. Los galardones se han entregado en el Palacio de El Pardo y eso de dar a otros un premio con tu nombre, pues como que tiene su punto.
El caso es que me esperaba que Letizia fuera mejor de lo que ha ido ya que era una de las protagonistas de este acto al que iba sin marido. Esta humilde bloguera deseaba que el ‘efecto París’ hubiese durado un poquito más, pero no ha sido así.
Letizia ha vuelto a una de sus ‘tropecientas’ chaquetas de Felipe Varela, que tiene más años que Matusalén y que resulta anodina. La chaqueta es bonita, bien confeccionada y de buena calidad. Pero estoy deseosa de ver a la Reina con estrenos que no me dejen indiferente para mal o para bien. Nuestra Leti ha vuelto a apostar por una falda blanca, algo más vaporosa que la que llevó a la capital francesa, la susodicha chaqueta de Varela y un top en pico (horror este escote con chaqueta con solapas).
Vamos que solo se salvan los pendientes desmontables de perlas y los zapatos. En esta ocasión, como iba a tener las manos ocupadas entregando premios ha preferido dejar el bolso en Palacio.
Pero volvamos a su look beauty que me pongo a hablar de ‘trapos’ y me lío. Viendo las fotos y haciendo zoom veo que la melena de la Reina está un tanto despeinada. Fijaos que los rizos no los tiene muy marcados, como acostumbra, y queda raro con su largura y con un estilo tan clásico como el que ha llevado este viernes esa especie de maraña que hacen las ondas deshechas.
En una salida privada o con otro tipo de ropa más sofisticado le hubiera quedado mejor. Si seguís mi blog Let y Cia podréis comprobar que en otras ocasiones he criticado los tirabuzones muy marcados, pero en esta ocasión creo que hubieran sido un acierto.