La invasión de Ucrania está impactando en la economía mucho más de lo que el Gobierno admite en público. E, incluso, hay un trecho entre lo que reconocen Nadia Calviño y José Luis Escrivá y lo que está planteando Yolanda Díaz. Calviño habla de que "España es de los países menos expuestos a la guerra" y de que "es demasiado pronto para hacer una estimación de sus repercusiones macroeconómicas". En el mismo sentido se está pronunciando Escrivá, que ha llamado a no aventurarse a hacer previsiones dada la incertidumbre actual y ha negado cualquier efecto hasta el momento. De hecho, el Gobierno ha retrasado las medidas, que se aprobarán el 29 de marzo, cuando el resto de países ya las aplican desde hace días o semanas.
Sin embargo, Yolanda Díaz ha insistido en que “es evidente que esta crisis va a afectar en el PIB y en el empleo”. “Nos gustaría decirles que no, pero va a afectar”. “Hay que decir la verdad”.“La preocupación es enorme”, ha subrayado.
Pero es que la propia Díaz tiene datos de ERTE "muy impactantes". Según ha podido saber Vozpópuli, se trata de muy numerosas peticiones de ERTE que se están produciendo en los últimos días que no son todavía públicas y que Díaz recibe de primera mano y sobre las que muestra gran preocupación.
La información que maneja Díaz ya recoge los paros empresariales que se están produciendo en los últimos días por problemas de suministros. Y es que estos datos que maneja difieren de los que ha hecho públicos Escrivá, lo que se debe a que las cifras de ERTE que él ha dado con fecha de 15 de marzo recogen en realidad los ERTE solicitados o registrados con cerca de 15 días de antelación, en algunos casos, antes, mientras que Trabajo maneja datos diarios, aunque todavía no se incluyan en las estadísticas.
Los paros obligados de la actividad por el encarecimiento de la energía y los suministros por impacto de la invasión de Ucrania se han sumado desde el lunes a graves problemas por la huelga del transporte. La Organización Empresarial de Logística y Transporte de España (UNO) y la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) han denunciado "graves problemas en el funcionamiento de la cadena de suministro y alimentaria".
La industria láctea ha dicho verse obligada a suspender su actividad por el paro de los transportistas, según la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil). La patronal, que aglutina a más de 60 empresas del sector, asegura que la paralización supondrá la suspensión de la recogida de la leche en las explotaciones ganaderas desde este jueves y que pone en riesgo el abastecimiento de la leche y los lácteos.
El encarecimiento de la energía y los suministros ya ha llevado a algunas empresas a apagar sus hornos o reducir su producción a mínimos, con el impacto que esto supone en el empleo y la cadena de suministro. Ferroglobe ha detenido sus fábricas de Arteixo (Galicia), Boo (Cantabria) y Monzón (Huesca), y Acerinox paró su actividad en la planta de Algeciras el 8 de marzo y planteó en ERTE para 1.800 empleados.
En Asturias y País Vasco, Asturiana de Zinc ha activado su producción aprovechando las horas valle, mientras que Arcelor Mittal ha parado su planta en Sestao y ha puesto en ERTE a 220 trabajadores. Además del encarecimiento de la electricidad, cuando hay empresas que triplican su factura, se dificulta la llegada de suministros como el carbón, hierro, aluminio, níquel, paladio y acero.
La escasez de microchips ya no es el único problema de la industria automotriz, la Guerra de Ucrania ha traído consigo parones en la producción y movimientos por partes de las marcas, que ahora empiezan a verse afectadas por la falta de otro componente esencial para los vehículos: los cables, lo que ya afecta a varias marcas de coches.
En este escenario, José Luis Escrivá avanzó el miércoles un aumento de 146.000 ocupados en marzo y una subida de indefinidos que acacha a la reforma laboral. "No se ven los efectos (de la guerra). No se ve nada, se ven los efectos de la reforma laboral", apuntó.
Según los datos que proporcionó, los trabajadores en ERTE se mantienen más o menos estables, y representan el 0,6% de los afiliados. A mediados de marzo, estaban en un ERTE Covid un total de 85.750 trabajadores, casi 16.000 menos que al finalizar febrero (-15,7%), mientras que los afectados por un ERTE de causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP) sumaban 16.634, lo que supone 3.059 trabajadores más que a cierre de febrero.
Pese a este repunte, Escrivá trasladó que el número de trabajadores en ERTE ETOP se encuentra por debajo del nivel de diciembre y atribuyó el alza registrada hasta mediados de marzo a las restricciones en las cadenas de suministro en el sector del automóvil.
Mecanismo Red
En lo que concierne a los ERTE derivados de la pandemia, que finalizarán el próximo 31 de marzo, Escrivá recordó que las agencias de viajes son el sector más afectado con diferencia, con un 24,7% de sus afiliados en ERTE, por lo que el Consejo de Ministros procederá a activar antes de finales de mes el mecanismo RED para esta actividad a fin de que pueda entrar en funcionamiento a partir del 1 de abril.
Preguntado por si el Gobierno baraja activar el mecanismo RED para sectores económicos que pudieran verse afectados por la guerra en Ucrania, Escrivá indicó que no hay ahora mismo ningún sector que esté "significativamente afectado", aunque todo dependerá de la duración de la guerra y sus efectos.
"Sería muy precipitado adelantar esto. Las previsiones son todas muy inciertas. No tenemos ni idea de cuánto va a moverse el PIB y la inflación por alto niveles de incertidumbre que hay", apuntó el ministro, que insistió en que lo importante en esta situación es hacer un seguimiento "diario y estrecho" de la información que va llegando.