En tiempos con la economía en mínimos, los inversores o ahorradores buscan valor refugio. El oro ha sido tradicionalmente el activo más popular en este sentido, pero en los últimos años el bitcoin se ha posicionado como una alternativa tanto por los pequeños inversores como por fondos de inversión y empresas profesionalizadas en este sentido.

Si se analiza la evolución de ambos activos en los últimos cinco años el comportamiento del oro y el bitcoin ha sido positivo, pero en el caso de la moneda virtual su revalorización ha sido mucho mayor. Hace un lustro una onza de oro valía un total de 1.271 dólares. En el momento en el que se escribe esta información se puede comprar por 2.072 euros. Esto supone un crecimiento del 63%.

Por su parte, un bitcoin se compraba hace cinco años por 3.964 dólares. En la actualidad quien desee hacerse con una unidad de esta criptomoneda tiene que desembolsar 43.716 dólares.

Se encuentra relativamente cerca de su máximo histórico. En noviembre 2021 llegó a superar los 66.000 dólares. Se trata de un incremento de más del 1.000%.

El número de criptomonedas en todo el mundo asciende ya a más de 10.000. Todas se desarrollan a través de una tecnología denominada blockchain (cadena de bloques en español) que garantiza altos estándares de seguridad -la gran banca ya la usa- pero que no está libre de ser vulnerada.

Ojo al invertir en bitcoin

Así las cosas, el bitcoin es un activo no regulado. No está garantizado por los bancos centrales y son múltiples las advertencias que distintos organismos lanzan continuamente sobre las criptomonedas. Se trata de activos con una fluctuación muy alta. Se pone el acento en los riesgos que se corren de perder las inversiones si se apuesta por estos formatos a la hora de invertir.

"Su precio conlleva un alto componente especulativo que puede suponer incluso la pérdida total de la inversión", asegura la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el órgano responsable en nuestro país de regular los mercados, que añade que "los precios de las criptomonedas se forman en ausencia de mecanismos eficaces que impidan su manipulación, como los presentes en los mercados regulados de valores. En muchas ocasiones los precios se forman sin información pública que los respalde".

Desde IBE School aseguran que el número de criptomonedas en todo el mundo asciende ya a más de 10.000. Todas se desarrollan a través de una tecnología denominada blockchain (cadena de bloques en español) que garantiza altos estándares de seguridad -la gran banca ya la usa- pero que no está libre de ser vulnerada.

Así funciona la tecnología blockchain

Las redes blockchain están compuestas por diferentes equipos y servidores que se encargan de certificar cada operación para que esta sea real y fiable, y no se produzcan engaños. Para bajarlo al terreno, puede compararse -guardando las distancias- con el juego del parchís.

Durante las partidas de este clásico juego de mesa, todos los participantes están pendientes de lo que sucede en el tablero. En el momento que uno de los jugadores trata de hacer trampas (saltarse una casilla o comer fichas cuando no lo tiene permitido), siempre hay alguno de los participantes que da la señal de alarma, y se corrige la jugada.

Las redes blockchain hacen básicamente algo parecido. Cuando uno de los equipos quiere modificar cualquier dato, toda la red al completo se pone de acuerdo para validarla. Si no hay consenso, no va adelante. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando un usuario compra o vende sus bitcoins. Los sistemas anotarán el movimiento si es permitido y se tendrá en cuenta para siguientes operaciones. Por eso esta tecnología se denomina blockchain o cadena de bloques.

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