Economía

El Congreso pone en la diana al presidente de la CNMV por la falta de vigilancia en las preferentes

El presidente del supervisor ha empezado a contactar con todos los grupos parlamentarios para anticiparles la memoria anual con la que rendirá cuentas en el Congreso el próximo día 29. Dos son los reproches principales que se le hacen: haber mirado para otro lado en el escándalo de las preferentes, un producto que ha dejado entrampados a decenas de miles de ahorradores, y no haber frenado la sangría bursátil de Bankia el día de la dimisión de Rodrigo Rato.

  • El presidente de la CNMV, durante una de sus comparecencias en el Congreso.

Julio Segura dejará el sillón de Marqués de Villamagna el próximo 6 de octubre y hasta entonces va a procurar respetar todos los rituales que acompañan al cargo, incluida la presentación de la memoria anual ante el Congreso de los Diputados. Será, probablemente, su última comparecencia parlamentaria y la mayoría de los grupos políticos acumulan munición ante una tregua que ya les parece demasiado larga.

Bajo el patrocinio de Pedro Solbes, Segura llegó a la presidencia de la institución hace justamente cinco años prometiendo sosiego, lo contrario de lo que heredó del polémico Manuel Conthe tras una guerra sin cuartel que le enfrentó a Carlos Arenillas, amante del buen vino y de las cenas a mil euros con fondos de inversión cuando se ventilaba la opa sobre Endesa. Pero a ojos de los principales partidos, la tranquilidad anunciada se ha transformado en pasividad, en un laissez faire, laissez passer que ha pillado en las famosas preferentes, un híbrido entre acciones y renta fija, a decenas de miles de pequeños ahorradores sin cobertura del Fondo de Garantía de Depósitos y sin más desahogo que el que pudiera reportarles un sopapo el director de la sucursal que les vendió tan diabólico producto.

"En las participaciones preferentes, la CNMV hizo como quien mira para otro lado", asegura un alto dirigente del PP

“Segura autorizó el producto y el protocolo exigible a los bancos para comercializarlo, pero luego falló en la supervisión”, asegura un alto dirigente del PP. A fin de cuentas, si la CNMV no permitió a algunas entidades vender en red las cuotas participativas ya que muchas personas desconocían los riesgos que entrañaba esta modalidad de ahorro, lo mismo debería haber hecho con las preferentes, argumenta la misma fuente. “Y esto no lo hizo por falta de vigilancia, como quien mira para otro lado”, añade.

Lo que el presidente del supervisor ha expuesto hasta ahora en su defensa a los grupos que le han recriminado su dejadez ante el escándalo es que hizo todo lo que legalmente estaba en sus manos: obligar a bancos y cajas a informar por escrito a sus clientes de que podían perder todos sus ahorros y recoger luego todos los papelitos firmados para comprobar que ninguna entidad había comercializado el veneno de forma indebida. Balance de daños: cuatro expedientes todavía secretos y reconversión de 14.000 millones de euros de preferentes, de los 22.000 que bailaban en el mercado, en otro tipo de opciones de ahorro menos complejas.

Todos los grupos coinciden en que Segura debió suspender la cotización de Bankia cuando dimitió Rato

Los grupos parlamentarios piensan disparar también su munición contra Segura por la polémica gestión que la CNMV ha protagonizado en la crisis de Bankia. El pasado 7 de mayo, Rodrigo Rato presentaba su dimisión como presidente de la entidad y el supervisor no suspendió su cotización en Bolsa, donde se ha depreciado desde entonces cerca de un 25%. Los portavoces económicos de los principales grupos opinan que la CNMV debió reaccionar a tiempo ante un hecho tan relevante suspendiendo ese día la cotización. El supervisor traslada en su defensa a los grupos que esta medida solo hubiera estado justificada si desde Bankia se hubiera comunicado a la CNMV un hecho relevante vinculado, por ejemplo, a la intervención de la entidad, escenario que en todo caso estaba pendiente de verificarse en un consejo de administración convocado para tres días después de la dimisión de Rodrigo Rato.

Con estos contenciosos flotando en el ambiente, la despedida de Segura de la CNMV no será tan convulsa como la de Miguel Ángel Fernández Ordóñez en el Banco de España, pero en la escena parlamentaria tampoco se le rendirá un adiós idílico. Coincidiendo con su salida en octubre, el Gobierno encarará una amplia reforma de la institución que acarreará también la caída de Fernando Restoy como vicepresidente. Menos margen tendrá para renovar al resto del equipo de dirección, pues los mandatos de los tres consejeros que no son natos no vencen hasta 2014 y 2015.

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