Los empleados de la sanidad y la educación han sido algunos de los más perjudicados por los recortes aplicados por el Gobierno desde 2012 para cumplir con los objetivos de déficit. Ahora la situación ha cambiado: Bruselas ha dado hasta 2016 para rebajar hasta el 3% el desfase entre ingresos y gastos, se ha reducido la inflación, ha subido la competitividad y se ha desplomado hasta niveles de hace dos años y medio la prima de riesgo. El año que viene, el equipo económico tendrá que dejar el déficit en el 5,8% del PIB, desde el 6,3% con el que prevé cerrar 2013, y para ello necesita un ajuste de 5.000 millones de euros. Los Presupuestos aprobados este viernes revelan que casi 1.500 se extraerán del gasto de los ministerios, más de 2.000 millones del ahorro procedente del pago de intereses de la deuda y el resto del aumento de recaudación proveniente, sobre todo, del Impuesto sobre Sociedades, con un crecimiento previsto del 5,4%. El Gobierno no ve, pues, necesidad de nuevas sangrías en un año electoral como es 2014, con el examen de los comicios europeos previsto para mayo, antesala del que pasarán comunidades autónomas y ayuntamientos en 2015 y, posteriormente, de las legislativas.
Los 5.000 millones que el Gobierno necesita para corregir el déficit los sacará del gasto de los ministerios, del ahorro en los intereses de la deuda y del aumento de tributación de las grandes empresas
La voluntad del Gobierno de no pisar demasiados callos se refleja en que cuando aprobó el pasado junio el techo de gasto para 2014, previó un gasto disponible para los ministerios de 36.042 millones de euros, con una reducción del 0,7%, cantidad que este viernes ha quedado en 34.584 millones, con un 4,7% de rebaja respecto al ejercicio de 2013. Son casi 1.500 millones de ahorro extraordinario, que obligará a los diferentes departamentos a apretarse el cinturón más de lo previsto.
El otro paquete de ahorro saldrá de los intereses de la deuda. El Presupuesto inicial de 2013 reservó para esta partida 38.590 millones, pero la mejora de los mercados ha dado un balón de oxígeno a las arcas públicas que también se proyectará sobre los cálculos del año que viene, donde se ha guardado para el servicio de la deuda una partida de 36.590 millones que, posiblemente, quedará también sobrevalorada si la prima de riesgo continúa su corrección y el Tesoro puede emitir deuda cada vez a menores intereses.
Los ministerios tendrán que apretarse el cinturón más de lo previsto, pues el presupuesto que habían previsto para 2014 se ha visto rebajado en 1.500 millones
Por último, el Gobierno espera que los ingresos tributarios se comporten mejor que en 2013, sobre todo los ligados al Impuesto sobre Sociedades, ya que en la tributación de las grandes empresas se dejará notar la reforma que limitó las deducciones de los gastos financieros y eliminó la libertad de amortización, anticipando los pagos fraccionados.
El ahorro en estos capítulos, el mayor margen que el Gobierno ganó en Bruselas para reducir el déficit y el aumento de ingresos previsto para cuando se asiente la reactivación económica con el ensanchamiento de las bases fiscales, va a permitir, incluso, alguna que otra alegría presupuestaria para el año que viene de la que se beneficiarán las partidas destinadas a Investigación y Desarrollo, a becas, a cultura y a los planes de vivienda.
Las cuentas del año que viene se permiten algunas alegrías con la I+D+i, las becas, la cultura y los planes de vivienda
Sin recortes traumáticos y sin subidas de impuestos. Esta es la tarjeta de visita con la que el Gobierno ha presentado las cuentas estatales de 2014, atento a la cadena electoral que se avecina y también al nerviosismo detectado en los candidatos que se verán las caras con las urnas en los comicios de 2015, ejercicio en el que Hacienda sí que espera tener margen para una rebaja real de los impuestos.