España se encuentra con un grave problema con su sistema eléctrico. Las solicitudes de punto de acceso y conexión de demanda siguen incrementándose paulatinamente, ante el apetito de los inversores y empresas para llevar a cabo sus proyectos en nuestra geografía. Pero lejos de que esto pudiera considerarse una buena noticia, la realidad es otra.
Y es que, de los 67 gigavatios que se solicitaron para comenzar nuevos proyectos industriales, de centros de datos o de planes urbanísticos, el 49% de ellos fueron rechazados de acuerdo a los datos que maneja Aelec, la patronal de las principales eléctricas españolas.
Durante 2024, de acuerdo a los datos de la asociación, las peticiones totales alcanzaban los 67,1 GW. De ellos, 33,1 GW fueron rechazados, 27,8 GW están todavía en proceso de tramitación y en torno a 6,2 GW fueron concedidos.
Como se subrayaba anteriormente, el apetito inversor está creciendo y durante el año pasado se originó un crecimiento nunca visto, ascendiendo a cerca del 40 % del total de la potencia contratada actual (178 GW). No obstante, las solicitudes no atendidas se dispararon hasta el 49%, respecto al 35% del año anterior.
Con estos datos, la patronal calcula que la inversión perdida en proyectos industriales y de otra índole, como los anteriormente citados, se dispara hasta los 60.000 millones de euros, una cantidad que Aelec lamenta puesto que podría haber movido de manera notable la economía española en el presente y en el futuro.
España se ha convertido en un lugar idóneo para acometer inversiones en la Industria o en centro de datos gracias a su situación geográfica, su amplia generación de energías renovables o el bajo precio de la electricidad, por debajo de otros países europeos como es el caso de Francia o Alemania.
Con un contexto propicio, las principales distribuidoras de electricidad hacen hincapié en que se debe “desbloquear” dicha situación e insta al Gobierno a poder llegar a un acuerdo para liberar capacidad. A juicio de Aelec el sistema eléctrico podría encontrar fórmulas alternativas para que no se tumben tantos proyectos ante la imposibilidad de ofrecer energía a la Industria o los centros de datos.
Con este panorama, la patronal insinúa que España “perderá competitividad” ya que, a pesar de que haya ciertas ventajas (como las anteriormente citadas), los proyectos caerán en saco roto al ser denegadas las peticiones y acabarán en otros territorios europeos.
Así, para revertir la situación Endesa, Iberdrola o EDP abogan por varias medidas a corto y medio plazo. Entre ellas figuran la de favorecer un mayor aprovechamiento de la red existente y ordenar el procedimiento de solicitudes para identificar aquellas que corresponden a proyectos más maduros.
Además, se reclama fijar una una tasa de retribución financiera competitiva respecto a los escenarios que se están dando en Europa, para captar capital; y por un modelo regulatorio que incorpore la posibilidad de que transportistas y distribuidores hagan inversiones anticipatorias.
Problemas
Pero, ante esta situación se abre una cuestión: ¿por qué se hace imposible la gestión de la red eléctrica? Las fuentes consultadas apuntan a dos vías. La primera de ellas es que todas las solicitudes de proyectos no son reales puesto que una de las peticiones pueden presentarse en dos puntos geográficos diferentes. Es decir, un centro de datos que quiere instalarse en España manda la documentación pertinente para edificar el mismo emplazamiento en Huelva o en Barcelona.
El otro gran problema es calcular con exactitud la capacidad real. Es decir, que no todos los proyectos que se plantean son reales y cada uno de ellos demanda diferentes potencias que van desde los 5.000 MW hasta, por ejemplo, los 8.000. Con este escenario es posible que quede al descubierto mucha demanda, y que no se conectará.
Fuentes de Aelec admiten que se está trabajando tanto con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como con la CNMC y con Red Eléctrica, operador de la red de transporte, para tratar de acabar con esta problemática.
Por último, la patronal de las empresas eléctricas españolas recuerdan que se debería reforzar la inversión en redes. En la actualidad está fijada en unos 1.800 millones de euros al año, cuando la patronal europea Eurelectric habla de 4.300 millones, más del doble de los niveles actuales.
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