Ni una sola cifra y apenas un compromiso de diálogo con los sindicatos antes de que se tome una medida traumática. En esa generalidad se mueve el protocolo laboral de la fusión entre Santander y Banesto que ayer rubricaron los representantes sindicales de ambas entidades, tras poco más de una semana de negociación y apenas tres reuniones. En definitiva, Emilio Botín ha logrado un auténtico cheque en blanco para adelgazar la plantilla de Banesto.
En el texto que se acordó a última hora del lunes no se concreta ninguna de las medidas que afectarán a la plantilla de Banesto como consecuencia de la fusión con el Santander. No se detalla qué número de trabajadores saldrá de la entidad, cuando se iniciará el proceso ni las condiciones para quienes decidan acogerse a las bajas incentivadas o sean prejubilados. Además, el documento recoge que el Santander no tiene intención de promover despidos como parte del proceso de unión, aunque tampoco cierra por completo esa vía.
En ese caso, los sindicatos han arrancado el compromiso de que el Santander negociará con ellos antes de que se tome ninguna medida traumática. Además, el acuerdo apuesta por todas las medidas posibles para mantener el máximo nivel de empleo, refuerza las garantías del convenio colectivo "introduciendo garantías adicionales", que las bajas se realizarán mayoritariamente por bajas incentivadas y prejubilaciones, además de mantener las garantías sindicales de los delegados de Banesto hasta las próximas elecciones.
Los detalles del protocolo laboral de fusión apenas varían de la declaración de intenciones que comunicó el Santander el día que anunció la fusión con Banesto. Un cúmulo de generalidades que la entidad plasmó en el primer borrador que envió a los sindicatos la pasada semana.
Los detalles del protocolo laboral de fusión apenas varían de la declaración de intenciones que comunicó el Santander el día que anunció la fusión con Banesto
Los sindicatos aseguran que los destalles del proceso se irán desgranando en las reuniones de la comisión de seguimiento que se formalizará en las próximas semanas. Mientras tanto, la única cifra oficial que maneja la plantilla de Banesto es el cierre de 700 oficinas de todo el grupo, comunicada por el Santander el día que anunció la fusión con su filial.
Los cálculos no oficiales que se manejan internamente es que el proceso puede acarrear la salida de alrededor de 3.000 empleados en todo el grupo (1.000 en Banesto y 2.000 en Santander), que es la población de trabajadores en edad de prejubilación (55 años o más).
Esta falta de concreción de las medidas dispara la incertidumbre en la plantilla de la filial del Santander, a quien la dirección de Banesto ha pedido un esfuerzo extra de objetivos para el presente trimestre. "En este clima de negociación se ha pedido a los trabajadores que tienen que lograr que este trimestre sea el mejor en la historia del banco", explican fuentes sindicales.