Tres años antes de la entrada del euro en circulación, el expresidente del Banco Santander Emilio Botín ofreció al entonces responsable de Iniciativa por Cataluña, Joan Saura, más de 100 millones de pesetas si se retiraba como acusación particular en el caso de las cesiones de crédito. Con anterioridad, había conseguido por el mismo procedimiento que lo hiciera Ausbanc, ya pilotada por Luis Pineda.

La lista de imputados por presunta prevaricación administrativa relacionada con la Lista Falciani puede incluir en breve al ex director de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude, Juan Manuel Vera. La acusación, que cree que los directivos de la Agencia Tributaria impidieron el procesamiento penal de los defraudadores al “advertirles” y pedirles una declaración complementaria, prepara la ampliación de su demanda para incluir al ex directivo.

Es el interrogante del momento: ¿Conseguirá Mariano hacer olvidar tanta miseria moral como afecta a la derecha en el poder, para lograr un nuevo mandato? La respuesta bronca de una mayoría es "no", aunque habrá que dar tiempo al tiempo. La ventana abierta a 2015 muestra un panorama tan atroz de pasado como ilusionante en futuro. Y preocupante. Todo por decidir. Desde el miedo más irracional a la esperanza más infundada.

Lo que Ana Patricia Botín propugnaba como una duradera relación corporativa, hace apenas dos meses, se ha roto por la difícil relación personal que mantienen la presidenta del Santander y Javier Marín, fulminado este martes como consejero delegado. 

Acción, reacción. El futuro de la presidencia del Santander se despejó en apenas unas horas. Pero el fallecimiento de Emilio Botín deja otras muchas dudas en clave interna. Dentro de la familia y las relaciones de poder que se establecerán a partir de ahora. El devenir de la Fundación Botín, la más importante de España a nivel privado, también en busca de presidente, marcará las nuevas jeraquías en el clan familiar.  

El abrupto adiós de Botín le ha proporcionado la satisfacción de contemplar desde el más allá el espectáculo inigualable de todo un país rendido a sus pies, una auténtica y unánime explosión de jaboneo y pleitesía, una despedida con honores de Jefe de Estado, exaltación del panegírico imposible de explicar solo por la ruina económica de los medios y su dependencia de los amos del dinero.

El banquero ha fallecido esta madrugada en Madrid de un infarto. Su hija Ana Patricia le sucede al frente de la entidad. Heredero de la tradición financiera de su familia, presidía el Santander desde 1986. La capilla ardiente se instalará hoy mismo en la finca familiar de Puente San Miguel, en Cantabria.

Los cuatro consejeros ejecutivos del Santander son los únicos financieros afectados por la nueva limitación que establece que la retribución variable no puede superar el 100% de la parte fija. Matías Rodríguez Inciarte es el más castigado. Su variable en 2012 fue casi un millón de euros superior al sueldo fijo. Fainé, Medel o Mario Fernández no tienen complemento por objetivos.

La iniciativa de Botín colocando de nuevo a Rato, el más notorio de los caballeros de la tabla redonda de la derecha política española, en nómina del Santander, se ha convertido en perfecto ejemplo de esas “elites extractivas” a las que aluden Daron Acemoglu y James Robinson y su celebrado Why Nations Fail, una obra convertida ya en un clásico.

El presidente le prometió todo su apoyo público y jurídico entonces para darle un giro a la situación. Desde entonces y hasta su salida ayer del banco, Sáenz presentó su renuncia en alguna ocasión más, pero con menos firmeza. La salida de Sáenz se empezó a fraguar antes de la pasada Junta. La sintonía de Marín, su sustituto, y Ana Patricia, compañeros de golf, es total.

No se entiende muy bien la solución adoptada ayer por el Consejo de Administración de Santander y decidida por Emilio Botín hace ya algunas semanas, después de haber peleado a cara de perro durante años con los tribunales de Justicia, haber manseado presidentes del Gobierno tipo José Luis Rodríguez Zapatero, y de haber confundido y acallado cualquier movimiento levantisco en los medios de comunicación españoles.