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La familia Polanco regresa al sector turístico canario con la recuperación de un emblemático hotel cargado de historia

El complejo, que estará operativo el próximo año, reactualizará el tinerfeño Taoro, considerado el primer gran hotel de España

  • Imagen del edificio, en fase de rehabilitación

La familia Polanco regresa al sector del turismo en Canarias tras perder las joyas de la corona del Grupo Timón, el Jardín Tropical y el Abama, propiedad de Blackstone, el fondo norteamericano que se ha convertido en el mayor hotelero de las islas. Durante la pandemia de Covid-19, Tropical Turística Canaria accedió a avales del ICO por valor de 800.000 euros porque la empresa ha seguido operando, entre otors, en el ámbito de la hostelería pese a desprenderse de los hoteles emblemáticos que tenía en Tenerife.  

El nuevo negocio hotelero de los Polanco tendrá el nombre de My Way Taoro y coincide en su llegada al mercado con las movilizaciones por la turismofobia, aunque el nuevo producto está alejado del concepto de sol y playa. Contará con seis espacios gastronómicos, 207 habitaciones (414 camas), repartidas por las cuatro plantas con tres piscinas climatizadas y un centro de wellness.

Precisamente, las aguas termales fueron la tapadera que a finales del siglo XIX Alemania empleó para colocar una base en el norte de Tenerife y negoció adquirir el edificio oficialmente. En él se daban tratamientos contra la tuberculosis en lo que entonces se llamaba Hotel Balcón, cuando abrió sus puertas el 22 de diciembre de 1890. Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones, recibió en 1916, antes de la I Guerra Mundial, presiones de Francia e Inglaterra para evitar que Alemania tuviera un punto de anclaje en Tenerife dado que en Las Palmas, a través de su puerto, controlaba infraestructuras de suministros. Era, además, un punto perfecto para divisar los movimientos de buques y establecer sistemas de telecomunicaciones.


El asunto venía coleando desde 1909 cuando el coronel Vives y el entonces capitán Kindelán visitaron en Berlín y allí tuvieron conocimiento de que los militares alemanes tenían  orden de remitir a Tenerife veinte cilindros de hidrógeno para esas experiencias científicas y provocó un pequeño incidente hasta que se aclaró que eran trabajos sobre meteorología financiados por el Instituto de Física de la Academia de Dresde y por el de la Universidad de Leipzig para uso civil. Dado que en Canarias el Estado carecía de esa infraestructura se optó por rechazar las inversiones alemanas. Con la II Guerra Mundial, Alemania se quitó la espina y regresó al hotel, que sería un centro de conspiraciones nazis en la isla de Tenerife, al tiempo que en su azotea ondeaba la bandera del Reino Unido.

El presidente de Tropical Turística Canaria, Ignacio Polanco, apunta que el proyecto con el que resultaron ganadores del concurso frente a Barceló Hotels "busca cuidar y respetar al máximo la esencia del Gran Hotel Taoro" para poder "devolver su antiguo esplendor". Polanco destaca en este sentido la colaboración del Cabildo de Tenerife y del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz. Tras la salida del turismo, Grupo Timón espera que ultimen los detalles del proyecto, que será realidad el próximo año. 

Desde a Alfonso XIII a Agatha Christie

El inmueble del Hotel Taoro es propiedad del Cabildo de Tenerife, que adjudicó a Tropical Turística Canaria la explotación tras realizar en él una inversión de 25 millones de euros con destino a obras de rehabilitación y mejora del edificio, del equipamiento y de los jardines que rodean el inmueble además de invertir 380.000 euros para el mantenimiento del edificio y una inversión adicional de 3,8 millones en los 10 últimos años de los 60 que contempla el contrato de arrendamiento para asegurar así la devolución de las instalaciones al Cabildo en un estado óptimo, que ha comprometido 15 millones de euros para financiar parte de las obras necesarias en el inmueble.

Inaugurado en 1890, el Taoro fue el primer gran hotel de España. Desde su apertura, y durante más de 100 años, fue un icono representativo de la ciudad en el que pernoctaron desde el duque de Windsor, Eduardo VIII, Alfonso XIII, los duques de Kent y el rey Alberto I de Bélgica y Agatha Christie, entre otros muchos. La escritora británica llegó al hotel en febrero de 1927 tras un divorcio. El Taoro no solamente fue centro de presiones por las guerras mundiales sino que también sería fuente de inspiración para novelas como 'El Misterio del Tren Azul' y 'El enigmático Mr. Quin'. Su arquitectura y la historia que atesora son algunos de los valores más representativos de este complejo, que cuenta con una privilegiada ubicación con vistas al mar. El Gran Hotel Taoro dejó de acoger clientes en 1975 y pasó cerca de 40 años cerrado como establecimiento hotelero.

 

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