Los convulsos primeros años de IAG se han saldado con final feliz, al menos para los beneficiarios del plan de retribución en acciones del grupo. Ocho altos ejecutivos del holding que agrupa a British Airways con las españolas Iberia y Vueling, entre los que se encuentra su consejero delegado, Willie Walsh, se han repartido 10,5 millones de euros por los objetivos logrados en el trienio 2011-2013, marcado por unas pérdidas globales de 217 millones de euros para el grupo y por el notable ajuste laboral y salarial en Iberia, marcado precisamente desde IAG.
Además de Walsh, uno de los principales beneficiarios es Enrique Dupuy, director financiero de IAG y principal impulsor de los planes de ajuste en Iberia, que han concluido con un histórico acuerdo de la aerolínea española con los colectivos de pilotos, tripulantes de cabina y personal de tierra.
Eso sí, la medida no ha salido gratis: un recorte salarial medio del 14%, una reducción de plantilla del 15%, una cúpula directiva de Iberia que saltó por los aires (con indemnizaciones para el ex consejero delegado Rafael Sánchez Lozano y el ex presidente Antonio Vázquez, que suman más de cinco millones de euros) y una huelga de diez días completos que paralizó la compañía y que ocasionó pérdidas valoradas en más de 40 millones de euros.
Estas circunstancias no han impedido considerar a IAG que los objetivos fijados para ejecutar los planes de retribución en acciones para sus principales directivos se han cumplido, de acuerdo con el hecho relevante remitido el pasado viernes por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
En él se detallaba la entrega a ocho altos ejecutivos de IAG de 2,064 millones de acciones del holding, de las que casi 1,6 millones fueron vendidas de forma inmediata por los beneficiarios en la Bolsa de Londres, lo que les generó unos ingresos de 8,16 millones de euros.
La batalla de Iberia
Entre los beneficiarios también se encuentra Keith Williams, que tomó el relevo de Willie Walsh como consejero delegado en British Airways y que fue consejero de IAG hasta la última remodelación del órgano ejecutivo del holding, que dejó fuera a los CEO de las tres aerolíneas que lo componen.
Enrique Dupuy no es el único español que figura como beneficiario del plan. Le acompaña Ignacio de Torres, director de costes de IAG y anterior director financiero de Iberia. Ambos están considerados como hombres de absoluta confianza de Willie Walsh y su posición en la batalla generada por los ajustes en Iberia ha sido inequívoca en favor del holding y de la estrategia marcada desde Londres pese a su pasado en la aerolínea española.
Precisamente, esa estrategia se plasmó a finales del 2012 en el denominado Plan de Transformación de Iberia, elaborado sin negociación previa con los sindicatos y que contemplaba el despido de 4.500 trabajadores de Iberia y dejar bajo mínimos áreas de negocio como mantenimiento y 'handling'.
A vueltas con el fondo de pensiones
La radical oposición de los trabajadores al plan derivó en diez días de huelga de 24 horas (secundada en cinco de ellos por la totalidad de los colectivos) y la intervención del Gobierno con la propuesta de una mediación para tratar de alcanzar un acuerdo que, finalmente, fue posible.
La batalla le costó la cabeza a Sánchez Lozano y dejó tocado al entonces presidente de Iberia Antonio Vázquez, que finalmente también fue relevado. Ambos cargos recayeron en la persona de Luis Gallego, quien en poco menos de un año ha conseguido lo que parecía imposible: un acuerdo global en Iberia con todos los colectivos.
Tampoco ha sido obstáculo para ejecutar el plan la situación del fondo de pensiones de British Airways, con un agujero de más de 2.000 millones de euros, que sigue siendo un quebradero de cabeza financiero para IAG. Por el momento, el holding habla de objetivos cumplidos, aunque los sacrificios no sean compartidos por todos.