Iberia ha anunciado la apertura de nuevas rutas en una estrategia que supone recuperar parte de las que suprimió cuando estaba llevando a cabo su gran ajuste laboral y salarial. La aerolínea cumple así lo pactado con los sindicatos aunque, eso sí, de forma progresiva. Por ahora, Santo Domingo es la única de las emblemáticas rutas al Caribe que la compañía recupera. Para más adelante quedarán San Juan y, sobre todo, La Habana, que la dirección de Iberia sigue considerando deficitaria.

La tan ansiada paz social aun no ha llegado a Iberia. Tras el histórico acuerdo con el colectivo de pilotos, que ha supuesto tradicionalmente el mayor escollo en las relaciones laborales de la aerolínea, la piedra en el camino se llama tierra. Las negociaciones con este colectivo están enquistadas toda vez que la compañía no garantiza el mantenimiento del empleo más allá de 2015 y los trabajadores temen que nuevos recortes lleguen por este lado. Iberia necesita el acuerdo de todos los colectivos para comenzar su nueva etapa. 

El futuro de Iberia se dirimirá en las primeras semanas de enero. Pese a la insistencia de su consejero delegado, Luis Gallego, en la importancia de cerrar un acuerdo con los sindicatos antes de que concluya 2013, la misión será imposible. A la compañía y los representantes de los trabajadores se les acaba el margen porque el acuerdo deberá llegar, como muy tarde, a finales de enero. De no ser así, la aerolínea deberá poner en marcha un plan alternativo que dejará en el aire el proyecto de una nueva Iberia.

El futuro de Iberia sigue siendo un pequeño misterio para los mercados. El Día del Inversor de IAG, el holding al que pertenece la aerolínea española, no desveló este viernes demasiado pese a que era la fecha elegida para la presentación a los mercados del plan estratégico de la aerolínea. Por el momento, las negociaciones con los sindicatos, consideradas clave para la continuidad de la empresa, avanzan a un ritmo que no permite dar muchos detalles.

El holding IAG se hace aún más británico con la incorporación de la que fuera consejera delegada de Pearson (editora de Financial Times) Marjorie Scardino. La ejecutiva, que hizo historia al convertirse en la primera mujer al frente de una compañía cotizada en el FTSE-100, sustituirá a otro ilustre en el consejo de IAG, el antiguo secretario del Tesoro de EEUU John Snow.

Antonio Vázquez, presidente de Iberia hasta el final del presente año, podrá percibir una compensación máxima de 2,8 millones de euros después de abandonar la aerolínea española. IAG ha optado finalmente por relevar a Vázquez después de un año especialmente complicado para la aerolínea española en el que también cambió de consejero delegado. Ahora, ambos cargos estarán en manos de Luis Gallego.

El consejo de administración de Iberia presentará el próximo día 15 el nuevo plan estratégico de la compañía, tal y como estaba previsto, aunque no será un documento cerrado. La dirección de la compañía mantiene actualmente negociaciones con los sindicatos para terminar de dotar al plan de contenido concreto y no lo hará hasta que no cierre las conversaciones, lo que se espera para finales de año. Así, el plan que conocerán los mercados será de líneas generales, prácticamente de intenciones, un esqueleto que se irá completando conforme culminen los pactos con los trabajadores.

El holding IAG estudia el relevo de Antonio Vázquez en la presidencia de Iberia y así completar el relevo en la cúpula de la aerolínea española que inició la pasada primavera con la salida de Rafael Sánchez Lozano del cargo de consejero delegado. Sin embargo, la tarea no va a ser fácil. Todas las miradas apuntan a Enrique Dupuy pero su actual cargo de director financiero tiene mucho más contenido que el de un puesto antaño muy jugoso pero que ahora ha quedado en un segundo plano.

Iberia tendrá algo más de tiempo para desarrollar su futuro. Su nuevo plan estratégico será planteado a cinco años y no a tres como el aprobado hace un año y que desencadenó la batalla laboral en la aerolínea. Para evitar esta circunstancia, la dirección de la aerolínea ha iniciado una serie de contactos con los sindicatos, con los que pretende llegar a acuerdos antes de que termine el año.

Las negociaciones entre la dirección de Iberia y el sindicato de pilotos Sepla se encuentra en la recta final aunque con algunas cuestiones aún pendientes. Entre ellas destaca el punto referido a las condiciones de la parte del ERE que afecta a los pilotos, toda vez que no firmaron el acuerdo de mediación. La exigencia del Sepla se concreta en que el proceso sea voluntario e incluya una indemnización de 35 días por año. 

El Ejecutivo no quiere bajo ningún concepto que el nuevo plan estratégico que prepara Iberia le pille por sorpresa, como sucedió con el que la compañía aprobó el pasado mes de noviembre y que motivó una gran tensión entre la dirección de la empresa, los trabajadores y el propio Gobierno. El objetivo fundamental es que los nuevos destinos de la aerolínea no comprometan el futuro de la T4 de Barajas, en la que el Ejecutivo invirtió 6.000 millones de euros.