En 1977, el entonces presidente de Iberia, Manuel Prado y Colón de Carvajal, impuso un cambio de logotipo en Iberia, que es el que ha durado hasta ahora. Pero lo cambian, según revelaba el viernes el diario Expansión, por otro, más frío y moderno, que supondrá la desaparición de la célebre corona dibujada en el palo de la “I” (todavía visible en la página web), y que colocó oportunamente el viejo amigo y confidente del Rey. Con anterioridad, los escudos que la firma presentó en 1927, 39, 41, 54, 63 y 67 fueron siempre descoronados.
Prado, fallecido en 2009, fue administrador privado del monarca durante más de 20 años y senador por designación Real, precisamente desde junio de 1977. Su hombre de confianza, el que le hacía gestiones personales y, sin duda, uno de los mejor informados de lo que se cocía en este país.
Hace ya casi 40 años, también apostó por las tonalidades patrias; el rojo y el gualda, este último color definido como “amarillo en plan bandera” por Gómez-Bur en Las que tienen que servir. Eran nuevos tiempos, monárquicos y constitucionales. El futuro gran apoyo de Juan Carlos I lo vio claro: con Iberia se tenía que hacer gala de españolidad, pero con la monarquía claramente presente. La corona como símbolo de una aerolínea, además, era algo muy fácil de defender, porque otras como la KLM también van ‘coronadas’.
Ahora, el nuevo logo será todo rojo con un matiz amarillo (¿gualda también?) que apenas recuerda a los colores de la bandera. Ni vestigios de cualquier símbolo real, algo que no extraña ya que la Corona, con mayúsculas, no es una institución que esté muy de moda ahora.
También en los 80 el Gobierno de Felipe González cambió los colores de la Tabacalera y Correos (hablo de memoria), con gran escándalo de algunos ‘ultra’ y pasividad total del resto de la sociedad.
Pero esta Iberia ya no es española, es británica, y lo raro es que no la hayan pintado con los colores corporativos de la British Airways, como llegó a rumorearse.