El ministro de Industria, José Manuel Soria, confirmó en una entrevista concedida al diario El País que Iberia está preparando un nuevo plan estratégico y mostró su convencimiento de que la actual dirección de la compañía lo sacará adelante. Una confianza que se basa en el hecho de que el Gobierno se ha puesto manos a la obra para que las nuevas directrices y líneas maestras de Iberia no le pille de sorpresa, como ocurrió con el anterior plan, anunciado el pasado mes de noviembre.
Por entonces, la dirección de Iberia se descolgó con el llamado Plan de Transformación, que contemplaba fuertes bajadas salariales y despidos para 4.500 trabajadores, lo que originó una tormenta de considerables dimensiones entre la compañía y la plantilla en la que tuvo que implicarse el Gobierno.
El Ejecutivo no sólo se vio sorprendido por el contenido del plan sino también por el tono que mantuvo Iberia en las conversaciones posteriores, en las que la dirección de la aerolínea no se movió un ápice de sus planteamientos iniciales.
Por eso, en este caso las conversaciones no tendrán lugar después del plan sino antes. El Gobierno está muy pendiente de la evolución de la estrategia de Iberia para lo que está aprovechando la mejor sintonía que hay con la nueva dirección de la aerolínea.
La crisis que generó el anterior plan se cobró como víctima al anterior consejero delegado, Rafael Sánchez Lozano, y su sustituto, Luis Gallego, es visto con mejores ojos desde el Palacio de la Moncloa.
La T4, principal inquietud
De hecho, Soria manifiesta en la mencionada entrevista que será la actual dirección de Iberia, “y no la anterior”, la que sacará adelante a la compañía.
La principal preocupación de las carteras implicadas, especialmente Fomento e Industria pero también indirectamente las de contenido económico, es el futuro de la T4 de Barajas. De hecho, la implicación del Ejecutivo en la anterior crisis se explica en gran medida por el peligro de que la inversión de 6.000 millones de euros realizada en la ampliación del aeropuerto madrileño, consagrada a la expansión de Iberia, quedara sin ningún sentido.
Por eso, el Gobierno velará por que los nuevos planes de la aerolínea española repercutan de forma positiva en el desarrollo de la T4.
Negociación con los pilotos
Por lo pronto, la dirección de la compañía negocia con el colectivo de pilotos, que no firmaron el acuerdo de mediación que puso fin momentáneo a la anterior crisis, para confeccionar un escenario que permita a Iberia crecer en el hub de Madrid y en el largo radio, un área que quedaba sensiblemente tocada con el anterior plan.
No obstante, la nueva línea estratégica de Iberia deberá contar con el visto bueno del holding IAG, con el que el Gobierno no ha cambiado la mala sintonía que mantenía anteriormente. Las palabras de Soria, que recalcó en El País que desde la fusión la trayectoria descendente de Iberia contrastaba con la ascendente de British Airways, contrastan con la del presidente de la aerolínea, Antonio Vázquez, que desmintió en una entrevista concedida a Expansión que la fusión haya tenido efectos negativos para la empresa española.