Poco más de tres semanas. Ése es el margen que le quedará a Iberia y a los sindicatos para cerrar un acuerdo sobre los planes de crecimiento de la aerolínea. El objetivo, prácticamente obsesivo de Luis Gallego, consejero delegado de la aerolínea (que también asumirá la presidencia a partir del 1 de enero), de alcanzar un pacto antes de fin de año ya es inalcanzable. Iberia negocia en tiempo de descuento.
Las conversaciones con los representantes de los trabajadores no pueden ir más allá de los últimos días del mes de enero. Por entonces, Iberia deberá poner en marcha su estrategia para el próximo ejercicio y tener ya muy claro cuál será su plan comercial con vistas a la trascendental temporada de verano.
De ahí que Gallego insistiera tanto en la importancia del acuerdo antes de fin de año. El avance con los diferentes colectivos de la compañía es desigual. Fuentes próximas a las negociaciones indican que las conversaciones con los de tierra y tripulantes de cabina marchan por buen camino con vistas a poder cerrar el acuerdo a tiempo, y que incluso algún aspecto fundamental, como el relacionado con el objetivo de productividad, está prácticamente cerrado.
Sin embargo, el colectivo de pilotos no se encuentra en la misma situación. La distancia entre la compañía y el sindicato Sepla aún es significativa aunque, eso sí, las conversaciones están siendo fluidas y las reuniones entre las partes no han dejado de producirse.
Sin acuerdo, una compañía inviable
El aspecto que más preocupa es el del tiempo. “Las conversaciones con los pilotos deberían estar prácticamente acabadas porque los trámites de aprobación de un hipotético acuerdo pueden demorarse en torno a un mes”, apunta una fuente sindical.
El problema radica en que Iberia necesita un acuerdo con todos los colectivos. De no lograrlo, la aerolínea comenzará a ejecutar un plan alternativo, sin contar con el visto bueno de los trabajadores, y con el que la compañía no tendría viabilidad, de acuerdo con la exposición que realizaron los responsables de Iberia en el Día del Inversor del holding IAG, que agrupa a la compañía con sus socios British Airways y Vueling.
Iberia cuenta con un plan estratégico a cinco años pero necesita el acuerdo con todos los colectivos de trabajadores para dotarle de contenido. Por el momento, tan sólo se contemplan unas líneas generales que ya prevén algunos crecimientos para 2014.
La aerolínea española ha querido evitar que estallara la tormenta como en 2012, cuando presentó un plan que contemplaba la eliminación de 4.500 empleos y fuertes recortes salariales para los trabajadores. Posteriormente, trató de consensuar este plan con los sindicatos pero todo desembocó en una histórica huelga de diez días completos.