El verdadero nuevo plan estratégico de Iberia no se conocerá el próximo día 15 de noviembre, fecha prevista para su presentación ante los mercados. La nueva dirección de la compañía, con el consejero delegado, Luis Gallego, a la cabeza, no quiere que suceda lo mismo que el pasado año, cuando el anuncio de un plan encabezado por una cifra de despidos de 4.500 trabajadores puso en pie de guerra a Iberia y desencadenó una batalla culminada por diez días de huelga.
En este caso, el esquema de actuación será el inverso al puesto en práctica en 2012. Iberia esperará a culminar las negociaciones que mantiene actualmente con los sindicatos de los tres colectivos de la compañía (tierra, tripulación de cabina y pilotos) antes de dotar al plan de contenido definitivo, en lugar de tratar de negociar con las cifras ya concretadas, impresas y presentadas, como sucedió el pasado ejercicio.
De esta forma, el día 15 se verá un plan de mínimos, con líneas muy generales, prácticamente esquemático aunque, eso sí, no puede tardar mucho tiempo en completarse. Iberia se ha dado hasta finales de año para cerrar acuerdos con los diferentes sindicatos y poder poner números a un plan a cinco años pero que ya contempla políticas de crecimiento para el año próximo en algunas áreas, como ha anticipado Gallego en sus primeras reuniones con los sindicatos.
“Ahora mismo, en el ambiente no hay sensación de tensión como el año pasado, que ya se sabía que el plan iba a ser muy duro”, apuntan desde una de las centrales sindicales, que han recibido con cierto optimismo el hecho de que las conversaciones tengan lugar antes de cerrar definitivamente el plan.
En busca de avances
En los próximos días y hasta esa fecha marcada en rojo del 15 de noviembre tanto la compañía como los sindicatos trabajarán para intentar llegar a ella con algún tipo de avance consolidado y, si fuera posible, plasmado en algún tipo de acuerdo.
El pasado jueves, los colectivos de tierra y tripulantes de cabina firmaron la prórroga de sus respectivos convenios con el fin de poder negociar el contenido del plan con tranquilidad.
Por su parte, los pilotos también buscan algún tipo de avance en este sentido. En la última circular interna remitida por el sindicato de pilotos Sepla a sus afiliados se indicaba que incluso el Gobierno se ha ofrecido para poner a su disposición mediadores como Jaime Montalvo y Gregorio Tudela con el fin de facilitar la llegada de los acuerdos con Iberia. Por el momento, ningún mediador está trabajando en este asunto.
En los dos meses que restan hasta final de año se juega el futuro de Iberia, especialmente en cuestiones como la recuperación del 4% en los salarios que los colectivos de tierra y tripulantes de cabina perdieron al no llegar a un acuerdo sobre los objetivos de productividad con la empresa.
Por parte de los pilotos, están en juego, entre otras cuestiones, las condiciones en que saldrán los excedentes, para los que Sepla pretende un ERE voluntario de hasta 35 días por año trabajado con un máximo de 30 mensualidades.
