Lidl mantiene un contencioso con la Agencia Tributaria que ha llevado a ambas entidades a verse las caras en la Audiencia Nacional. La compañía ha recurrido una decisión del Tribunal Económico Administrativo Central por el que se le conminaba a pagar 1,6 millones de euros a Hacienda por el impuesto de sociedades de 2008, 2009 y 2010. Por el momento, y a pesar de que el recurso se presentó durante la segunda mitad de 2015, el tribunal especial todavía no se ha pronunciado.
La empresa de supermercados alemana reconoce en sus cuentas anuales, presentadas en los últimos días ante el Registro Mercantil, que firmó en disconformidad las actas de esos tres años por una diferencia de criterio con el organismo dirigido por el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro. En estas cuentas, obtenidas gracias a Insight View, Lidl reconoce que a pesar de no estar de acuerdo con el criterio de Hacienda, pagó en 2014 esos 1,63 millones que se les solicitaba en 2014, por lo que "no existe ningún riesgo pendiente de ser registrado".
La compañía, consultada por este diario, ha confirmado este hecho así como que no existe todavía resolución del tribunal especial.
Lidl va como un tiro en España
Aparte de las cuitas con la Agencia Tributaria, los resultados de Lidl en el año fiscal terminado el 29 de febrero de 2016 muestran una empresa que está atravesando un momento de gran expansión en España y cuyos resultados por el momento recompensan su inversión. El último año fiscal fue el primero en el que los alemanes superaron los 3.000 millones de euros de facturación en el mercado nacional.
El beneficio, por su parte, se disparó: casi 105 millones de euros limpios consiguió la compañía alemana en España, mucho más que los 74 millones de euros del ejercicio 2014-15. Lidl comienza a tener números y resultados de gigante después de unos años en los que está apostando por la inversión en el mercado nacional y por remodelar muchas de sus tiendas. En el fondo de todo, subyace una idea por abandonar el posicionamiento dentro del segmento más low-low cost, una traslación casi sin cambios del súper austero modelo alemán, para apostar por tiendas más modernas, más agradables a la vista y con otros tipo de referencias.
