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Panamá sigue tendiendo puentes a Sacyr pero admite que tiene un 'plan B' para acabar las obras

El embajador de Panamá en España ha declarado, el día que se cumple el plazo para que ambas partes lleguen a un acuerdo, que lo lógico es que Sacyr acabe las obras del Canal, pero que su país tiene una alternativa porque su responsabilidad es garantizar la conclusión de las obras. 

  • El embajador de Panamá en España, Roberto Eduardo Arango, en su intervención de este martes en el desayuno informativo

El embajador de Panamá en España, Roberto Eduardo Arango, considera que "lo más fácil y lógico" es que el grupo Unidos por el Canal, liderado por Sacyr, acabe las obras de ampliación del Canal de Panamá, si bien reconoció que su país cuenta con un 'plan b' porque su "responsabilidad" es garantizar la conclusión de las obras.

"El Canal y sus administradores son responsables ante el país y deben tener claro sobre la mesa qué hacer si tienen que pasar a un 'plan b', porque Panamá tiene que tomar medidas responsables para terminar una obra que es de todos", declaró durante un desayuno informativo organizado por Executive Forum. "Panamá tiene que terminar el Canal", aseveró.

No obstante, el diplomático manifestó su esperanza de que "lleguen a buen fin" las negociaciones que mantienen el consorcio de contratistas de la ampliación y la Administración del Canal para solventar los problemas económicos de las obras y garantizar su finalización.

"Parece que la negociación está cogiendo buen aire, que hay buena disposición para el acuerdo, para el que hoy es un día clave", indicó en relación a la conclusión este martes, 4 de febrero, del plazo que ambas partes ampliaron para cerrar un acuerdo.

El embajador panameño considera que la negociación sobre las obras del Canal constituye "un tema privado" en el que "entiende" que "cada parte defienda sus intereses", pero subrayó que Panamá tiene el "compromiso" de concluir las obras del ampliación de la vía interoceánica, un compromiso con "todos los panameños", con el "mundo naviero", con sus clientes, y con todos los países "que están ampliando sus puertos" para acoger a los buques de mayores dimensiones que podrán transitar por el canal.

Por ello, a pesar de desconocer si su país tiene un eventual acuerdo con la constructora estadounidense Betchel para el caso de que no se lograra acuerdo con Sacyr, el embajador remarcó que Panamá "tiene que tomar todas las medidas responsables para terminar la obra", que actualmente presenta un grado de ejecución del 70% y cuya conclusión está prevista para junio de 2015. "Esta es la fecha prevista en este momento y haremos todo lo necesario para que se cumpla", añadió.

En cuanto a los sobrecostes de 1.200 millones de euros que el consorcio constructor reclama por las obras, el diplomático aseguró que "Panamá es un país responsable y hará frente, dentro de los términos del contrato, a los sobrecostes que considere justificables".

No obstante, también indicó que, a raíz de este contencioso, su país ha lanzado el mensaje "claro" de que "a la hora de calcular los costes es preciso afilar bien el lápiz".

Más oportunidades para empresas españolas

A pesar de todo ello, el embajador de Panamá en España descartó que las diferencias surgidas en las obras del Canal vaya a perjudicar a las constructoras españolas a la hora de competir por otras obras proyectadas en el país para los próximos años. "Al contrario, creemos que la ingeniería española es muy buena", destacó.

De hecho, "invitó" a las empresas españolas a invertir en Panamá y a competir por los proyectos del plan de infraestructuras de 18.000 millones de dólares (unos 13.300 millones de euros) que el país centroamericano desarrollará en los próximos cinco años.

Según detalló el diplomático, el plan contempla la construcción de otras dos líneas de metro, que se sumarán a una primera construida por FCC y que se inaugurará próximamente, de dos nuevos hospitales, de la denominada 'Ciudad Gubernamental', y de la ampliación de la red viaria de la capital.

Además, Panamá prevé una inversión de unos 2.200 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros) en la promoción de unos 1.000 megavatios eólicos, de 650 millones de dólares (unos 478 millones de euros) en dotaciones relacionadas con el turismo, e incluso una inversión adicional de 1.000 millones de dólares más (unos 735 millones de euros) en el Canal de Panamá.

"Panamá es un país práctico y con una economía globalizada. No somos un paraíso fiscal, somos un país seguro, con un marco jurídico estable y con capacidad de generar recursos para acometer las obras previstas en los próximos años, y queremos que los inversores utilicen Panamá como plataforma de sus expansiones por Latinoamérica", destacó Arango. "Invito a apostar por Panamá", concluyó.

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