En Venezuela, el petróleo está al mismo nivel que la leche, el pan o el papel higiénico, entre otros muchos productos de primera necesidad. Terrible es para la población el desabastecimiento que hay en productos de primera necesidad, pero el crudo se ha convertido (ya lo era, pero ahora más aún) en la principal fuente de ingresos y subsistencia de un país sometido a todo tipo de restricciones.
En este contexto, Repsol se está viendo beneficiado por la 'protección' estatal a un bien de primera necesidad del que depende el presente, pero también el futuro del país. Las compañías petroleras de diferentes nacionalidades que operan el país no están sufriendo las devaluaciones de sus activos a las que están sometidos otro tipo de empresas.
En el caso español, BBVA, Telefónica, Meliá y Mapfre, entre otras, han tenido que provisionar la valoración de sus activos no sólo por los diferentes tipos de cambio establecidos en los últimos tiempos por Nicolás Maduro sino por el temor añadido a un horizonte en el que la expropiación, cada vez más, se empieza a convertir en una salida desesperada para el Gobierno bolivariano.
Según confirman fuentes del entorno de la petrolera, la actual Ley de Hidrocarburos establece un cambio oficial de 6,3 bolívares por dólar, un tipo de cambio que no se rige por el nuevo modelo cambiario fijado para todo el país.
Empresas y bancos españoles provisionan la devaluación de sus activos en el país no sólo por el nuevo cambio oficial sino también por el temor a que Maduro les expropie
El Simadi, nuevo cambio oficial fijado por el Gobierno, marca un precio de 193 bolívares por dólar, lo que supone una rebaja de más del 90% con respecto del cambio existente hasta ahora.
Pero la Ley de Hidrocarburos se cuida muy mucho de salvar de la quema al principal sustento de la economía del país.
Esta norma establece los mismos códigos cambiarios que la norma que protege los productos de primera necesidad. Son dos leyes del Gobierno venezolano que ponen al mismo nivel la leche, el pan, los pañales, los medicamentos y el petróleo.
Repsol, al igual que el resto de petroleras, no han tenido que hacer importantes devaluaciones de activos (algunas, pero ha sido puntuales en los últimos años). Pero además, estas compañías del sector "hidrocarburífero" realizan todas sus operaciones en dólares, con lo que los vaivenes cambiarios no les afectan directamente porque el Gobierno les ha permitido tradicionalmente utilizar el billete verde como moneda de referencia.
Mientras tanto, otras compañías y entidades financieras españoles siguen sufriendo las recurrentes devaluaciones. BBVA, por ejemplo, ha recalculado el valor en libros de su filial BBVA Provincial, una medida que le ha producido un recorte de casi 1.450 millones de euros en sus reservas.
Telefónica, compañía con grandes intereses en el país, ha tenido que revisar el valor de su patrimonio, y en el último trimestre de 2014 se ha tenido que endosar un ajuste de en torno a 3.000 millones de euros.