La salida a Bolsa de Talgo, aprobada el pasado fin de semana por la junta de accionistas de la compañía y prevista para el próximo mes de mayo, pondrá en valor una de las inversiones más discretas del financiero Juan Abelló pero que lleva camino de convertirse en una de las más rentables. Teniendo en cuenta las valoraciones que se están manejando en el mercado, la operación permitirá que Abelló multiplique por tres los 20 millones de euros que invirtió en el fabricante ferroviario hace apenas año y medio.
De acuerdo con la información que maneja el mercado, Talgo podría sacar hasta el 40% del capital al mercado, por el que ingresaría aproximadamente unos 500 millones de euros. La operación permitiría valorar el total de la compañía en 1.250 millones.
Mientras, Abelló entró en Talgo de forma indirecta, con la adquisición a través de fondos gestionados por Torreal del 11% de Pegaso Transport International, una sociedad domiciliada en Luxemburgo que, a su vez, cuenta con un 54% del holding que posee en la actualidad la totalidad de las acciones de Talgo.
De acuerdo con las cuentas anuales de Torreal correspondientes al ejercicio 2013, Abelló invirtió 20 millones de euros en la operación, lo que supondría valorar el 100% de Talgo en unos 400 millones de euros. En apenas 18 meses, el financiero puede ver como esta inversión se revaloriza cerca de un 200%.
Hasta el momento, Talgo no ha ofrecido detalles sobre cómo llevará a cabo la operación ni tampoco qué parte del capital saldrá del mismo en la OPV. En cualquiera de los casos, la jugada será redonda para Abelló. Si participa en la salida a Bolsa y vende su parte, obtendrá unas espectaculares plusvalías. Si finalmente apuesta por la compañía y decide quedarse, pondrá en valor la inversión de hace año y medio de una forma más que notable.
Nuevo intento de saltar al parqué
En principio, Abelló llegó a Talgo para quedarse, como prueba el hecho de que solicitó y obtuvo un puesto en el consejo de administración de la compañía, que ocupa su hijo Christian.
Este no es el primer intento del fabricante ferroviario para dar el salto al parqué. Hace cuatro años puso en marcha la operativa para convertirse en una compañía cotizada pero, por entonces, las circunstancias del mercado no eran las más propicias y los asesores de la empresa fundada por la familia Oriol desaconsejaron la operación.
Por entonces, Santander, Nomura y Credit Suisse, los bancos contratados por Talgo para analizar la posibilidad de salir a Bolsa, manejaron unas valoraciones que oscilaban entre los 800 y los 1.000 millones de euros.
Expansión internacional
Desde entonces, Talgo ha logrado importantes hitos en el mercado ferroviario, especialmente en los mercados internacionales. Por encima de todo destaca su participación en el consorcio Al-Shoura, adjudicatario del contrato de construcción de la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina (Arabia Saudí). En medio de la polémica por los retrasos acumulados en el proyecto, el comportamiento de Talgo ha sido especialmente bien valorado por las autoridades locales.
Talgo también se ha expandido de forma notable en el mercado de Europa del Este, con importantes pedidos encargados desde Rusia, donde creó una empresa filial, y Kazajistán.