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El fondo TCI vende acciones de AENA por primera vez desde la OPV con plusvalías del 190%

El máximo accionista privado del gestor aeroportuario español controlado por el Estado coloca en el mercado, por primera vez desde la salida a Bolsa, en febrero de 2015, un paquete de títulos de la compañía, una operación que le ha reportado 82 millones de ingresos después de multiplicar casi por tres la inversión.

  • Primeros movimientos en el capital de AENA desde la OPV

TCI ha comenzado a sacar partido de su apuesta por AENA, más de tres años después de la salida a Bolsa del gestor aeroportuario español. El fondo británico, que desde entonces es el primer accionista privado de la empresa, con una participación de algo más del 11%, ha llevado a cabo en los últimos días la primera venta de acciones de la compañía controlada por el Estado a través de Enaire (que mantiene un 51% del capital). La operación no es demasiado significativa por el volumen, algo más de un 0,3% del capital de AENA, pero sí por tratarse de un socio de referencia, con presencia en el consejo de administración, y también por las jugosísimas plusvalías que ha conseguido.

El paquete de acciones vendido es de algo más de 488.000 títulos. A los precios registrados por el valor en las últimas semanas, probablemente cuando se han ejecutado las ventas, TCI ha ingresado en torno a 82 millones de euros por la transacción. Teniendo en cuenta que en su día pagó 58 euros por cada una de las acciones que adquirió de AENA (esto es, el precio fijado para la OPV), las plusvalías se aproximan a los 54 millones de euros. Es decir, el fondo le ha sacado un rendimiento del 190% al pequeño bloque de acciones que ha vendido. El comportamiento de AENA en Bolsa ha hecho que la inversión se haya multiplicado por 2,9.

Teóricamente, la operación hubiera pasado desapercibida, puesto que TCI no ha cruzado ninguno de los umbrales que la Ley del Mercado de Valores establece como obligatorios para comunicar un movimiento, al alza o a la baja, en una empresa cotizada por parte de un accionista con participación significativa. Sin embargo, las ventas se han realizado desde una de las sociedades empleadas por el fondo para canalizar su participación en AENA.

Ese vehículo sí ha atravesado uno de los citados umbrales (concretamente su participación ha descendido del 3%), lo que ha forzado la comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Según el documento, el cruce del umbral se produjo el pasado 20 de marzo. Desde entonces, las acciones de AENA han caído cerca de un 3,5%, frente a unos retrocesos mucho más moderados del Ibex-35 en este mismo periodo, de apenas el 1,2%. De esta forma, no sería descartable que TCI continuara deshaciendo posiciones en la compañía tras la citada fecha. En este caso, no se vería obligada a comunicarlo hasta no situarse por debajo del 10% del capital.

Vocación de permanencia

A pesar de que el comportamiento netamente alcista del gestor aeroportuario en las primeras semanas de cotización llevó a un buen número de institucionales a vender de primeras las acciones que compraron en la OPV, el caso de TCI ha sido siempre diferente. El fondo presidido por su fundador, Christopher Hohn, tiene vocación de permanencia en la empresa y, además, cuenta con un puesto en el consejo de administración, que ocupa el propio Hohn que, además, es uno de los miembros del órgano ejecutivo de la compañía más participativo.

Buena muestra de ello fue su papel activo a la hora de estudiar la posibilidad de que AENA lanzara una OPA sobre Abertis para competir con la que ya había puesto Atlantia en la mesa. La operación fue finalmente descartada por el Gobierno, que hizo valer la posición mayoritaria del Estado en el capital del gestor aeroportuario para tumbarla.

Ya por entonces, la relación entre el Gobierno y TCI había pasado por momentos de tensión. Alineado con José Manuel Vargas, el presidente de AENA que comandó la privatización parcial de la compañía a través de la salida a Bolsa, el fondo trató de impulsar acciones para que la empresa funcionara realmente como privada, pese a su evidente componente público que, a juicio del fondo, era perjudicial, especialmente a la hora de salir al exterior.

Relación encauzada

Entre esas acciones se encontraban que el Estado redujera aún más su participación en AENA y que la estrategia salarial de la empresa no estuviera condicionada por su carácter de semipública con la idea poder retener talento.

La marcha de Vargas, unida a la frustrada operación de Abertis, enfrió una relación que ha tratado de reconducir el nuevo presidente del gestor aeroportuario, Jaime García-Legaz, con cierto éxito según fuentes del mercado. El tiempo dirá si la venta de acciones de TCI es algo anecdótico o supone algo más.

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