Repsol modera sus resultados en el último año tras los datos extraordinarios de 2022, donde el alza de los precios de los hidrocarburos dispararon sus cuentas. La petrolera reduce en un 25,5% sus beneficios en 2023 hasta los 3.168 millones de euros desde los 4.251 millones del año anterior.
El resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios de Repsol, alcanzó los 5.011 millones de euros, un 26% por debajo del total del año 2022, en un entorno incierto y volátil, con unos precios del crudo y del gas inferiores a 2022. Su resultado bruto de explotación, Ebitda, también estuvo en línea con esta contracción situándose en 4.294 millones, que supone un 26,7% menos que el año anterior.
La compañía destaca en sus cuentas la inversión de 6.167 millones de euros que realizó a lo largo de 2023. De esta cantidad, un 43% (más de 2.600 millones de euros) se destinó a proyectos en la Península Ibérica y un 30%, a activos de generación renovable. Durante el ejercicio, se pusieron en marcha 1.100 MW de potencia renovable, alcanzando los 2.800 MW de potencia instalada, principalmente en España. Las inversiones en el negocio Industrial sumaron 1.161 millones de euros en el periodo, que contribuyeron al mantenimiento y generación de empleos industriales y a dinamizar las economías locales.
Por su parte, la contribución fiscal de Repsol en España, que defiende que es la mayor del Ibex 35, se situó en 10.446 millones de euros. La deuda neta se situó en 2.096 millones de euros a final de diciembre, un 7% menos que el año anterior, lo que sitúa el nivel de apalancamiento financiero en el 6,7%.
“Durante los próximos cuatro años mantendremos la misma estrategia que en nuestro plan anterior para afrontar la transición energética y apostaremos por todas las energías que satisfagan las necesidades de nuestros clientes. Estamos convencidos de que esta aproximación, en la que la descarbonización es una oportunidad atractiva para crear valor, crecer y ser rentables, es la más adecuada para nosotros”, explica Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
Repsol sube un 30% el dividendo
Repsol destinará entre el 25% y el 35% del flujo de caja de las operaciones a retribuir a sus accionistas, incluyendo dividendos y recompra de acciones. En consecuencia, la compañía podría llegar a distribuir hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre sus más de 520.000 accionistas. La compañía distribuirá 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo, cifra que podrá completar con hasta 5.400 millones en recompras de acciones, para alcanzar el rango del 25%-35% comprometido.
Para 2024, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros. Para los siguientes tres años, el compromiso es incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027.
Además, el Consejo de Administración aprobó ayer un programa de recompra de 35 millones de acciones, con la intención de amortizar 40 millones de acciones antes de que finalice julio de 2024.
Inversión de 19.000 millones en 4 años
La compañía anuncia unas inversiones netas de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años, que se modularán en "función del escenario macroeconómico, la evolución de la tecnología y de la regulación, la madurez de los proyectos y el avance en la rotación de activos y las desinversiones previstas".
La Península Ibérica concentrará el 60% del total y Estados Unidos, el 25%. Por su parte, las iniciativas bajas en carbono representarán más del 35% de las inversiones totales. Para 2024, la inversión neta prevista se sitúa alrededor de los 5.000 millones de euros.