La reforma laboral vuelve a estar en boca de todos. Casi podemos dar por hecho que habrá cambios esta legislatura, dada la presión de partidos, agentes sociales y organismos internacionales. ¿Pero hasta dónde llegará el Gobierno? El PSOE, los sindicatos y otros partidos de izquierda piden que se derogue la norma de 2012 y que se plantee una nueva, pero el Ejecutivo de Mariano Rajoy no está por la labor. A su parecer, la reforma no solo ha funcionado, sino que es uno de los grandes motivos por los que España crece prácticamente el doble que otros países de la Unión Europea.
Los servicios de estudios de los principales organismos económicos en España también están empezando a tratar el tema, puesto que saben que será uno de los puntos claves de esta legislatura. Éste es el caso de la Fundación de Economía Aplicada (Fedea), que ha publicado un análisis de la reforma de 2012 para contribuir al debate. ¿Y qué opina? Pues que queda mucho camino por recorrer, pero la reforma, en líneas generales, ha sido positiva porque ha permitido que se cree más empleo y ha favorecido más la contratación indefinida que la temporal.
Es cierto que España tiene un grave problema de temporalidad. Aproximadamente el 90% de los contratos que se crean cada mes son temporales. Y es que el modelo económico del país está muy vinculado a los servicios, un sector con un carácter fuertemente estacional debido a actividades como el comercio y la hostelería. Hoy por hoy, es casi cinco veces más probable que un parado abandone el desempleo por un trabajo temporal que por uno indefinido. Pero Fedea asegura que esta cifra se ha moderado con la reforma laboral.
Fedea asegura que la reforma ha reducido la dualidad del mercado laboral, aunque de forma muy leve
La Fundación ha utilizado una muestra de casi 200.000 trabajadores empleados y desempleados durante los años 2006 y 2014 tratando de identificar el cambio en las series temporales de contratación y despido en España a partir de febrero de 2012. El primer resultado que ha obtenido es que la reforma parece haber animado la salida del desempleo hacia un empleo indefinido, frente a la alternativa del contrato temporal. Es decir, que ha generado una menor dualidad en la contratación.
En concreto, afirma que la transición mensual del desempleo al empleo indefinido ha pasado del 1,7% que había antes de 2012, al 2,6%. Lo cierto es que la salida del paro al empleo temporal también ha aumentado gracias a la reforma, pero en menor medida. Tanto es así, que la fundación llega a afirmar que la reforma ha supuesto un mayor dinamismo en la contratación fija y ha mantenido inalterada la temporal. Pero el cambio es pequeño y cuesta verlo con claridad en las cifras mensuales de contratación.
Menos despidos
Eso es lo que ha pasado con el empleo. ¿Y qué ha pasado con los despidos? La reforma laboral abarató su coste, pero también dio más facilidad a las empresas para aplicar medidas de flexibilidad interna y evitar así el recurso del despido. Al menos eso ha dicho siempre el Gobierno. Fedea sostiene que el número de despidos no ha aumentado considerablemente tras el cambio normativo y que las empresas han utilizado más las medidas de flexibilidad.
De hecho, asegura que la reforma ha reducido el ritmo de destrucción de empleo entre los trabajadores temporales, sobre todo entre aquellos que trabajan en empresas de menos de 50 trabajadores. Y que no se han apreciado grandes cambios en el caso de los trabajadores indefinidos. Según la fundación, parece probable que las empresas en dificultades hayan decidido optar primero por las medidas de flexibilidad antes de ir directamente al despido.
Cree que la reforma explica un 20% de la mejora que se ha producido en el empleo en los últimos años
A partir de estas dos conclusiones, intenta hacer un cálculo más aproximado aplicando la variación en la probabilidad de salida generada por la reforma en los stocks de parados y ocupados con contratos temporales existentes a finales de 2015. Y asegura que el número de parados se habría reducido en 24.000 personas cada año desde 2012 gracias al nuevo empleo indefinido creado tras la reforma. Y en 16.300 personas adicionales por el menor despido de empleados temporales.
Aunque la fundación reconoce que hay que analizar estas cifras con cierta cautela y precaución, sí llega a decir que sugieren que la reforma laboral que impulsó la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, podría ser responsable del 20% de la reducción del paro que se ha observado desde marzo de 2012 hasta diciembre de 2015. A este cálculo habría que incorporar la parte de la mejora del empleo en 2016 que se explicaría por el cambio normativo.
A pesar de esta visión tan optimista de la reforma laboral, Fedea reconoce que la dualidad del mercado laboral sigue siendo "extrema" y cree que será necesario un mayor esfuerzo para reducirla de manera sustancial si se quiere conseguir un mercado más eficiente y con mayores tasas de crecimiento de la productividad. Las ideas de Fedea dan fuerza al PP a la hora de mantenerse firme para evitar la derogación.
¿Derogación o pequeños cambios?
Sin embargo, los partidos de izquierda y los sindicatos tienen una visión radicalmente distinta. Ellos aseguran que la reforma ha favorecido la contratación temporal y ha dilapidado los derechos de millones de trabajadores. Por eso, reclaman su derogación completa y no se conforman, al menos de momento, con los cambios parciales que les ofrece el PP. Quieren una norma nueva que limite la temporalidad de los contratos y recupere la negociación colectiva, entre otras cosas.
Lo que está claro es que el tema va a centrar parte del debate en los próximos meses. El Gobierno y los agentes sociales ya han acordado la apertura de tres mesas de negociación para llegar a acuerdos sobre el empleo y la calidad del mismo, los parados de larga duración y la reforma de la ley de mutuas. También negociará en el parlamento con los grupos políticos, aunque el Ejecutivo ha dicho que esta vez no quiere dejar de lado a empresarios y sindicatos y negociar directamente con el PSOE. No fue eso lo que pasó hace unas semanas con el SMI. Veremos cómo evolucionan las negociaciones.