Aunque solo lleva un año y pico en España, el nombre de Vanguard es de sobra conocido por los grandes inversores institucionales, ya que es una de las mayores gestoras de fondos índice y ETF del mundo. Entre los inversores particulares es menos conocida entre el gran público porque si han preguntado en su entidad financiera por ella, seguramente no le habrán proporcionado demasiada información. O ninguna. La razón es sencilla: Vanguard no retrocede comisiones, por lo que no resulta rentable para el distribuidor, es decir, para los bancos. Pero es una de las gestoras con mayor patrimonio del mundo y con los fondos, sin incluir los ETF, que más consistencia ofrecen.
Esta puede ser la explicación a los 182 millones de euros que ha captado entre enero y marzo de este año, según el informe de VDOS sobre el negocio institucional de las instituciones de inversión colectiva españolas. Es poco más de la mitad de lo que ha conseguido Société Générale, y supone la recuperación de una gran parte de los 192 millones que perdió a finales del año pasado. Pero significa también que se ha abierto un hueco importante en un mercado tan reñido como la industria de inversión española, debido sobre todo a las bajas comisiones de sus fondos.
Vanguard es un competidor directo de grandes firmas del sector como BlackRock, que llevan operando en el mercado español durante muchos más años, y que maneja un volumen patrimonial superior a los 8.000 millones de euros, según el informe de VDOS. Competidor directo porque BlackRock cuenta también con una gama de gestión pasiva y ETF. Y la guerra por las bajas comisiones que ofrece Vanguard le puede hacer mucho daño, al igual que a Deutsche AM.
De hecho, entre BlackRock y Vanguard acapararon las tres cuartas partes de las captaciones de los ETF en el mercado americano durante el año pasado. Toda una señal para la industria española.