Cepsa e Iberia han firmado este lunes un acuerdo para avanzar en la descarbonización del sector aéreo. Ambas compañías españolas se comprometen con este pacto al desarrollo e investigación de combustibles de origen sostenible y otras alternativas energéticas como el hidrógeno renovable y la electricidad, para fomentar la movilidad sostenible de aviones y de la flota de vehículos que les prestan servicios en aeropuertos.
Cepsa está trabajando en un ambicioso plan para dar un giro verde a todos sus negocios y convertirse en un referente de la transición energética en su sector. Además, la compañía cuenta con una amplia experiencia en este ámbito: lleva más de 10 años produciendo biocombustibles en sus centros industriales y desarrolla estudios pioneros a nivel mundial para convertir residuos y aceites usados en combustibles de origen renovable de alto valor energético.
Como parte del Grupo IAG, Iberia e Iberia Express se han comprometido a lograr cero emisiones netas en 2050, y a operar un mínimo de un 10% de sus vuelos con combustibles de origen sostenible en 2030. El Grupo Iberia está desarrollando su estrategia medioambiental sobre tres pilares: operaciones más eficientes, una experiencia de viaje más sostenible para sus clientes y su compromiso con la transición ecológica de la aviación.
Iberia y Cepsa, un pacto 'europeo'
Los biocombustibles para la aviación tienen un papel clave en la descarbonización del turismo y del transporte aéreo. En comparación con el combustible convencional, los biocombustibles sostenibles para la aviación (SAF) pueden reducir las emisiones de la aviación hasta en un 80% respecto al queroseno convencional, durante todo su ciclo de vida, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Según ambas empresas, se aportan otros beneficios: impulsa la economía circular, aumenta la independencia energética (y, con ella, la seguridad de suministro), asegura el mantenimiento de un importante motor de la economía española (200.000 empleos de calidad) y puede utilizarse de manera inmediata sin necesidad de renovar la flota y aprovechando las infraestructuras de suministro actuales.
Para la consecución del objetivo de crecimiento cero de las emisiones de carbono, desde 2020, la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA) está impulsando el uso de biocombustibles sostenibles, entre otras iniciativas, por su significativa reducción de CO2.
Como recuerdan Cepsa e Iberia en su comunicado conjunto, su investigación está en línea con el conjunto de medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, que incluye una iniciativa legislativa denominada ‘RefuelEU Aviation’, que pretende impulsar la oferta y demanda de biocombustibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 5% en 2030 y del 63% en 2050.