Economía

La guerra alarga la inflación y elevará la media de este año al nivel más alto desde 1992

Aunque se espera que la inflación vaya remitiendo a lo largo del año, en diciembre todavía superará el 3%, una tasa elevada si se compara con las experimentadas antes de la crisis energética

  • Imagen de archivo de un supermercado.

Los españoles sufrirán una inflación elevada todo el año, con una media anual no vista desde hace 30 años. Los economistas calculan que la variación de la media anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) de 2022 ascenderá al 5,4%. Hay que remontarse a 1992 para encontrar una tasa similar. La elevada subida de precios y su persistencia en el tiempo por la guerra en Ucrania es una de las mayores preocupaciones de los organismos económicos nacionales e internacionales.

El año pasado, cuando los precios energéticos empezaron a inflar el índice a partir de verano, se cerró con una variación media del 3,1%, retrocediendo a niveles de 2011. Pero las elevadas tasas del primer semestre de este año y el contagio a prácticamente la totalidad de los precios de la cesta de la compra elevarán esa media en 2,3 puntos en 2022, según las estimaciones de los expertos aunados en el panel que elabora la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

El consenso de los 19 servicios de estudios diferentes que reúne el panel de Funcas espera que en marzo se supere en dos décimas la subida récord de febrero, cuando el IPC repuntó un 7,6% en términos interanuales, la subida más alta desde diciembre de 1986. En abril, la inflación será ya cinco décimas inferior a la de marzo, con una variación anual del 7,3%, pero en junio todavía superará el 6%.

De esta forma, aunque se espera que la inflación vaya remitiendo a lo largo del año, en el último mes todavía se situará por encima del 3%, una tasa que en cualquier caso se considera elevada si se compara con las experimentadas antes de la crisis energética. En diciembre de 2019, por ejemplo, la variación anual del IPC fue del 0,8%, frente al 3,1% que los economistas esperan para este cierre de año. Con todo, la inflación media será la más alta de las últimas tres décadas.

El golpe de la inflación se sufre en todo el territorio español, pero algunas provincias han experimentado subidas de precios más acusadas que otras, afectando en mayor o menor medida al poder adquisitivo de los consumidores. Las diferencias son notables, en algunos casos de casi tres puntos porcentuales, tal y como publicó Vozpópuli. Mientras en Madrid o Barcelona el IPC creció en febrero por debajo del dato nacional, un 6,9% y 7,1%, respectivamente; en provincias como Toledo o León los repuntes inflacionarios superaron el 9%.

España sufre más la crisis de precios

De esta forma, el problema de la inflación se agrava en España, donde los precios suben casi el doble que en Francia. El diferencial entre el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) es de 3,4 puntos, con un repunte del 7,6% en nuestra economía en febrero frente al 4,2% del país vecino, según los últimos datos de Eurostat. Y eso teniendo en cuenta que el impacto de la guerra entre Ucrania y Rusia apenas ha impactado en la última semana del mes de febrero.

Los expertos consultados por Vozpópuli explican que el principal motivo de este mayor impacto en España respecto a Francia es el componente energético. Por un lado, Francia es menos sensible a la subida de precios de la energía importada al tener su propia producción nuclear. Por otro, el Gobierno de Emmanuel Macron decretó dos medidas regulatorias para topar el impacto sobre el consumidor de la subida en el precio del gas y la electricidad, el denominado «escudo tarifario».

Además, también se agrava con la guerra en Ucrania por la dependencia que España tiene de algunas materias primas que proceden de este país, como el trigo, clave para la ganadería y la alimentación. En concreto, el 11% del trigo que España importó en 2019 procedía de Ucrania, frente al 1% de Alemania, el 2% de Francia y el 3% de Italia, según un informe de la OCDE publicado esta misma semana. Esto significa que somos más susceptibles al alza de precios que se producirá en esta materia prima.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) ya refleja un alza en los precios de los productos que dependen del trigo. Las harinas y otros cereales fueron en febrero un 11,7% más caras que un año antes, mientras que el pan y otros productos de panadería se encarecieron un 6,4% y 7,4%, respectivamente. Además, los alimentos para bebé, compuestos en su mayoría de cereales, subieron sus precios un 10,5% en términos anuales.

También se ha ensanchado la brecha de precios entre España y la Eurozona. El diferencial de la inflación armonizada de España (7,6%) y la Eurozona (5,9%) es de 1,7 puntos, según la última estadística de Eurostat. Esta diferencia, que ya se experimentó en el mes de diciembre de 2021, no había sido tan acusada desde 2006, hace 15 años, amenazando la competitividad de las exportaciones de nuestro país.

En su informe, la OCDE también refleja que los hogares vulnerables en España están más expuestos a una subida en los precios de la energía y los alimentos que los de otros países como Francia o Alemania. Para analizar el impacto de la inflación en los hogares, la OCDE divide a la población por quintiles y mide la proporción de sus ingresos que gastan en energía y alimentos. 

El primer quintil, que representa a los individuos con mayor nivel de pobreza, tienen una exposición a los alimentos y la energía próximo al 25% en España, frente al 23% de Alemania y el 20% de Francia. Nuestro país también está ligeramente por encima de la media de la Unión Europea (UE). Por encima de España en lo que a vulnerabilidad de los hogares españoles se refiere están Grecia, Portugal y los países del Este de Europa.

Como solución, la OCDE apunta que si bien las rebajas fiscales en los precios energéticos y los límites de precios reducen directamente el coste, también benefician a los hogares de mayores ingresos. Por ese motivo, "las ayudas directas pueden orientarse mejor y tener mayores efectos multiplicadores si se enfocan en los hogares de ingresos bajos y medios, aunque puede llevar más tiempo implementarlas".

El Gobierno está analizando aún cómo rebajar el precio de la energía. El domingo y el lunes prometía rebajas fiscales a carburantes, pero ahora se inclina por dar ayudas según niveles de renta, tal y como publicó Vozpópuli. El Ejecutivo está preocupado por el impacto de las medidas para las arcas públicas y su posible falta de progresividad. En este sentido, las ayudas por niveles de ingresos o renta se perfilan como una fórmula que sortearía estas reticencias y sería del agrado de Podemos.

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