El mercado se ha asustado con las amenazas bélicas de Estados Unidos y Rusia en Ucrania. Una región clave para el suministro de gas al centro de Europa que amenaza con prolongar la crisis energética que vive España, que se esperaba que se fuera moderando a lo largo de este 2022.
Esa escalada se reproduce en la evolución del precio del gas que refleja el Mibgas, el operador del mercado ibérico del gas. El pasado jueves, el precio ha subido desde los 71,90 euros/MWh hasta los 91,50 euros/MWh que refleja el intercambio de esta materia prima para el próximo miércoles. Un incremento del 27% que va en línea con el 20% de aumento que refleja el precio del mercado diario de gas en Europa (TTF) para entrega en febrero.
“La falta de acuerdo político para poner en marcha el Nordstream 2, la infraestructura construida para transportar gas desde Rusia a Alemania por el mar Báltico, y la amenaza de conflicto armado en zonas donde ya existe conexión de gas con Europa, como es Ucrania asustan a los mercados financieros”, recuerda a Vozpópuli el analista y responsable de operaciones de Enerjoin, Carlos Martín.
El susto para el mercado español se refleja más en los mercados financieros que el suministro de gas. España importa cerca del 51% del gas que consume a través de dos gasoductos que salen de Argelia. Además del Magreb, existe un gasoducto marino que conecta directamente Argelia con España, a través de la costa almeriense, surte del 25% de esta materia prima a los consumidores españoles. Esta infraestructura es el Medgaz. El 49% del gas restante llega a través de buques y vías alternativas. “La llegada de gas ruso a España es prácticamente inexistente, no obstante, el estrés de los mercados financieros es lo que provoca esta sacudida”, añade Carlos Martín.
Adiós a la 'tregua' de 2022
Y esta incertidumbre en el mercado llega en un período de 'tregua' tras las fuertes subidas vividas en 2021. En los veinte primeros días de enero, el precio del mercado diario de gas en Europa (TTF) bajaba con rotundidad hasta los 82,3 €/MWh, desde los 120,67 €/MWh que marcaba en diciembre. “Es un descenso del 36%, pero sigue siendo una cota muy elevada”, explican los analistas del Grupo ASE.
Asia, con un saludable nivel de reservas, ha reducido su demanda de gas natural licuado (GNL) porque las temperaturas han sido suaves. Eso ha permitido que las exportaciones procedentes de EEUU se desviaran hacia Europa. De acuerdo con los analistas de Grupo ASE es un alivio porque, con la llegada del invierno, Europa ha podido compensar así su deficiente suministro, derivado de sus bajas reservas y del escaso flujo ruso.
Pero, el miedo a este posible movimiento bélico en Ucrania, ha desatado nuevas incertidumbres en el precio del gas en Europa. “Estamos viendo mucha volatilidad en el gas por el conflicto ruso”, comenta Jordi Martínez, socio director de AEC. “Las salidas de funcionarios de Estados Unidos y Reino Unido de Ucrania han desatado bastante incertidumbre en los mercados. A pesar que el Gobierno estadounidense ha reclamado a aliados como Qatar que envíe gas, los mercados están parecen bastante nerviosos”, apunta.
Ucrania es un riesgo para la economía española
Los economistas empiezan a encender la alarma con este conflicto. Este mismo lunes, los analistas de Mapfre han incluido, entre los riesgos macrofinancieros que mayor severidad y probabilidad de acaecer en el crecimiento de España y del conjunto del mundo en estos momento, la crisis geopolítica por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El impacto en el Ibex 35 así lo evidencia. La primera sesión de la semana se ha cerrado con un desplome del 3,18% en el índice español tras el llamamiento de Estados Unidos a sus ciudadanos a salir del país. En este sentido, su analista Gonzalo de Cadenas-Santiago advierte de que la crisis va a tener consecuencias, no solamente en términos geopolíticos y de la movilización de la gobernanza global, sino también en términos económicos.
"Tendrá un efecto sobre precios a través de la energía y la incertidumbre financiera", ha advertido el experto, quien ha señalado que el conflicto supone un nuevo factor que se ha convertido en el riesgo más probable y con el impacto macroeconómico a corto plazo más importante.
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