El Banco de España (BdE) recorta 9 décimas su previsión de crecimiento económico para este año por el impacto de la guerra en Ucrania y los elevados precios energéticos. De esta forma, pasa del 5,4% pronosticado en diciembre al 4,5%, en línea con el hundimiento en las proyecciones realizadas por otros organismos económicos en las últimas semanas. También recorta en un punto la previsión de crecimiento para 2023 (del 3,9% al 2,9%), retrasando parte del crecimiento a 2024 (año para el que sube siete décimas el repunte del PIB, hasta el 2,5%.
El BdE ha explicado que la guerra en Ucrania ha supuesto, además de una crisis humanitaria de enorme magnitud, una perturbación económica muy severa que ha incidido sustancialmente sobre las perspectivas de crecimiento mundial y de la economía española". En este sentido, "es previsible que el conflicto tenga un impacto muy negativo sobre la actividad y los precios, especialmente teniendo en cuenta el peso que Rusia y Ucrania tienen en los mercados globales de bienes energéticos, alimentos y minerales".
Hay tres canales de impacto: el repunte de los precios de las materias primas, el aumento de la incertidumbre en hogares y empresas, y los problemas de abastecimiento
"De entre los principales canales de impacto hay que destacar el fuerte repunte de los precios de las materias primas y de los niveles de incertidumbre, que condicionarán de forma significativa las decisiones de gasto de hogares y empresas". Asimismo, el conflicto bélico también resultará en un tensionado adicional de los problemas de abastecimiento en ciertos sectores productivos y en una ralentización del ritmo de avance de la actividad mundial, lo que incidirá negativamente sobre la demanda exterior de España".
El Banco de España espera que estos elementos se vean contrarrestados, en parte, por el impulso de los fondos europeos y las ayudas fiscales del Gobierno para paliar la guerra (que, según Funcas, sólo reducirá en un punto la inflación); así como por unas condiciones de financiación favorables (aunque algo menos holgadas que en los últimos trimestres) y la disminución de la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia.
En cuanto a las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno para paliar los efectos de la crisis, el Banco de España calcula que reducirán la tasa de inflación entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales, mientras que afectará positivamente al crecimiento del PIB en dos décimas.
Una inflación desbocada hasta verano
El BdE ha lamentado que hasta el inicio del conflicto bélico en Ucrania, el comportamiento de la actividad venía sorprendiendo al alza, al igual que la inflación. En este sentido, en el primer trimestre la economía habría crecido un 0,9% en términos intertrimestrales, según el BdE, frente al repunte del 2,2% del cuarto trimestre de 2021. "Es importante tener en cuenta que aunque se ha dicho que España no presenta una elevada dependencia energética de Rusia, siempre ha sido particularmente vulnerable a los shocks en los precios de la energía", han explicado.
"La inflación se revisa muy al alza en 2022 pero seguimos manteniendo una previsión de que se podría moderar gradualmente a lo largo de los próximos meses, a partir del tercer trimestre, llevándonos a tasas del 2% en 2023 y 2024", han explicado. En concreto, el Banco de España eleva la tasa media anual al 7,5%, frente al 3,8% previsto en diciembre. Es decir, que se ha doblado en línea con los mercados de futuro y el impacto que han tenido algunos efectos base.
La inflación subyacente (sin incluir los precios energéticos y de alimentos frescos) también ha manifestado una tendencia al alza en los últimos tiempos, generalizándose las altas tasas dentro de la cesta de la compra y dentro de los bienes más estables, con cerca del 60% de los bienes subyacentes con tasas por encima del 2%. En el año, se alcanzará una media del 2,8%, según el BdE, frente al 1% previsto hace tres meses.
Retrasa hasta verano de 2023 la recuperación de la economía
Sobre los problemas en el canal comercial, la encuesta EBAE (realizada después del inicio del conflicto) refleja que la duración prevista por las empresas en las dificultades de suministro se alargará hasta finales de 2022 o 2023. “La sensación es que en este contexto más complejo, los cuellos de botella y dificultades de suministro se van a agravar”, han señalado desde el BdE.
En definitiva, "esta es una perturbación negativa que nos golpea cuando no nos hemos recuperado todavía de la crisis sanitaria", han alertado. España todavía está 3,8 puntos porcentuales por debajo de los niveles precovid, mientras el área del euro ya se ha recuperado. Para el BdE, un ejercicio ilustrativo de esto es la observación de la vulnerabilidad de las empresas, que ha aumentado muy significativamente con la covid y todavía está por encima de los niveles de 2019.
En este sentido, se retrasa hasta el tercer trimestre de 2023 el momento en el que la economía española recuperará su nivel de PIB prepandemia. "En vez de lograrlo a finales de 2022, se retrasará al tercer trimestre de 2023, pero es un retraso transitorio porque volveremos a la misma senda de crecimiento, aunque evidentemente tendrá implicaciones para muchos hogares y empresas", han sentenciado.