El Banco de España (BdE) y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) han echado un doble jarro de agua fría sobre el Gobierno, enfriando aún más sus optimistas previsiones macroeconómicas. Por un lado, los organismos reguladores avanzan que el crecimiento del país no será el esperado y, por otro, evidencian un atasco en el uso de los fondos europeos, claves en la recuperación prevista para los próximos años.
En concreto, el BdE alertó este lunes del "elevado grado de incertidumbre" que se mantiene en torno al calendario de ejecución de los fondos europeos y avanzó que "el ritmo de utilización ha sido inferior al incorporado en los distintos ejercicios de proyecciones realizados desde entonces, lo que ha dado lugar a sucesivos desplazamientos temporales de los volúmenes de gasto".
Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso este lunes, el gobernador Pablo Hernández de Cos incidió en la importancia que estos retrasos tienen sobre las previsiones de crecimiento realizadas para los próximos años.
Las proyecciones que manejaba el BdE en septiembre contemplaban la realización de proyectos con los fondos europeos por un importe de algo más de 11 millones en 2021 y 31 millones en 2022, contribuyendo al crecimiento del PIB en 0,6% porcentuales en 2021 y en 1,8% el próximo año.
Sin embargo, estas previsiones podrían frustrarse si los fondos europeos no se ejecutan al ritmo esperado. Y el gobernador fue claro al respecto: "En los últimos trimestres, el ritmo de utilización de los fondos ha sido inferior al incorporado en las distintas previsiones del Banco de España".
Horas más tarde, la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, también vaticinaba que España cerrará el año con un crecimiento del 5,5%, 0,9 décimas menos que la anterior estimación. Y entre otras cuestiones, mencionó la incertidumbre que deja una posible ralentización en la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) al que están asociados los fondos europeos.
"Una implementación incompleta, con retraso o ineficiente del Plan de Recuperación comprometería su contribución a la recuperación y a la transformación estructural de la economía", señalaba Herrero durante su intervención en el Congreso, poniendo aún más en evidencia el tan cuestionado cuadro macro del Gobierno.
Calviño se apoya en Bruselas
Las advertencias de ambos organismos se produjeron el mismo día en que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, comparecía públicamente junto al comisario europeo Paolo Gentiloni ensalzando la buena posición de España para el desbloqueo de otros 10.000 millones de los Next Generation.
El comisario de Economía destacó que España fue uno de los primeros Estados Miembros en someter su Plan de Recuperación a la aprobación de Bruselas, lo que "confirma las buenas relaciones entre ambos equipos". "Estamos en estrecho contacto con la Comisión Europea y la colaboración es excelente", añadía Calviño.
Gentiloni también avanzó que "la mayoría" de las medidas y reformas comprometidas por el Gobierno ya se han puesto en marcha y, en este sentido, se espera "pronto" la primera petición de pago de los fondos europeos por parte de España (descontando el anticipo de 9.000 millones este verano), que asciende a 10.000 millones.
"La mayoría de las medidas que están en el Plan español para finales de este año ya han sido adoptadas y es el motivo por el cual España podría estar entre los primeros Estados Miembros en realizar una petición para el primer pago tras la prefinanciación", avanzó el comisario de Economía, quien situó el horizonte temporal en "las próximas semanas".
Sin embargo, para el Banco de España "la incertidumbre continúa siendo notable tanto en relación con el momento de ejecución de los proyectos como respecto a su efecto multiplicador sobre la actividad y el empleo, lo que condicionará de manera decisiva la evolución económica de los próximos años".
Un mal precedente con los fondos UE
España es el estado más atrasado de la UE en la gestión de los fondos de cohesión. En el último presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020, y al cierre de ese último año, había ejecutado un 43% de los fondos estructurales y de inversión asignados, el porcentaje más bajo de todo el bloque. Este es un mal precedente en el reto de ejecutar a tiempo los recursos que Bruselas pondrá a disposición del país para paliar la crisis de la covid-19.
De momento, el Gobierno sólo ha ejecutado unos 5.000 millones de euros de los 22.158 millones de los Next Generation que había presupuestado para 2021, según han calculado distintos economistas a partir de datos públicos. El último en hacerlo fue BBVA Research, que cifra en 4.924 millones la cuantía asignada hasta la fecha, un importe equivalente al 22% del total programado para 2021.
Este servicio de estudios estimaba a comienzos de año que en 2021 sólo llegarían a ejecutarse entre 10.000 y 15.000 millones de euros de los fondos europeos, un objetivo que ahora consideran difícil de conseguir. Ahora, tras revisar sus previsiones, la entidad cree que como mucho se ejecutarán 8.863 millones de euros este año.
El gobernador del BdE matizó en su comparecencia en el Congreso que "el retraso en la ejecución de los proyectos puede que no constituya necesariamente un inconveniente siempre que contribuya a que la selección de los mismos priorice aquellos con un efecto multiplicador más elevado". Pero, "frente a estas ventajas más a medio plazo, un eventual retraso en la ejecución del gasto proyectado para 2022 daría lugar a un crecimiento del PIB menor el próximo año".