Las costas españolas se llenaron en octubre y las primeras semanas de noviembre de metaneros cargados de gas sin permiso para descargar. Un lujo que nadie esperaba en plena crisis energética. Las altas temperaturas y la buena velocidad en el llenado de los almacenamientos redujeron la demanda. Enagás afrontó un problema inesperado y envió un escrito a la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) para saber cómo tenía que negociar los contratos de descarga no completados por esta situación.
La empresa que dirige Arturo Gonzalo acudió al organismo que dirige Cani Fernández para saber cómo cobrar, tras esta situación, los contratos de slots (tiempos de descarga de gas natural licuado desde buques). Enagás explica en su carta que había declarado la situación excepcional por altos niveles de existencias de gas en los tanques de las plantas de regasificación de sus puertos.
Como publicaba entonces Vozpópuli, las compras de gas continuaban en octubre y noviembre pese a que la demanda estaba muy por debajo de lo esperado, tal y como reconoce Enagás en su carta a la CNMC. Las reservas estaban al 93% (máximos históricos) la importación de gas natural licuado (GNL) iba a la velocidad esperada con descargas de buques con un aumento en septiembre del 42% frente a 2021 y, en lo que va de 2022, con un crecimiento del 58%.
Enagás lanzó una nota de operación sobre este inesperado atasco. “Se está produciendo un desacoplamiento entre los aprovisionamientos programados por el conjunto de los usuarios en el mes de octubre y el conjunto de demanda y exportaciones de GN y GNL, más allá de la flexibilidad que puede aportar la capacidad de almacenamiento subterráneo y en tanques, a pesar de la elevada capacidad de esta última y de la versatilidad que genera su gestión conjunta. Esta situación no es un hecho aislado del Sistema Gasista Español, sino que se repite en otros países de nuestro entorno”, explica en su comunicado.
En este contexto, las empresas o gestores de los metaneros renunciaron a los slots de descarga. Enagás no pudo sacar al mercado esta oportunidad de descarga debido a la situación de alto nivel de llenado en la que se encuentran los tanques de GNL. Los usuarios que renuncian al slot pierden la posibilidad de recuperar parte o la totalidad de su inversión en estos derechos, pero Enagás consideró apropiado recurrir a la CNMC para enfrentarse a esa negociación excepcional.
“¿Considera esta Comisión que debería procederse a la facturación de las primas y los peajes asociados a aquellos slots de descarga con fecha de prestación de servicio durante los meses de octubre y noviembre de 2022, que hayan sido o puedan ser renunciados durante la vigencia de la situación excepcional, y que no puedan ser ofrecidos de nuevo al mercado por la situación actual de congestión en que se encuentra el sistema?”, preguntaba Enagás a la CNMC.
Enagás no debe facturar estos peajes
La CNMC respondió el pasado 17 de noviembre el organismo regulador a la ayuda solicitada por Enagás en una situación excepcional que nadie esperaba.
"En la situación concreta y de operación excepcional descrita, causada por los altos niveles sostenidos de llenado de los tanques de GNL, que está provocando el retraso de la fecha de prestación del servicio de descarga de buques consignada en los contratos y en la que, tras la renuncia de los usuarios, estos pierden la posibilidad de que su capacidad sea reasignada a otros usuarios, se considera adecuado que no se proceda a la facturación de los peajes correspondientes a aquellos slots renunciados que no sean ofertados de nuevo al mercado mientras dure la situación de operación excepcional por dicha causa", comentaba la CNMC.
El problema ya no existe porque, entre otras cosas, ya ha llegado el frío y la demanda de gas para los hogares vuelve a niveles esperados. Enagás anunciaba el pasado 25 de noviembre, en una nueva nota de operación, que actualmente todas las operaciones firmes contratadas por los usuarios pueden ser llevadas a cabo en su fecha programada, no siendo necesario prolongar medidas excepcionales.
unidospode0S
Pero alguien pagó, eso es seguro. ¿Los grandes asesores de Antonio? ¿Algún amigo socialista que tenía unos depósitos en su casa? ¿Begoña para aprovechar su cátedra? ¡Ah, si se hubiera dejado Augusto aconsejar por el rey de Marruecos!