Economía

Los expertos de Montero critican la rebaja que obliga a rentas bajas a tributar como Amancio Ortega

Los 'sabios' que ha designado Hacienda para que le asesoren en la reforma fiscal advierten de que la rebaja del IRPF anunciada lleva a rentas bajas a tributar a marginales efectivos próximos al 50%

  • La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con los expertos que le asesoran en la reforma fiscal.

Los expertos que asesoran a Hacienda para la reforma fiscal también critican la rebaja del IRPF a rentas bajas que ha incluido el Ministerio en los Presupuestos. Estos sabios se suman así a expertos y organismos que vienen advirtiendo de que la rebaja opera sobre un beneficio fiscal en Renta, la reducción de rendimientos del trabajo, problemático y con errores de salto que, como avanzó Vozpópuli el 6 de octubre, el Fisco ahora mantiene y amplía a más contribuyentes, que tributarán a niveles como los de Amancio Ortega. Se trata de marginales efectivos de cerca del 50%, lo que significa que de cada euro que se les suba, Hacienda se quedará con el 50%. Y que ha llevado al Fisco a incluir una rebaja no anunciada en las retenciones en 2023, año electoral, para contribuyentes de hasta 35.200 euros, de hasta 1.000 euros.

En concreto, el Libro Blanco que han elaborado los expertos para la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, plantea convertir la reducción por rendimientos del trabajo en una deducción reembolsable en la cuota, similar a los impuestos negativos o al Earned Income Tax Credit (EITC) aplicado en EEUU y otros países, lo que creen que permitiría integrar el IRPF y las prestaciones públicas para las personas con rentas bajas.

Los sabios defienden que este instrumento podría seguir atendiendo a los objetivos que tenía fijados hasta ahora, pero, además, "permitiría corregir algunas de las debilidades". Así, advierten de que esta reducción "tiene el problema de que aplica de manera implícita tipos marginales efectivos muy elevados (próximos al 50%) a las rentas del trabajo".

Los problemas de salto de esta reducción se acrecentaron con la rebaja que lanzó Cristóbal Montoro en 2018 para rentas entre 14.000 y 18.000 euros, con marginales efectivos disparados a cerca del 60%. Pues bien, después de recibir en el trabajo de sus expertos recomendando suprimir este beneficio, Hacienda tuvo que improvisar a finales de septiembre una rebaja del IRPF a rentas bajas cuando vio que el PP iba ganando el relato de la batalla fiscal y la reforma de Montoro ofrecía un precedente para replicar.

El Ministerio plantea su rebaja para rentas de entre 15.000 y 21.000 euros. A los que ya estaban afectados por la reducción de Montoro les mantiene el problema e incluye ahora a rentas de entre 18.000 y 21.000 euros, con marginales efectivos de cerca del 50%, según ha calculado José Félix Sanz, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

La propuesta que hacen los sabios de Montero, en cambio, reduce el tamaño de estos tipos marginales y permite la integración de esa medida con los esquemas de prestaciones dirigidos a las personas y hogares con rentas bajas, lo que creen que podría fortalecer su efecto positivo sobre la oferta laboral de los trabajadores con ingresos reducidos y contribuir a la reducción de la pobreza.

Y es que otro de los problemas que tiene el beneficio vigente es que sólo aplica a quienes declaran el impuesto, dejando fueran a contribuyentes a los que ahora no hay manera de bonificar en el IRPF, como ha planteado el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, que en este sentido ha puesto en valor la ayuda de 200 euros para parados y trabajadores por debajo de 14.000 euros de ingresos, modelo por el que se está decantando.

Dudas de la AIReF

En este sentido se pronunció el pasado martes la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, en su comparecencia en el Congreso sobre los Presupuestos. Y lo hizo a pesar de que el secretario de Estado de Hacienda sostiene que la Autoridad Fiscal defiende la reducción por rendimientos del trabajo. Pues bien, Herrero trasladó que tienen dudas sobre la eficacia de la rebaja planteada porque actúa sobre rentas más elevadas de lo que cabría esperar y dijo que vigilarán sus efectos.

Sin embargo, los impuestos negativos como los que plantean los expertos en el Libro Blanco permiten incentivar a estos contribuyentes a través del IRPF y mantenerlos dentro de la capacidad de acción de la Agencia Tributaria.

Los sabios consideran que el ejemplo más claro de ese tipo de prestaciones es el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y las correspondientes prestaciones autonómicas, pero el esquema de EITC podría diseñarse para dar cabida a otras prestaciones. Aquí se refieren a las compensaciones que proponen dar a las rentas bajas por las subidas de impuestos verdes que recomiendan en línea con los objetivos climáticos generales y de la Comisión Europea, ahora paralizados por la crisis energética y por la guerra de Ucrania.

También plantean extender el esquema a algunos perceptores de rentas distintas de las laborales. Otro posible beneficio derivado de la implantación de un mecanismo como el EITC es que puede corregir la infradeclaración de rentas por algunos trabajadores (por ejemplo, la declaración incompleta de jornadas, detectada por la inspección de trabajo).

Y sobre el coste recaudatorio de suprimir un beneficio fiscal que ahora cuesta unos 1.000 millones por un esquema de impuestos negativos más amplio, recuerdan que también supone incrementar la base gravable del impuesto, al tener un efecto positivo en la oferta de trabajo y reducir las distorsiones que crean los elevados tipos marginales implícitos, además de reforzar el papel del IRPF en la articulación de las políticas redistributivas, permitiendo así una mejor integración de las políticas de ingresos y de prestaciones públicas.

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