El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado este martes sus previsiones económicas para las principales economías y ha recortado dos décimas la de España. Sus nuevos cálculos apuntan a un repunte del Producto Interior Bruto (PIB) en nuestro país del 1,5% este año, frente al 1,7% que estimó en octubre de 2023. En aquel momento ya rebajó sus expectativas en tres décimas.
En inicio, el FMI planteó un crecimiento similar al que recoge el Gobierno en su cuadro macroeconómico, que a día de hoy es la previsión más optimista de todas las expuestas por servicios de estudios y organismos económicos. El Gobierno espera que la economía española crezca este año un 2%, lo mismo que esperaba el FMI en julio del año pasado, pero que ahora deja en el 1,5%.
El crecimiento del PIB que proyecta el FMI no tiene en cuenta los últimos datos de Contabilidad Nacional publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que arrojan un incremento medio del PIB del 2,5% en 2023, una décima más de lo previsto, y del 0,6% en el último trimestre, lo que automáticamente tendrá un efecto arrastre positivo para el 2024.
En todo caso, el FMI espera que el crecimiento aumente en 2025, año para el que mantiene una previsión media del 2,1%. En el conjunto de la eurozona prevé un crecimiento del 0,9% este año y del 1,7% el año próximo. El menor avance lo tendrá Alemania, con un crecimiento del 0,5% este año y del 1,6% en 2025. Francia crecerá un 1% y 1,7%, respectivamente; e Italia, un 0,7% y 1,1%.
Riesgos de las previsiones
"Como la probabilidad de que se produzca un aterrizaje brusco va disminuyendo a medida que se desvanecen los shocks adversos de la oferta, los riesgos para las perspectivas mundiales están en general equilibrados. Hay margen para que se materialicen resultados inesperadamente superiores del crecimiento mundial, si bien otros factores potenciales arrastran la distribución de riesgos en la dirección opuesta", comenta el FMI.
Entre los factores favorables que podrían influir en un crecimiento superior menciona una desinflación más rápida, el retiro del estímulo fiscal más lento de lo que se esperaba, la recuperación económica más rápida en China, y la inteligencia artificial y las reformas del lado de la oferta.
Por contra, entre los factores que pueden mermar el crecimiento económico menciona las escaladas de los precios de las materias primas y los shocks geopolíticos y meteorológicos; la persistencia de la inflación subyacente, que obliga a endurecer la política monetaria; el crecimiento vacilante en China; y la desestabilización provocada por la consolidación fiscal.