La expresidenta de Madrid, que dimitió el pasado lunes por sorpresa de su cargo, estuvo madurando muy seriamente presentar su candidatura alternativa a Mariano Rajoy en aquel congreso de 2008 en Valencia, algo sabido por todo el mundo, aunque finalmente no lo hizo, para disgusto de muchos. Apoyos tenía, quién sabe si los necesarios para haber desbancado a Mariano.
“Fue un error histórico no presentarse; era el momento”, comentan algunos miembros del partido de segunda fila y, evidentemente, del sector más liberal o “auténtico”, como les gusta que se les denomine.
La candidatura estuvo bastante armada, más de lo que la gente percibió. Incluso llegó a tener sobre la mesa su eslogan: “Es PP” (espe-pé, con juego de palabras). Sector auténtico 100%. Ni el eslogan, ni la candidatura vieron la luz. ¡Cómo la habrán echado de menos esos liberales en meses recientes, con este Gobierno que parece tener compromiso en exclusiva con las subidas de impuestos!.
Por cierto, si todo el mundo se ha deshecho en elogios hacia Esperanza, también habría que hacérselos a sus asesores, que tendrán su pequeña cuota de mérito. Hay un mundo entre la imagen de aquella ministra que en 1996 caía casi como una pardilla en las trampas de los periodistas que le preguntaban nombres de artistas del momento siendo ministra de Educación y Cultura; pieza fácil para el ‘Caiga quien caiga’, y la de la lideresa que se lleva a la gente de calle, desmantelando el 'cinturón rojo' de Madrid y erigiéndose en un referente liberal, capaz de llevarse bien con el sector más tradicional del partido (con sus elogios al Papa, por ejemplo) o con los más progresistas, (defendiendo al colectivo homosexual o incluso ahora a la concejala de Los Yébenes).
Una cosa más. Aznar está que trina. Tuvo que retrasar su viaje a Guatemala, donde pensaba inaugurar su Campus Faes, por la repentina marcha de Aguirre, que no mereció ni una declaración de Rajoy y comentan que está más que molesto por el trato que está recibiendo ‘su gente’: desde Mayor Oreja a Rato, pasando por una salida por la puerta de atrás de Espe.
Lo que sin duda será interesante es ver si la ex presidenta guarda prudente silencio en el futuro sobre decisiones tipo Bolinaga o subidas de impuestos, o la vemos en entrevistas y ‘canutazos’ hablando claro y alto. Esperemos que sea la segunda versión.
