Las cosas han cambiado en el Ayuntamiento de Barcelona prácticamente de un día para otro. Después de cuatro años de tempestad, de bloqueos y de prórrogas de los presupuestos municipales, ha llegado la calma del consenso y el acuerdo. Los dos partidos que conforman el gobierno municipal (la Barcelona en Comú de Ada Colau y el PSC de Jaume Collboni) y los dos principales partidos de la oposición y baluartes del bloque independentista (ERC y JxCat) han pactado las cuentas municipales para el año en curso, que ascienden a 3.000 millones de euros. Los tres partidos constitucionalistas puros (Ciutadans, PP y la Barcelona pel Canvi de Manuel Valls) han quedado fuera.
La suma de los 33 concejales de las cuatro formaciones que han suscrito el pacto para los presupuestos del 2020 supone el 80% de asientos del plenario, compuesto por 41 ediles, lo que da una idea de la magnitud del acuerdo. Por eso la alcaldesa, Ada Colau ha aplaudido que “se inicia una nueva etapa en Barcelona: la de la política útil, el diálogo y el acuerdo, que pone fin a años de bloqueo” y ha atribuido el éxito al esfuerzo de las cuatro formaciones y al de los técnicos municipales barceloneses.
Colau ha destacado que la “histórica” cifra de 3.000 millones del presupuesto municipal “permitirán reforzar los servicios públicos” y sacar adelante proyectos para conseguir una ciudad más verde y sostenible”. La alcaldesa ha subrayado que el acuerdo solo ha sido posible porque sus firmantes “han puesto los intereses de Barcelona por encima de los intereses de partido”.
El presidente del grupo municipal de ERC, Ernest Maragall, ha recalcado que el montante final del presupuesto es “significativo pero insuficiente,” por lo que habrá que atraer “inversión privada y de otras administraciones para erradicar las desigualdades y la emergencia climática”. Los republicanos se han autoerigido en los garantes de las cuentas municipales y de que a finales de año se habrán invertido en la ciudad “más de los 3.000 millones presupuestados”.
El aspecto que más ha sorprendido del acuerdo a cuatro ha sido el giro dado por el partido de Carles Puigdemont. JxCat ha pasado de una primera etapa crítica con el proyecto presupuestario de Colau y Collboni -por “continuista y poco ambicioso”, en palabras de la presidenta del grupo municipal, Elsa Artadi-, a votar a directamente favor porque “se han incluido el 75% de nuestras alegaciones, entre ellas las relacionadas con la derogación de las restrictivas leyes estatales, que no dejan progresar a Barcelona, y con la lucha contra la emergencia climática”, ha reconocido Artadi.
El socio de gobierno de Colau y primer teniente de alcalde barcelonés, Jaume Collboni (PSC) ha destacado que “sólo hacían falta tres concejales” para que las cuentas del 2020 salieran adelante pero, en cambio, gobierno municipal ha preferido conseguir “la máxima mayoría posible” . Esa mayoría, evidentemente, no ha pasado por conseguir también la rúbrica del resto de partidos de la oposición, que ni siquiera han sido invitados a las negociaciones, y han sido "ninguneados" como denunciaron la semana pasada a El Liberal.