España

Abascal tensa la relación con el PP a cinco días del 12-M, pero Feijóo desdeña su carta: "Veremos si aguantan"

Sémper acusó a Vox de estar "más obsesionado con hacer oposición al PP que al Gobierno". Bambú confía en mantener su peso mientras los de Alejandro Fernández prevén 12-13 escaños

Vox buscó el cuerpo a cuerpo con el PP este lunes, a seis días de las elecciones catalanas donde ambas formaciones, fuera de cualquier posibilidad de obtener medalla, codean por la cuarta plaza en el Parlament. Lo hizo con una carta distribuida a los medios de comunicación y firmada por su líder, Santiago Abascal, que tenía en el remite el nombre de Alberto Núñez Feijóo. "Cuando te canses de tender la mano a Pedro Sánchez, encontrarás la nuestra para construir una alternativa que esté a la altura de las circunstancias", concluía Abascal en la misiva, que incluía cinco ofertas de colaboración entre ambos partidos tras dos carillas llenas de dardos y reproches.

¿La respuesta de Génova? "No vamos a responder a esa carta", zanjó su portavoz nacional, Borja Sémper. "Me llama la atención que precisamente el día que, por primera vez en la historia democrática de España, la Guardia Civil investiga a la mujer del presidente del Gobierno, llega Vox a desviar la conversación pública. Es un nuevo balón de oxígeno para Pedro Sánchez", entró al trapo contra un partido que dibujó "más obsesionado con hacer oposición al PP" que al Gobierno.

Fuentes de la dirección nacional de Vox aseguran que la carta no tenía letra pequeña, que no era una artimaña. "Buscamos llegar a un acuerdo y hacerlo público, no un movimiento táctico como los que están acostumbrados en Génova", añaden con retintín. Lo cierto es que el timing invita a pensar lo contrario. Y que el espectacular ascenso del PP de Alejandro Fernández es un patrón común en todas las encuestas. En la elaborada por Hamalgama Métrica para este periódico, por ejemplo, los populares alcanzarían los 13 diputados –10 más que en febrero de 2021– mientras Vox cosecharía un resultado idéntico al de hace tres años, 11 escaños, fruto de un 7'7% de los votos.

No obstante, en Vox recelan de cualquier encuesta y le restan cualquier atisbo de imparcialidad. "Los estudios demoscópicos no se hacen para reflejar la realidad, sino para refrendar la línea editorial del partido o del periódico que las encarga", critican. "En las anteriores elecciones nos daban entre seis y cuatro, y luego sacamos 11", aseguran. En el PP catalán, por su parte, sí prevén los "12 ó 13 diputados" que establece "la media de encuestas". Lo que "sería cuadriplicar", recuerdan fuentes cercanas al candidato.

"No nos presentamos contra Vox"

Pero tanto en Génova como en Bambú ya miran más allá del 12-M, convencidos de que un buen resultado en Cataluña auparía sus posibilidades en las elecciones europeas del 9 de junio, con una importancia capital para ambos partidos. Se trata de una carrera simbólica, la de liderar el constitucionalismo, de la que excluyen al PSC de Salvador Illa por las alianzas forjadas por el Gobierno de Pedro Sánchez con el independentismo en los últimos años. Por eso ya allanan el terreno entre una y otra fecha con actos públicos que esperan masivos.

Y si Vox celebrará su Viva 24 –una suerte de "festival político" para la militancia– con la presencia de líderes internacionales como Javier Milei, presidente de la Argentina, el 19 de mayo; el PP anunció una manifestación de largo alcance el 26 en Madrid con "todo el país" invitado. ¿También los votantes de Vox? "Y los del PSOE que no quieran a Sánchez", contestan en Génova. Preguntados por si asistirán a la manifestación anunciada por el PP este lunes, en Bambú aseguran "no tener información" al respecto.

Ambos cuarteles electorales, eso sí, aseguran estar "satisfechos" con sus aspiraciones. No obstante, que Vox haya llegado con músculo al sprint final del 12-M ha generado cierta sorpresa en Génova, donde esperaban –a pesar de que no era el target buscado– rascar más votos entre quienes votaron a Ignacio Garriga en febrero de 2021. Por su parte, Alejandro Fernández, y eso sí es un objetivo cumplido, parece haber asumido casi en su totalidad el voto huérfano de Ciudadanos.

"No nos presentamos contra Vox", repiten una y otra vez desde la candidatura del PP catalán, denostando toda comparación política e ideológica. Un argumento precisamente utilizado por Abascal en su carta para meter baza en los últimos compases de la campaña. "Es bastante evidente, público y notorio, que el PP está preocupado en ganar a Vox", recalcó, después de apuntar que la desaparición de su partido en el País Vasco era un "objetivo" que Feijóo no materializó. "Nosotros aspiramos a ensanchar nuestro espacio político a izquierda, derecha y centro. Nosotros no competimos con una formación política ideológicamente escorada", competimos con todas las formaciones políticas", le contestó Sémper. [Léase "extrema derecha" en lo de "ideológicamente escorada"]. Una manera de zafarse que no les impide desconfiar en que aguanten a rebufo hasta el próximo domingo. Así les emplazan fuentes del PP catalán: "Veremos si aguantan hasta el final".

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