Medio centenar de personas se han concentrado este miércoles frente a la escalinata del Congreso y han manchado con tinta roja biodegradable la Puerta de los Leones en protesta por la pasividad del Gobierno ante la crisis climática y en contra de una ley que consideran insuficiente.
El movimiento Rebelión Científica se ha movilizado ante el Congreso y ha realizado una acción de desobediencia civil no violenta coincidiendo con la publicación de la última parte del informe del IPCC, el principal análisis científico sobre cambio climático.
Decenas de manifestantes, en su mayoría científicos, se han sentado frente a la fachada principal del Congreso gritando consignas como "No hay planeta B" o "Sin planeta no hay futuro", mientras que otros concentrados portaban una pancarta que decía: "Alerta Roja. Escuchad a la Ciencia".
"La inacción política es criminal"
En apoyo a este acto, el diputado de Unidas Podemos Juan López de Uralde ha salido para compartir las reivindicaciones de los manifestantes, que le han recriminado que su partido se haya "rendido" y no haya impulsado una mejor ley contra el cambio climático. Hasta once furgones de la Policía han acudido al lugar para desalojar a los manifestantes mientras que los servicios de limpieza han comenzado a limpiar ya la fachada.
En una octavilla, los manifestantes se definen como personas pertenecientes a la comunidad científica, reprochan la inacción política frente a la crisis climática y explican que pasan a la acción porque sus avisos "no han sido escuchados" pese a que la humanidad está ante su "mayor reto". "La inacción política es criminal. Ya solo nos queda rebelarnos", recalcan en su "alerta roja" para pedir un cambio de sistema.