Andalucía no es Galicia, pero el estilo de gobernar de Juanma Moreno en menos de cuatro años, así como su talante moderado, pragmático, sin estridencias, alejado de batallas ideológicas y culturales frente a la izquierda, le acerca a la frontera de la mayoría absoluta en las últimas encuestas. Todo ello gracias a votantes de centro y centro izquierda, provenientes del electorado más moderado y templado del PSOE-A, además de abstencionistas de corte socialdemócrata. Estos electores detectados en los sondeos ven en el actual presidente de la Junta de Andalucía a una especie de dique de contención frente a Vox, a la hora de protagonizar un gobierno en solitario que evite contar con Macarena Olona como vicepresidenta. Por eso le prestan sus votos a él y a su marca personal, no al PP.
Posiblemente, Moreno no logre igualar a su amigo Alberto Núñez Feijóo, que nunca ha necesitado socios de gobierno, pero puede obtener un resultado que le posibilite hacerse 'un Ayuso'. La presidenta de la Comunidad de Madrid sacó ella sola más escaños que toda la izquierda junta y no tuvo que contar con Vox en su Ejecutivo, a pesar de no obtener mayoría absoluta (se quedó a 3 escaños). Es lo que busca ahora el candidato del centro derecha que apela también al voto de centro izquierda en estos primeros compases de precampaña. No en vano, Espadas y Moreno se disputarán votos de ese espectro ideológico templado en la gran batalla que van a representar en estas elecciones los 29 grandes municipios andaluces (más de 50.000 habitantes).
Después de conocerse la última encuesta publicada por El Confidencial el giro demoscópico a favor de Moreno Bonilla es evidente. Andalucía gira al centro derecha, siendo considerada siempre una comunidad de centro izquierda. En cuestión de semanas, el candidato a revalidar la presidencia de la Junta de Andalucía ha pasado de estar en una horquilla de entre 44 y 47-48 escaños a superar los 50, hasta llegar a los 53, con un 40,2% de los apoyos. Además, Moreno representa la opción presidencial favorita de un tercio de los votantes encuestados de izquierdas. Concretamente, el 34,2% de quienes alguna vez votaron a partidos de este corte ideológico.
En base a estos datos, Vox sólo subiría un máximo de 3 escaños. Tiene ahora 12 y obtendría 14-15, con un 13,5%. La cifra de diputados y porcentaje contrasta también con las que venían arrojando los últimos sondeos, al llegar hasta los 20 de tope, e incluso 22-23 en el peor momento del PP nacional, durante la llamada 'guerra civil' entre Casado y Ayuso (febrero). Moreno está recibiendo un trasvase de 100.000 votantes de Vox que confiaron en el partido de Abascal en 2018 y ahora vuelven al PP andaluz.
El PSOE-A de Espadas lograría 33-35 y el 27,7%. En su horquilla más alta superaría en dos los 33 parlamentarios que obtuvo Susana Díaz en 2018. Con la diferencia de que ella ganó. Para el exalcalde de Sevilla todo lo que no sea obtener un escaño más que la expresidenta de la Junta será considerado en Ferraz como un fracaso. Aunque el aspirante a ocupar San Telmo asegura que su proyecto es a ocho años (presentarse dos veces y gobernar a la segunda) no son pocos en el PSOE andaluz los que sostienen que si no logra superar la cifra de la antigua baronesa autonómica su liderazgo comenzará a cuestionarse y pueden hasta buscar un relevo.
Vozpópuli ha podido saber que a partir del lunes se conocerán nuevos sondeos que van en la misma línea del mencionado diario digital, por lo que la tendencia alcista del PP andaluz, cercana a la mayoría absoluta, se consolida. Distintos expertos en demoscopia consultados coinciden al afirmar que el giro que muestra la actual foto fija que representa una encuesta siempre (todo puede cambiar de aquí al 19 de junio en las urnas) es posible gracias a dos factores: el primero radica en que los votantes del Partido Popular están muy movilizados; el segundo y más importante tiene que ver con cómo Moreno logra ser visto por votantes de centro y centro izquierda como una barrera segura para frenar a Vox.
El perfil centrista del primer presidente no socialista de la Junta de Andalucía contribuye a que Moreno 'pesque' en caladeros de antiguos votantes del PSOE, tanto abstencionistas moderados de 2018 como aquellos desencantados con la deriva de Pedro Sánchez en el Gobierno central junto a Unidas Podemos y socios independentistas, nacionalistas y herederos políticos de ETA, en el caso de EH Bildu.
Cabe recordar que el director de Deimos Estadística, Ramón Alberca, responsable de la encuesta que publicó Vozpópuli el 28 de febrero, día de Andalucía, ya apunto aquí el pasado 8 de abril que Moreno logra entre votantes de corte socialdemócrata “una especie de voto útil, a modo de dique de contención, para intentar frenar a Vox, pero en el momento que detecten que puede meter a Vox en su gobierno esos votos los va a perder Moreno”, señala este estadístico de profesión sobre cómo pueda discurrir la campaña electoral.
La principal pretensión de Moreno Bonilla pasa por construir “una mayoría social suficiente”, como él mismo repite hasta la saciedad, que le permita gobernar en solitario, sin depender de Vox para formar gobierno a partir del 19 de junio. La clave del éxito del gobernante centrista, a la hora de haber podido aglutinar en torno a él a exvotantes socialistas “es su moderación, porque este tipo de votantes ven al presidente de la Junta alejado de Vox, al no haberles integrado en su gobierno”, señala Alberca sobre el partido que lidera Santiago Abascal.
Además de lograr retener de forma íntegra a su electorado de 2018, cuando Moreno logró el peor resultado en las autonómicas andaluzas firmado por Alianza Popular y Partido Popular (26 escaños), ahora el sucesor de Javier Arenas recibe una transferencia de 365.000 votos provenientes de Ciudadanos, su hasta ahora socio de gobierno, al borde de la desaparición como partido. A lo anterior se une el trasvase del 15% de los votantes del PSOE en 2018 (150.000 electores), además de otros 100.000 que llegan a Moreno desde Vox.
Alberca corrobora la cifra de votantes que arrojan las encuestas como apoyos del PSOE, ahora trasvasados a lo que él llama "juanmismo". Aquellos antiguos votantes socialistas “son ahora de Juanma Moreno, no del PP, y le prestan sus votos en las encuestas porque les seduce su gestión y su moderación”, frente a los extremos de Vox y Unidas Podemos.
Al hilo de lo apuntado por Alberca sobre electores socialistas de antaño que ahora “prestan” su voto al presidente de la Junta, el propio Moreno ha insistido durante las últimas entrevistas en medios de comunicación en que él pide “a muchos andaluces que me presten su voto”. Apela a un perfil de centroizquierda moderado, representado en el PSOE.
Existe un 14,16% de votantes de la expresidenta de la Junta Susana Díaz que ahora se abstendrían: “Sin duda esos 150.000 votantes abstencionistas están llamados a ser un target (objetivo) muy importante para el PP de Moreno”, destaca Alberca.
A todos los datos anteriormente expuestos, Deimos Estadística ya tenía detectado en sus sondeos que un 15,66% del total de la abstención que hubo en los comicios autonómicos andaluces de 2018 recala ahora en el Partido Popular.
Espadas no es visto como un voto útil capaz de aglutinar a toda la izquierda frente a Vox
Los preocupantes pronósticos que reportan los sondeos para el nuevo candidato del PSOE andaluz, Juan Espadas, un gran desconocido entre los electores, sumado al caos en que se encuentran sumidos la mayoría de los partidos de la izquierda radical –sin ponerse de acuerdo para siglas y candidato– han provocado que el sucesor de Susana Díaz no sea visto como un voto útil para aglutinar a toda la izquierda frente a Vox y la posibilidad de que este partido forme gobierno con el PP-A.
Del espectro de partidos a la izquierda del PSOE-A sólo la marca Adelante Andalucía tiene candidato designado. Es Teresa Rodríguez, la anticapitalista exmiembro de Podemos que lideró al partido de Pablo Iglesias en 2015 y luego, en 2018, concurrió en la plataforma Adelante Andalucía junto al entonces coordinador de Izquierda Unida, Antonio Maíllo. Ambos conformaron el 'ticket' electoral conjunto a la presidencia de la Junta.
El hecho de que Rodríguez y los suyos fueran expulsados del Grupo Parlamentario, en una acción promovida por Unidas Podemos, llevó a la Mesa de la Cámara a considerarles tránsfugas, en una decisión insólita recurrida ante el Constitucional. Tal circunstancia motivará que la candidata de Adelante no vaya a poder participar en los debates que vaya a celebrar Canal Sur Televisión.
Sorprendentemente, el papel para evitar a toda costa la irrupción en San Telmo de la derecha radical lo ocupa el candidato del PP-A. Un líder, como es sabido, en la frontera de la socialdemocracia. Moreno ha adoptado incluso en sus discursos el lenguaje inclusivo, cuando comienza a hablar: "todos y todas". También es un defensor a ultranza de las políticas de igualdad y contra la violencia machista. Son algunos de los puntos a su favor entre votantes progresistas, además de sus políticas de protección a menores marroquíes no acompañados (menas). Todo lo contrario a Vox, que le tilda de "socialista" siempre y cree que quiere "perpetuar las políticas del PSOE" después de casi 37 años del llamado 'régimen andaluz'.
La volatilidad del voto en una larga carrera hacia el 19-J
La volatilidad del voto en la foto fija de un momento determinado, lo que representa siempre cualquier encuesta, ha motivado que Moreno pase en sólo unos días a rozar la mayoría absoluta. A comienzos de semana, el prestigioso sociólogo Narciso Michavila, responsable de Gad 3, aseguraba en Canal Sur Televisión que Juanma Moreno estaba lejos de la mayoría absoluta. Lo dijo tras recordar que en enero pasado sus encuestas situaron al PP andaluz al borde, o consiguiendo la cifra mágica de 55 escaños. Hubiera sido el momento ideal para convocar elecciones, sobre todo si se tiene en cuenta que dos meses antes, en noviembre de 2021, Vox y PSOE-A habían tumbado los nuevos presupuestos. Era la excusa perfecta para la disolución del Parlamento y el adelanto electoral.
En el PP andaluz tienen los pies en el suelo y no lanzan las campanas al vuelo tras las últimas encuestas que les situan al borde de la mayoría absoluta. De hecho, antes de conocerse los nuevos y alentadores sondeos ya trabajaban en lo que denominaron "campaña de tipología específica" para contrarrestar los ataques de Macarena Olona. El perfil más derechista, duro y rocoso que podían esperar. Dan por hecho que tratará de buscar el cuerpo a cuerpo con Moreno.
El presidente andaluz en funciones dijo este viernes que "nos lo va a poner difícil", en alusión a la candidata de Vox y el hecho de alcanzar una mayoría suficiente para no contar con ella en el próximo Ejecutivo que salga de las urnas.
Las fuentes consultadas en el seno del PP-A afirman que van a seguir trabajando "de la misma forma" que antes de estos alentadores sondeos. No hay nada peor, recuerdan, que "tus votantes se desmovilicen y piensen que todo está ganado", con el consiguiente riesgo que ello conlleva, traducido en la posible abstención de un domingo veraniego en Andalucía, como el del 19 de junio.
La volativilidad del voto es evidente y todavía puede haber unos cuantos giros en los sondeos, admiten desde la sala de máquinas, del PP-A. Aunque los 'trackings' internos de los populares, en sintonía con la encuesta de El Confidencial y otras que saldrán a partir del lunes, tenían como candidata a Macarena Olona, ahora hay que esperar a ver cómo se desarrolla la campaña de Vox.
Los de Moreno Bonilla admiten en privado que "las campañas de ellos son muy buenas siempre", en alusión a los de Santiago Abascal. Ya se pudo comprobar con la que protagonizaron en Castilla y León, bajo el lema 'Siembra'. Un guiño al mundo rural que les funcionó.
Juanma Moreno ya está volcado en el campo andaluz, bastión del voto de Vox, en esta precampaña. En los últimos días su ruta le ha llevado a la provincia de Córdoba. Además de la capital, que celebra sus festividades de mayo, el presidente ha visitado municipios de la campiña cordobesa como Lucena (más de 42.000 habitantes) y la Entidad Local Autónoma (ELA) de Encinarejo. Una visita, ésta última, que llamó la atención porque se trata de una localidad de menos de 2.000 habitantes. La clave es que tiene un alcalde del PP. Todo suma a la hora de buscar apoyos rurales.
El pasado viernes el PSOE andaluz ponía ya en marcha toda su maquinaria electoral, con la aprobación de sus listas en el Comité Director (máximo órgano entre congresos). Horas antes desembarcaba en Andalucía el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Él mismo se encargó de acuñar una expresión que, poco después, Espadas hizo suya: "la coalición Olona-Bonilla".
El afán de los socialistas es que cale entre su electorado, bastante desmovilizado, la idea de que es inevitable una coalición gubernamental del PP con Vox. No parece que estén teniendo mucho éxito, a tenor de las encuestas. Tienen enfrente a un político como Moreno, que lleva dentro a un socialdemócrata. Ha reconocido en entrevistas que acudió a mítines de Felipe González antes de afiliarse a las Nuevas Generaciones del PP. Feijóo llegó más lejos, porque llegó a votar al expresidente del Gobierno en las primeras elecciones que ganó, las de 1982.
Macasleb
Eso de que Moreno Bonilla le quite 100000 votos a VOX,no se lo cree ni en sueños el que ha escrito esto.
Fergar
Este artículo me recuerda a uno sobre Mañueco, las encuestas no son fiables y menos a dos mese de las elecciones. Los sueños, sueños son.