El PP se ve ganador en la ciudad de Valencia con el proyecto que encabeza María José Catalá a tres meses y medio de las elecciones. Sus datos indican que alcanzará la mayoría absoluta junto con Vox. En el PP se atribuyen en sus últimas proyecciones demoscópicas un total de 13 escaños (6 más que en 2019) con casi diez puntos de ventaja sobre Compromís, que sería la segunda fuerza. Es básicamente la cifra de la encuesta de GAD 3 pero con una tendencia al alza.

Los nacionalistas bajarían a 8 ó 9 escaños (hace cuatro años sacaron 10) y el actual alcalde, Joan Ribó, mostraría signos de erosión en su segundo mandato, aunque tendría un porcentaje de apoyo superior al que tiene su partido a nivel autonómico.

En este estudio del PP, la candidatura socialista que encabeza Sandra Gómez se mantendrían en los 7 escaños que consiguió en 2019, aunque la tendencia actual podría llevarles hasta un escaño número 8, admiten las fuentes consultadas en el Partido Popular. Eso sería a costa de Compromís y podrían quedar junto a los nacionalistas en un empate a 8 que no les permitiría volver a gobernar.

La llave de la gobernabilidad por el flanco de la derecha la tendría Vox (como en muchos otros ayuntamientos) y en esta encuesta alcanzarían de manera 'muy justa' los 4 concejales. O sea que la horquilla estaría entre 3 y 4 ediles frente a los 2 que consiguieron en 2019.

Podemos y Ciudadanos, no llegan

El partido que quedaría fuera del hemiciclo es Podemos –como sucedió en 2019–, aunque en esta ocasión con un porcentaje que supera por poco el 3%.

Así pues, el efecto de la llegada de la portavoz de las Cortes, Pilar Lima, a la cabeza de la lista municipal no sería suficiente para remontar una situación que ya parece difícil de suturar con pocos meses por delante. Y es que hay polémicas como la denominada ley del 'solo sí es sí' que han hecho a la formación morada refugiarse más en su electorado más fiel y tiene difícil ensanchar su base social.

Ciudadanos también quedaría fuera del hemiciclo, ya que apenas supera el 2% en intención de voto y dejaría a Fernando Giner sin opciones de entrar en el Ayuntamiento donde esta legislatura ha ejercido como portavoz de la formación naranja acompañado por otros 5 ediles.

Malestar con la movilidad, inseguridad o suciedad

Los motivos de optimismo para el PP se centran en que el desgaste de las formaciones de izquierda que tienen tareas de gobierno 'empieza a aparecer' en los últimos meses. En la ciudad, son recurrentes las quejas ciudadanas sobre los problemas de movilidad, la suciedad, el crecimiento de la inseguridad o el atasco en la tramitación de las licencias municipales.

El desplome de Ciudadanos irá 'inyectado' directamente en las papeletas del PP que basa gran parte de su crecimiento en ese trasvase de votos que vuelven a su origen.

Para aumentar ese efecto es posible que en las próximas semanas se pueda concretar algún fichaje como el de Rocío Gil (la portavoz de C's en la Diputación de Valencia) y que –con independencia de si va o no en la candidatura municipal– tendría como objetivo aumentar los adeptos de esa formación que verían con buenos ojos 'volver' al PP. Catalá pretende minimizar el daño que Fernando Giner puede hacer si finalmente presenta una lista para la cita de mayo.

Confían también en el PP local en captar votantes de Vox que estaban enfadados con el PP y para ello esperan que la foto de la reunificación entre José María Aznar y Mariano Rajoy pueda contribuir a ensanchar ese espectro ideológico y social del partido que se ha estrechado en la última década. Estos votos son 'vasos comunicantes' que benefician al PP pero tendrían un efecto negativo en las filas de su potencial socio de Gobierno, Vox, que está a la espera de confirmar su candidato a la Alcaldía el próximo domingo.

El sorpaso del PSPV a Compromís

La visión demoscópica que tienen en las filas del PSPV de la ciudad, con Sandra Gómez al frente, es bien distinta. No es tanto porque haya una gran discrepancia numérica sino porque su diferente distribución haría que su cabeza de lista accediera a la Alcaldía en lugar de la candidata popular.

Lo que sí dan por hecho en el PSPV es que va a haber un rol diferente dentro del bloque de izquierdas donde los socialistas se van a consolidar como primera fuerza y Compromís –que se resiste a dar por buena esta versión– pasaría a ser la segunda. Esto es, si se cumplen los pronósticos del grupo municipal socialista Sandra Gómez será alcaldesa sustituyendo a Joan Ribó.

El PP, primera fuerza

Las fuentes consultadas por este medio admiten que el PP será primera fuerza pero ven "muy difícil" que supere los 12 escaños (4 más que en 2019). Así, consideran que no llegarían a la mayoría absoluta porque Vox estará en el entorno de los 3-4 concejales (1 ó 2 ediles más que en las últimas elecciones), quedándose el bloque de derechas en un máximo de 16, a uno de poder gobernar.

Las cifras que manejan este mes de febrero en el PSPV confirmarían las que se conocieron en el último barómetro municipal, aunque hay algún matiz.

El fundamental es que, en aquel estudio, Podemos se quedaba con posibilidades de entrar con 2 diputados. Los datos del grupo socialista sitúan, sin embargo, a la formación morada fuera del hemiciclo municipal al quedarse en un 4% (a un 1 % de poder superar la barrera electoral). Si Podemos consiguiera entrar en la recta final –algo que no logró hace cuatro años–, el PSPV da por hecha la reedición de un gobierno de izquierdas, aunque esta vez liderado por ellos.

El escaño 10: garantía de gobierno

Incluso sin entrar Podemos, el PSPV confía en poder gobernar y para ello ven fundamental alcanzar el escaño número 10. En sus estudios el proyecto de Sandra Gómez estaría actualmente en una horquilla de entre 9 y 10 concejales (2 ó 3 más que en 2019).

Mientras, Compromís no aprovecharía la vara de mando de Joan Ribó y se dejaría hasta 3 escaños por el camino comparándolo con las últimas elecciones al retroceder hasta los 7-8 concejales.

Este 'trasvase' de votos se atribuye, según las mismas fuentes, al hecho de que "dentro del bloque de izquierdas el PSOE está ahora mejor valorado" y a que "va a haber un voto de refuerzo del bipartidismo por un cambio en las preocupaciones prioritarias de los ciudadanos".

Mayor movilización

También juega a su favor, entienden, que las elecciones municipales y autonómicas vayan juntas porque "va a haber mayor participación, sobre todo en barrios de rentas medias y bajas" que en mayo de 2019 no se movilizaron al ver que, solo un mes antes, se había ganado la Generalitat con cierta facilidad.

Y tampoco se olvidan de algún hito importante para la ciudad como será el inicio del canal de acceso ferroviario a Valencia que solucionará la barrera que divide diferentes barrios de la capital del Turia.

Otro factor que analizan como beneficioso desde el PSPV es la situación de Ciudadanos. A día de hoy no le conceden "casi ninguna opción" de entrar en el hemiciclo, ya que sus datos dicen que está en un 3% del voto, aunque Fernando Giner estaría un punto por encima de la intención de voto a nivel autonómico de la formación naranja. La decisión del portavoz municipal de C's de presentarse a las elecciones es, sin duda, un buen dato para el PSPV que vería como unos miles de votos de corte liberal no acaban en manos del PP.

Sea como sea, en lo que sí coinciden los dos grandes partidos es en que Ribó no será alcalde por tercera vez, cuestión que abriría una crisis en la formación nacionalista al perder su gran bastión en los últimos ocho años y que, solo una gestión compartida con el PSPV, haría que pudiera salvar mínimamente los muebles.