Comunidad Valenciana

PSOE y PP manejan encuestas que les dan entre 34 y 37 escaños: la Generalitat pende de la entrada de Podemos

Populares y socialistas miran de reojo si la formación morada se queda fuera del Parlamento autonómico –estaría ahora con un margen de apenas medio punto– y Ciudadanos ya se da por 'amortizado'. Vox, para el PP, y Compromís, para el PSPV, tendrán la llave de la gobernabilidad

  • Puig y Mazón reunidos en el Palau de la Generalitat -

PP y PSOE están, según sus cálculos, en pie de igualdad con vistas a las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo. El sillón presidencial de la Generalitat que ahora ocupa Ximo Puig no tiene un dueño claro para la próxima legislatura porque, después del paso por las urnas, ambas formaciones estiman que pueden sumar entre 34 y 37 escaños, mejorando su resultado respecto a la cita de 2019.

Las fuentes del PP consultadas por Vozpópuli dan una suma máxima de 37 escaños –a tres meses y medio de las elecciones– para la candidatura a las Cortes Valencianas que encabezará Carlos Mazón. La distribución de esos escaños la encabezaría la provincia de Alicante que aportaría entre 14 y 15 diputados –frente a los 7 que tiene en la actualidad– gracias a la 'absorción' de la práctica totalidad de los votantes de Ciudadanos que se dejaría sus 7 diputados por el camino.

Gran crecimiento del PP en las tres provincias

En Castellón los populares sumarían entre 7 y 8 escaños, frente a los 5 que consiguió en 2019, engrosando entre 2 y 3 escaños de Ciudadanos del total de 4 que lograron los naranjas en la pasada cita. Y en la provincia de Valencia las cuentas del PP llegan hasta los 13 ó 14 diputados autonómicos que sería doblar su representación de hace cuatro años cuando lograron 7.

La dirección regional del PP considera que esta 'foto' del momento llega con una ligera tendencia al alza y que esos números pueden crecer a medida que se acerquen las elecciones autonómicas. Y es que hay polémicas como el recorte del trasvase del Tajo-Segura o los efectos perniciosos de la ley del 'sólo sí es sí' cuyo desgaste electoral está todavía por medir de manera más precisa.

Feijóo ha decidido abrir el fuego electoral municipal en la Comunidad Valenciana, conocedor de que la contienda en tierras valencianas puede marcar también las generales de final de año. Anunció el pasado fin de semana que vendrá en Fallas, a un mes de las elecciones municipales y autonómicas, y tiene programadas más visitas a la Comunidad Valenciana en las próximas semanas.

Mazón, Aznar, Feijóo, Catalá y Rajoy en la 26 Intermunicipal de Valencia VP

Eso sí, sabedor de lo que dicen los 'trackings' en Génova (con números ajustados), Feijóo ha decidido meter presión a los candidatos (en especial a Carlos Mazón y a María Jose Catalá) para que se metan ya de lleno en la campaña y logren subir las cifras.

El papel incierto de Vox

El acompañante necesario para que el PP gobierne en la Generalitat es, cada vez más evidente, que será Vox. A falta de tres meses y medio para el último domingo de mayo se antoja casi imposible que los populares puedan alcanzar una mayoría absoluta cifrada en 50 diputados. Tampoco parece fácil llegar a los 40-42 diputados que pudieran servir para tentar a los de Abascal con un apoyo en la investidura y un pacto de legislatura, pero sin entrar en el Gobierno autonómico, argumentando la legitimidad para gobernar en solitario con un resultado tan sólido.

Esa es la gran incógnita, según reconocen tanto en el PP como el PSOE. ¿Cómo está Vox? En las cuentas de los populares la formación que liderará Carlos Flores para la Generalitat estaría entre 12 y 14 escaños. Sacarían entre 5 y 6 escaños, tanto en Alicante como en Valencia, ( obtuvieron 4 en 2019), mientras que mantendrían los 2 que ya tiene en Castellón.

La alianza con Vox, por lo tanto, podría llegar a presidir la Generalitat, aunque lo imprevisible del comportamiento de Santiago Abascal (incluida la moción de censura planeada con la figura de Ramón Tamames) puede hacer bailar esos números.

El PP de Mazón sí ha conseguido, a diferencia de lo que sucedió en 2019, convertirse en el voto útil de la derecha con la vuelta a 'casa' de la mayor parte de los votantes de Ciudadanos y alguno de los de Vox, que podría crecer después de la foto de la reunificación ofrecida por José María Aznar y Mariano Rajoy en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia.

En la acera de enfrente, el PSPV que lidera Ximo Puig, se ven las cosas de manera diferente, pero no muy distante. Básicamente porque aunque conceden al PP que está en empate técnico con los socialistas sitúan a Vox entre 10 y 12 escaños, con lo que la candidatura que encabeza Mazón debería dar un salto si quiere alcanzar la Presidencia de la Generalitat.

El PSOE también se ve ganador

Las fuentes consultadas por este medio en el PSOE valenciano también se atribuyen una horquilla de entre 34 y 37 diputados que serían 10 más de los que sacaron en 2019 y con subidas en las tres provincias. Estas cifras provendrían de los 8 ó 9 diputados en Castellón frente a los 7 actuales.

En Valencia se registraría una subida desde los 10 hasta los 14 ó 15 diputados (con el efecto Volkswagen como viento de cola), mientras que en Alicante pasaría también de 10 escaños hasta los 12-13 diputados (algo que sorprende por la política de 'agravios' que el Gobierno de Sánchez ha mantenido hacia esta provincia).

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig Europa PressEuropa Press

Ximo Puig cuenta con que la caída de Compromís se ha matizado desde el abrupto desmoronamiento que supuso la salida de Mónica Oltra de las filas nacionalistas. Entre 14 y 16 escaños consideran que podría obtener Compromís en las autonómicas y destacan –como la propia formación que lidera Joan Baldoví en la candidatura para las Cortes– que el hecho de que vayan votar 43.000 personas en las primarias del próximo fin de semana significa que hay un grado alto de movilización entre los votantes y militantes de Compromís.

Un bipartito de izquierdas

Al igual que el PP va a beber de la 'fuente' de Ciudadanos –ya desahuciado– y algo de Vox y votantes socialistas 'centristas', el PSOE espera recoger algo de la caída de Compromís, también de Ciudadanos y, también, de Podemos. La formación morada sacó 8 escaños en 2019 y, según las cuentas que manejan los socialistas, estaría apenas medio punto por encima del 5% que se necesita para entrar en el Parlamento autonómico, lo que puede empujar a los votantes de izquierda a apostar por el PSOE como 'líder' de ese bloque ideológico.

Si Podemos consigue superar la barrera electoral sacaría 5 ó 6 escaños, que es el máximo que el PSOE valenciano les atribuye, y habría una redistribución de diputados que haría que la mayoría del bloque de izquierdas se situara en el entorno de los 53-54 diputados.

En el caso de que Podemos se quedara fuera y el Parlamento autonómico valenciano pasara de albergar 6 partidos a sólo 4, la Presidencia se dirimiría en una 'foto-finish' atendiendo a estas encuestas de los dos principales aspirantes a gobernar la autonomía. Pese a ello, Ximo Puig confía en que podría llegar sólo con Compromís a la mayoría absoluta raspada: 50 escaños.

El PP, a arriesgar; el PSOE, a conservar

A falta de 110 días para que los valencianos acudan a las urnas, todo apunta a que el que más pone en juego lo que tiene conquistado es el PSOE porque es quien tiene la responsabilidad de gobernar.

El PP ha apostado por una larga precampaña que ayude a generar la sensación de que hay un Gobierno valenciano agotado, que la legislatura ha concluido, y que ellos son la única alternativa para salir de la crisis social que dibujan.

Los socialistas, por su parte, van a intentar estirar el 'chicle' de la gestión todo lo que puedan para atribuirse méritos hasta última hora y dar sensación de responsabilidad agotando el mandato. Entrar en una precampaña larga ahondaría en las diferencias con sus socios de Gobierno (Compromís y Podemos) y eso, admiten, no tendría ningún rédito para Puig.

Las cuentas de las formaciones que lideran Ximo Puig y Carlos Mazón podrían, no obstante, diferir del resultado que vislumbran. Resulta difícil vaticinar el comportamiento de los nuevos votantes que se incorporan a las elecciones por primera vez.

Y también parece aventurado determinar el sentido del denominado 'voto oculto'. Especialmente en estas elecciones puede ir en cualquier dirección habida cuenta de la enrevesada coyuntura social, económica, sanitaria y de valores fundamentales que atraviesa tanto la Comunidad Valenciana como el conjunto de España.

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