El pulso de Peter Lim con la ciudad de Valencia ha aumentado al negarse a firmar el protocolo de adhesión para que la capital del Turia pueda ser candidata al Mundial 2030. A la década de descomposición a la que el máximo accionista del Valencia CF ha sometido al club de Mestalla, hay que sumar ahora el perjuicio económico que puede suponer quedarse fuera de la cita mundialista..
La negativa de Lim a firmar el protocolo exigido por la FIFA como requisito para poder aspirar a ser una de las sedes en España del Mundial 2030 viene determinada por su batalla judicial y urbanística contra la Administración autonómica y local.
El Valencia CF anunciaba ayer que no firmaría ese acuerdo para impulsar la candidatura de Valencia porque no tiene garantías jurídicas suficientes de que podrá construir su nuevo estadio en los plazos exigidos y porque de no hacerlo tendría que afrontar importantes sanciones económicas.
En manos de FIFA
La consecuencia es que Valencia queda en manos de la voluntad de la FIFA y de que quiera conceder una prórroga para que Lim y las Administraciones alcancen un acuerdo (algo que ahora se antoja muy lejano).
El protocolo ha sido firmado ya por el Gobierno valenciano en su sesión plenaria del pasada miércoles y hoy lo hará el Ayuntamiento de la ciudad después de la celebración de la Junta de Gobierno. Faltará, sin embargo, la pata fundamental que es el Valencia CF que debería poner a disposición su nuevo estadio, algo que no se va a producir.
La relación gélida entre Peter Lim, que vive de espaldas al club y a la ciudad, se pudo ayer comprobar a la hora de que el club de Mestalla comunicará a la Federación Valenciana de Fútbol y no al Ayuntamiento su decisión de no firmar el protocolo de FIFA por las razones aducidas anteriormente.
La realidad es que Lim no ha hecho nada en diez años por reanudar las obras del nuevo estadio que es, además, la única instalación en la ciudad que podría cumplir los requisitos de la FIFA para albergar un partido de la fase final del Mundial 2030.
Resignación
La Generalitat que encabeza Carlos Mazón empieza a asumir que "será difícil" que Valencia pueda albergar partidos del Mundial 2030, según explican las fuentes consultadas por Vozpópuli en el Ejecutivo valenciano.
En el Ayuntamiento de la ciudad, las fuentes oficiales afirman que la alcaldesa, María José Catalá, ya avisó que "si llegamos a tiempo al Mundial, fenomenal, pero si no, no le vamos a regalar nada a Peter Lim", y parece que ese es el escenario al que está abocada Valencia.
La realidad es que hay ahora mismo una madeja difícil de desliar a tiempo para cumplir con el organismo que rige los destinos del fútbol internacional. Por un lado, Peter Lim no ha desistido de la vía judicial para recuperar los derechos urbanísticos que le otorga la Actuación Territorial Estratégica que la Generalitat dio por caducada.
Sin puntos de acuerdo
Las fuentes consultadas afirman que esta cuestión puede dinamitar cualquier puente futuro de acuerdo, puesto que si el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana a partir del próximo 6 de marzo da la razón al Gobierno autonómico, Peter Lim ya ha ordenado recurrir al Supremo, afirman. Esto llevaría a que se retrasara uno o dos años más la vía judicial hasta que hubiera una sentencia firme.
En la parte urbanística, el Valencia no tiene a día de hoy licencia para reanudar esos trabajos porque también existen dudas sobre si la licencia que deben reactivar está o no caducada y hay que solicitar una nueva. El impulsor del grupo Marea Valencianista, Miguel Zorío, que hace de lobby de presión contra Peter Lim también ha llevado a los juzgados esta cuestión por lo que hay una cierta 'parálisis' en los funcionarios a la hora de emitir un informe que asegure que esa licencia tiene vigencia.
División políticos
En la parte política hay división de pareceres entre PP, Vox, Compromís y PSPV a la hora de enfocar la forma en la que el Valencia CF debe reanudar las obra y en qué condiciones. Definir el estadio, los plazos constructivos y un calendario para que el club pueda obtener beneficios urbanísticos en función del cumplimiento de diferentes hitos en el cambio de estados tienen diferentes enfoques.
Sí coinciden en la mala fe de Peter Lim que no ha realizado ni un gesto para destensar la situación. Por ello, ahora todos miran al 6 de marzo para conocer cuál será la resolución del Alto Tribunal valenciano para dar el siguiente paso con todas las garantías jurídicas.
La parte financiera tampoco está despejada, al contrario. Peter Lim no quiere avalar nada para el nuevo estadio que exceda los 80 millones que el fondo CVC le ha concedido (a cambio de contraprestaciones del club durante 50 años).
La construcción del estadio se elevará muy por encima de esas cifras y se espera la auditoría externa encargada por el Ayuntamiento de Valencia para saber cuál será esa cantidad. En cualquier caso, Lim ofrece la hipotética venta de unos terrenos en la parcela del nuevo estadio (al fondo Atitlan por valor de 30 millones) y los préstamos que harían entidades financieras como Caixabank pero que aún no se han concretado.
Avales
Eso no le servirá al Ayuntamiento de Valencia, que va a exigir avales por el total del coste de las obras, así que no es probable que Lim acceda. Desbloquear las condiciones en las que se permitiría al Valencia CF volver a meter máquinas en la parcela de la avenida de las Cortes Valencianas parece una tarea titánica, al menos en el corto plazo que exigía la FIFA y que ahora queda en manos de que el citado organismo quiera conceder una prórroga.
Compromís, Vox y PSPV no apoyarán aprobar las fichas urbanísticas para que Lim recupere sus beneficios urbanísticos, si antes no cumple todas las exigencias que se han negado a aceptar durante la década en la que lleva al frente del club.
La FIFA tenía claro que el plazo para firmar el protocolo de adhesión finaliza hoy y en breve se sabrá si Valencia queda fuera del corte o se espera como una medida excepcional. Si decidieran estirar los plazos, la decisión final para establecer sedes no tiene un calendario claro.
No ayuda tampoco que la propiedad Real Federación Española de Fútbol esté en un proceso preelectoral para elegir a su nueva junta directiva después de que el caso de Luis Rubiales acabará por descabezar a este estamento.
Lo más probable es que la FIFA haga su primera selección de sedes en junio y que la lista definitiva salga a finales de este año, algunas fuentes hablan de diciembre. En medio de esos dos hitos habrá visitas a las ciudades con aspiraciones a ser sede, aunque ya se ha producido alguna en el caso de la capital del Turia.