Política

Armengol se niega a que se voten unas enmiendas del Senado y provoca una bronca en el Congreso

El PP exige aplazar la votación final de la Reforma Alimentaria, que abandonó la Cámara Alta con unas modificaciones que ahora el Gobierno boicotea

"¡Reglamento! ¡Reglamento! ¡Reglamento!". El Pleno de este jueves ha comenzado a su hora, pero no con normalidad, sino entre gritos y golpes. Una hora antes, en una Junta de Portavoces extraordinaria, el PP ha tratado de maniobrar para que se modifique el orden del día previsto y se aplace la votación definitiva del Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario.

El motivo: que el texto regresa del Senado con la incorporación de una serie de enmiendas -de PP, Junts y ERC- que Francina Armengol, a petición del Gobierno y con los votos de PSOE y Sumar, ha vetado. El pretexto es que afecta al Presupuesto, pero ni siquiera el secretario general de la Cámara, Fernando Galindo, apoya la decisión de la Mesa, porque en su día el Tribunal Constitucional fijó doctrina. 

A pesar de que la decisión es firme, nada más arrancar la sesión parlamentaria, Miguel Tellado, portavoz popular, lo ha intentado otra vez y ha pedido la palabra al vicepresidente primero, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que se ha negado a concedérsela -"ahora mismo no hay ningún desorden, le daré la palabra posteriormente"-, hasta que la insistencia de los populares ha sido insoportable. "A ver dígame exactamente cuál es la cuestión de orden, no le voy a dejar más de treinta segundos". 

 

Acto seguido, el portavoz popular ha reiterado su petición: "Se ve que el presidente accidental se ha levantado regular en el día de hoy. En base a una cuestión de orden, en base al artículo 72.2 y en base al artículo 68.1, usted sabe que desde el grupo parlamentario popular hemos presentado un escrito en la tarde de ayer y hemos elevado una solicitud de alternación del orden del día...", y ahí se ha quedado.

Celis le ha cortado el micrófono de sopetón. "Muy bien, le he entendido, señoría, le he entendido". Su arbitrariedad ha desatado una tremenda bronca. Los diputados del PP han reaccionado con voces y dando manotazos en sus escaños. La gresca se ha prolongado por varios minutos. 

"Dictadura"

Tellado, por su parte, ha permanecido en pie y ha tratado de continuar la exposición de motivos a grito pelado, con el Reglamento de la Cámara en la mano. Celis le ha amenazado con llamarle al orden. Y lo ha hecho, hasta dos veces seguidas. La tercera, implica la expulsión. "Siéntese señor Tellado, siéntese, le llamo al orden por primera vez", ha reclamado el vicepresidente. Toda la bancada popular, en protesta, se ha puesto también en pie. "Señorías, siéntense por favor". Oídos sordos. Los populares han continuado como el palo de una escoba. "Señor Tellado, le llamo al orden por segunda vez". En ese momento, se han escuchado comentarios como "dictadura"

El embrollo de las enmiendas trae cola desde el martes, aunque se agravó ayer, cuando el grupo popular elevó un escrito a la presidencia del Congreso para aplazar el segundo punto que figuraba en la votación de hoy, la reforma alimentaria. "Se trata de un aplazamiento imprescindible hasta que se celebre una reunión urgente de la Mesa, que dé respuesta a los escritos presentados de reconsideración y se analice el informe de legalidad solicitado por el GPP al secretario general de la Cámara", informaban en la noche de ayer en el equipo de Tellado. 

 

A la decisión de Armengol de suprimir las modificaciones establecidas por el Senado -el PP logró colar una rebaja del IVA de los alimentos-, la bancada popular denuncia: "Es el enésimo atropello democrático por parte de la Presidencia de la Cámara, que trabaja a las órdenes del Gobierno". Aunque, esta vez, añaden: "Se trata de una situación inédita y de especial gravedad en casi 50 años de democracia de la que no existe precedente alguno". 

Los populares lamentan que "desde el inicio de la legislatura y con la colaboración necesaria de Armengol, el Gobierno no ha dejado retorcer y vulnerar e incumplir el trámite parlamentario y los procedimientos establecidos en el Reglamento, así como de menoscabar la función legislativa del Senado". Un desprecio que consideran "obsceno" y que escenifica que Sánchez "está decidido a gobernar de espaldas a las Cortes Generales para intentar camuflar su evidente debilidad parlamentaria y su manifiesta incapacidad para aglutinar mayorías que le permitan sacar leyes adelante". 

 

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