Política

Las apuestas 'rana' de Yolanda Díaz aceleran su soledad y la descomposición de Sumar

La coalición de partidos que integran la plataforma de la vicepresidenta segunda decidirá en las próximas semanas su liderazgo

  • Yolanda Díaz, en un acto del 8-M. -

Yolanda Díaz no tiene suerte. Sumar dijo adiós este viernes a Elizabeth Duval, una de las cuatro integrantes de la dirección temporal -junto a Lara Hernández, Rosa Martínez y Txema Guijarro- que maneja el partido hasta la asamblea de la próxima semana. Fuentes conocedoras de la interna apuntan que se trata de una decisión personal: "Se ha dado cuenta de que se queda atrás en su carrera como escritora, lamenta que no la llaman de las editoriales desde su implicación política. Ella empezó una reflexión hace un mes".

Duval, escritora y activista trans, fue un fichaje clave de Yolanda Díaz para las elecciones de julio de 2023, cuando le otorgó durante la campaña el rol de portavoz de feminismo y derechos LGTBI. Aunque inicialmente su intención era retirarse tras los comicios, terminó afianzándose en el núcleo de confianza de la también ministra de Trabajo y se unió a Movimiento Sumar -el partido matriz- una vez se constituyó como organización. Fue tras las sucesivas derrotas electorales de 2024 y la dimisión de Díaz, cuando pasó a formar parte de la dirección de Sumar dentro de una coordinación colegiada.

Ahora, el fichaje le ha salido 'rana'. Las fuentes consultadas explican que Duval, que siempre se reivindicó como independiente, no podía compatibilizar su idea de participación dentro de un partido que ahora ya sí es una estructura políticamente propiamente dicha, con funcionamientos internos y limitaciones. "Se ha enterado ahora de que la política de partido y de instituciones tiene limitaciones", explica una fuente al tanto del movimiento.

Lo cierto es que la salida de Duval no hace si no acrecentar la soledad política de Yolanda Díaz dentro de su propio espacio político, donde los rostros de los que se ha rodeado Yolanda Díaz estos años han ido cayendo en desgracia. Duval se suma al reguero de Marta Lois, efímera portavoz parlamentaria de la formación y de su sucesor, Íñigo Errejón. Incluso algunos dirigentes consolidados como Enrique Santiago empiezan a perder peso ante el auge de otros referentes como Antonio Maíllo, el coordinador general de Izquierda Unida, cuya figura supone un desafío al poder blando de Yolanda Díaz. 

En verdad, la renuncia de Duval llega en un momento clave para Sumar, que atraviesa una fase de descomposición del proyecto orginal que concibió Díaz. El partido de la izquierda alternativa se está redefiniendo. Con las primarias aún rodeadas de secretismo, el futuro de la formación dependerá en gran medida de cómo se reconfiguren las alianzas electorales entre las diferentes organizaciones. Y de Podemos -que está al acecho- valorando si competir en solitario o negociar con Sumar una nueva lista de unidad.

La postura de otros partidos de la coalición, como Compromís, también será determinante, porque el alma valenciana de esa izquierda a la izquierda del PSOE solo mira ahora a la Comunidad Valenciana. Es más, según ha sabido este diario, en la capital del Turia ya se especula con el regreso a la primera línea de la política de Mónica Oltra, una de los rostros de los que se rodeó Díaz y que abandonó la política tras verse envuelta en un caso judicial relacionado con el encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por su exmarido a una menor tutelada.

Las perspectivas electorales de Sumar no son nada halagüeñas. La última encuesta de Hamalgama Métrica para este diario, reflejó que perdería la mitad de los apoyos y pasaría de 31 escaños a 21. La fiesta se iría esa noche a la sede de Podemos. Los morados irrumpirían con el 5% de los votos y otros tantos escaños, aunque no lograrían el sorpaso a Yolanda Díaz.

El contexto político, para más inri, no está siendo favoreciendo a Sumar.  La premura del rearme europeo aboca a Yolanda Díaz a plantearse la permanencia del partido dentro del Ejecutivo si quiere subsistir electoralmente. Las fuentes consultadas en la izquierda del PSOE descartan ese escenario. Al menos por ahora. Pero en el lado socialista de Moncloa admiten, en privado, que el socio de Pedro Sánchez va a calcinarse en cuanto el Consejo de Ministros empiece a incrementar el gasto en defensa. Y eso que Yolanda Díaz evidenció este jueves la fractura dentro del Ejecutivo respecto al incremento del gasto en defensa al posicionarse políticamente en contra y pedir la salida de de España de la OTAN, en contra de la postura socialista. 

El gran problema de Pedro Sánchez es que si Sumar no está fuerte, no tiene incentivos para una hipotética convocatoria electoral. Ya se encargó de disipar en Bruselas cualquier duda al respecto. En verdad, el declive de Sumar es anterior a la última gran estocada que supuso la dimisión de Íñigo Errejón, acusado de agresión sexual. Yolanda Díaz fue incapaz de remontar las duras consecuencias del veto que impuso en su día a Irene Montero. Podemos aceptó concurrir bajo el paraguas electoral de Díaz. Pero una vez se topó con el 'no' a su 'lideresa', los morados pusieron todo tipo de zancadillas

Díaz siempre expuso que Montero estaba muy quemada; que la ley del 'solo sí es sí' -y su posterior rectificación-, la dejó amortizada. La exministra de Igualdad llegó a la cita con las urnas de aquel mes de julio abrasada por los efectos de la norma, cuyo redactado permitió la puesta en libertad de decenas de condenados por delitos sexuales. De manera que la vicepresidenta segunda se mantuvo firme en su rechazo no solo a Montero, sino también a Pablo Echenique. Díaz no quería en su barco a los rostros más beligerantes de la izquierda española, porque restaban, no sumaban.

Podemos ha ocupado durante una década el papel central de ese espacio. Y llevó muy mal su pérdida de protagonismo. Pese a que Pablo Iglesias quien situó a Yolanda Díaz a los mandos, el ex vicepresidente segundo del Gobierno se dio cuenta rápido de que Díaz le traicionó. A Iglesias le duele la línea política que eligió Díaz -menos belicosa con el PSOE-. También le dolió que se dejara aconsejar por quienes, según Iglesias, contriubyeron de manera decisiva a dividir a la izquierda, como el propio Errejón. Todo ello ha tenido a Iglesias sumido en un dolor de cabeza del que apenas se está recuperando ahora, cuando cree que tener la sartén por el mango. La ruptura de Podemos el año pasado con Sumar y su llegada al Grupo Mixto ha revolucionado por completo a la izquierda del PSOE, que vive en crisis permanente. 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli
Sigue la sangría en Sumar: abandona Elizabeth Duval, la mano derecha de Díaz
El PSOE y sus socios impulsan la mordaza en el Congreso y las sanciones a periodistas