La exasesora de Podemos Dina Bousselham confirma que no tiene nada en contra del líder del partido Pablo Iglesias. Acepta y disculpa que accediese a su tarjeta de móvil porque en su interior también había información que le afectaba a él. También justifica que tardase tiempo en devolvérsela “habida cuenta de sus obligaciones públicas y electorales en aquellas fechas” e insiste en que el aparato se dañó en la empresa de recuperación de datos de Gales.
Lo deja claro en un escrito de 14 folios remitido al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón. Es la primera vez que Bousselham se pronuncia tras la decisión del Tribunal Supremo de devolver estas pesquisas a la Audiencia Nacional para agotar la investigación que afecta a Iglesias por los presuntos delitos de daños informáticos, revelación de secretos y denuncia falsa.
Es una de las vías de la investigación del llamado caso Dina, una pieza separada del macrocaso sobre las actividades del comisario José Villarejo. Tiene que ver con el robo de la tarjeta del móvil de Bousselham a finales de 2015. Meses después la recibió la revista Interviú, cuyos responsables optaron por no publicar su contenido y avisar a Iglesias a la luz de lo que hallaron en su interior. El ahora vicepresidente agradeció el gesto y se quedó la tarjeta tras ver los archivos que almacenaba en las propias oficinas de la revista.
'Caso Dina'
Por su parte, desde el medio de comunicación también le entregaron una copia de la tarjeta al polémico mando. Los periodistas investigados alegan que tan solo atendieron al requerimiento de un comisario de la Policía que se la pidió. Con el tiempo, pantallazos de la tarjeta del móvil de Bousselham acabaron publicados en la prensa. La investigación no ha logrado acreditar si lo difundió Villarejo ya que la misma Bousselham compartió algunas de sus conversaciones con algunos contactos.
En el terminal móvil disponía de fotografías e información personal e incluso bancaria del propio Iglesias
Tanto la Fiscalía como el alto tribunal estableció que para investigar a Iglesias -aforado- es necesario que la víctima del delito presente denuncia contra él. Lo mismo sucede en el caso de los daños informáticos. Sobre la denuncia falsa, el Supremo cree que es necesario antes una resolución absolutoria o un auto firme de archivo y estos hechos aún están bajo investigación. Por ello la confirmación del perdón de Bousselham aboca a su fin la parte del caso que afecta a Iglesias.
"Confianza existente"
Bousselham deja claro que no ha interpuesto “querella, ni denuncia, ni ha instado acciones contra el Sr Iglesias, aceptando el hecho de que aquél entrara en conocimiento de los archivos de la tarjeta puesto que, entre otros, gran parte de lo contenido en el teléfono móvil procedía de su trabajo en la organización y dada la confianza existente”.
Entiende que la entrega por parte de Iglesias “no se efectuara de forma inmediata, dada la confidencialidad en la que fue recibida, y habida cuenta de sus obligaciones públicas y electorales en aquellas fechas”. Además añade que “en el terminal móvil disponía de fotografías e información personal e incluso bancaria del propio Iglesias”.
“El señor Iglesias le entregó de forma voluntaria la tarjeta a Doña Dina, una vez fue publicado su contenido en los medios de comunicación, recibiendo la tarjeta en el mes de julio de 2016. Y si bien pudo acceder a su contenido una primera vez, posteriormente la tarjeta no le funcionaba”, dice el texto.
En este sentido, carga con dureza contra el juez a quien acusa de tener un “interés desmedido y no disimulado de atribuir un delito de daños informáticos” al vicepresidente. Bousselham defiende que la tarjeta se daño en la empresa de recuperación de datos de Gales a donde la remitió porque no podía acceder a ella. Considera por tanto “inútil” la petición por parte del magistrado a la Policía de un nuevo informe sobre el estado y los daños de la tarjeta.