En los Falcon 900 y los Airbus A-310 que utiliza el Ejército del Aire para trasportar a Pedro Sánchez y a las altas autoridades del Estado ofrecen desde simples snacks hasta platos más elaborados, como una caldereta de cordero con arroz basmati. También postres, licores o bebidas como un whisky Baileys o un brandy Carlos I o marcas similares. Estos alimentos y bebidas forman parte de dos contratos de suministros firmados en 2020 a dos empresas distintas. Por aquellos primeros acuerdos para ese ejercicio, se les pagó un total de 120.000 euros. Pero se trata de contratos que pueden ser prorrogables durante los siguientes ejercicios por una suma total de 1.400.000 euros.
Los servicios los contrató el Ejército del Aire para el Grupo 45 de las Fuerzas Armadas, ubicado en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Esta unidad militar se fundó en 1956, pero fue en 2004 cuando se especializó en el transporte de las altas autoridades del Estado, tanto de los miembros del Ejecutivo como de los de la Casa Real. Sus aeronaves también están pensadas para aeroevacuaciones médicas nacionales e internacionales. El Grupo 45 cuenta con dos tipos de avión: el Dassault Falcon 900B, cuyo uso por parte del presidente Sánchez ha sido criticado por la oposición en numerosas ocasiones; y el Airbus A-310, con más autonomía de vuelo.
El Ejército sacó a concurso los dos contratos a finales de 2019. El más caro de ellos era para el suministro de catering de la flota de aviones Falcon y los Airbus A-310. La otra licitación era para la compra de complementos alimenticios, refrescos y bebidas de alta graduación. Los dos servicios se adjudicaron a dos empresas respectivamente para prestarlos sólo durante el 2020, aunque en los contratos se establece la posibilidad de prorrogarlos durante varios años más. En la Plataforma de Contratación del Estado, sin embargo, no se refleja ningún documento sobre las prórrogas que se hayan podido firmar desde entonces.
Catering: vajilla, charcutería, platos elaborados y postres
El servicio de catering de los aviones presidenciales se adjudicó a la empresa Gate Gourmet Spain, con sede en Coslada, por 80.000 euros para los meses de abril y septiembre de 2020. A partir de ahí, el contrato contempla la posibilidad de que se prorrogue hasta un plazo máximo de cinco años hasta sumar 1.200.000 euros.
Gate Gourmet se ha encargado del catering en varias aerolíneas. Los pliegos del contrato ofrecen una idea aproximada de la carta que pueden disfrutar los miembros del Gobierno de coalición de PSOE y Podemos en los aviones presidenciales. La empresa no sólo se ha tenido que encargar de la comida, también asumió el suministro de la vajilla y de la cubertería. Cada plato, cada vaso y cada cubierto llevan dibujado el logotipo del Ejército del Aire. El servicio también incluye el lavado de las fundas de las almohadas y de las mantas que se ofrecen a los pasajeros durante los vuelos.
En cuanto el menú, se trata de un listado realizado a modo de ejemplo, antes de la contratación de Gate Gourmet y para que sirva de guía a la empresa adjudicataria sobre los tipos de platos y alimentos que debe servir durante los viajes. Las prescripciones técnicas incluyen fotografías de los platos para que la adjudicataria se ajuste a la presentación exigida por contrato.
El catálogo ofrece desde variedades de pan (chapata, integral o blanco) a productos de charcutería como queso, lomo curado embuchado, jamón ibérico de bellota, fuet o chorizo, pero también comestibles como chicles o almendras. Al presidente del Ejecutivo y a sus ministros también les pueden ofrecer una bandeja con seis sandwiches, macarrones integrales ecológicos, quinoa con langostinos y lechuga, rodaballo a la plancha con patatas y espárragos, lubina a la plancha con trigo vaporizado, escalopines con patatas paja o ternera con salsa de mostaza y verduras.
Otros platos destacados del catering son el bol de ventresca con espárragos y tomate, el tartar de salmón con hummus y aguacate, los huevos revueltos con calabaza y tomate o las crepes rellenas de huevos revueltos y salmón. De postre, se puede elegir entre el flan de café y una amplia gama de pasteles. Los hay que queso con miel y piñones, de chocolate, de tiramisú o de mandarina con cava. Otras opciones son el fresón, la tarta de tocino de cielo o la crepe con relleno de mermelada de frambuesa.
Snacks, picoteo "exótico" y bebidas alcohólicas
El otro contrato también se adjudicó por las mismas fechas de 2020. En este caso, la empresa contratada fue Representaciones Mayoral S. A, una compañía radicada en Getafe que presta sus servicios de distribución alimentaria en Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León. A esta compañía se la encomendó el suministro de productos "misceláneos" en los aviones presidenciales, como los refrescos, los snacks y las bebidas alcohólicas.
En este caso, los pliegos también detallan una serie de artículos que el adjudicatario debe ofertar. Para este servicio se exige que los productos sean de una determinada marca o una equivalente. Así, a bordo del Falcon y del Airbus A-310 se puede llegar a ofrecer agua mineral de Fuensanta, zumo de Don Simon, refrescos como Coca-Cola, Fanta y Aquarius y café de Brasilia o Nescafé. De picoteo, el miembro del Ejecutivo que esté volando en la aeronave militar podrá pedir aceitunas rellenas de anchoas de la marca Serpis o equivalente, almendras de Matutano, un cocktail "exótico" de Eagle o tapeos mexicanos, latinos o medirerráneos.
Entre las bebidas con alcohol, destacan, por ejemplo, el vino Rioja reserva El Puntido o equivalente, vino Ribera del Duero equiparable a Pago de los Capellanes, brandy Carlos I, crema de whisky Baileys, licor de manzana, melocotón o naranja, orujo de hierbas Ruavieja, pacharán Las Endrinas o equivalente, ron añejo Brugal, vodka Absolut o ginebra Chivas, entre otras.
El contrato con Mayoral se suscribió por 40.000 euros para ejecutarse durante buena parte de 2020. Pero también establece la posibilidad de prorrogarse hasta finalizar el 2024 y por un valor total de 200.000 euros. Tal y como reveló El Confidencial, esta licitación por 40.000 euros duplicó los fondos públicos que se destinaban a esta partida en el anterior contrato.
Karl
Obligar a una persona a contribuir con sus impuestos a la propagación de ideas que aborrece (e.g. alcoholismo, y en este caso no sólo la propagación de la idea, sino el acto mismo, que es financiado con sus impuestos) es tiránico. "[..]to compel a man to furnish contributions of money for the propagation of opinions which he disbelieves and abhors, is sinful and tyrannical[..]" ~Thomas Jefferson, esclavista, †1826
Rigoryresponsabilidad
¿Alcohol de alta graduación con mis impuestos? ¡NO!