Felipe VI no está en absoluto contento con el precipitado viaje de su padre a Sanxenxo. A pesar de ello, es consciente de que la tensión entre ambos reyes, transmitida a los medios de comunicación, es perjudicial para la institución. Y, por ese motivo, y también para hablar cara a cara con Juan Carlos I, le ha convocado en su despacho de La Zarzuela para tratar de reconducir la situación.
Según confirman a Vozpópuli personas muy cercanas a Casa Real, en la cumbre de reyes Felipe VI ha transmitido a su padre su opinión sobre el viaje a Sanxenxo y el hecho de que haya priorizado esa visita a reunirse primero con él. También le ha transmitido que no ve conveniente un nuevo viaje a la localidad pontevedresa en apenas 20 días, como pretende el Emérito.
En ese sentido, Felipe VI considera que "las cosas hay que organizarlas bien y sin precipitarse". Además, de cara a las regatas del 10 de julio se espera la presencia de más autoridades, por lo que la presencia del Emérito podría ser problemática.
Reencuentro con Sofía y comida
Más allá de la reunión con Felipe VI, Juan Carlos I se ha reencontrado en Zarzuela con la reina Sofía. Las fuentes consultadas confirman que ambos "han arreglado unos papeles", aunque no especifican cuáles.
Estas mismas fuentes afirman que la infanta Elena, que se trasladó a Sanxenxo para recibir al Emérito, ha actuado de "mediadora" entre sus padres y su hermano. Además, ha sido la encargada de "hacer llamadas" para tratar de cerrar una comida familiar en Zarzuela.
Ese almuerzo, que inicialmente no estaba previsto, finalmente sí se ha organizado, en ese intento, ya citado, de transmitir unidad entre la familia real.
Con ese mismo objetivo, afirman las fuentes consultadas, "ya se han tomado fotos" del reencuentro de Juan Carlos I con su familia. La difusión o no de las mismas dependerá, precisamente, de "cómo acabe la jornada en Zarzuela"
Cibeles
Felipe VI quiere limitar las visitas de su padre a Sanxenxo. Sabe bien lo mucho que le gusta la vela. Cómo le gustaba a él antes de su boda con Letizia. Quiere que su padre venga a España cuando él quiera y que vea las personas que él (y Sánchez) crean oportuno. Una limitación de la libertad de movimiento de Don Juan Carlos