El volumen con el que finalmente se ha dotado al fondo de estabilidad europeo (FEEF), alrededor de los 600.000 millones de euros, es insuficiente si finalmente España e Italia vieran cerrado su acceso a los mercados de capitales. En este caso, tal como ya adelantó Vozpópuli, el FMI se convertiría en el prestamista de última instancia de ambos países.
Detalles del fondo de estabilidad financiera
El Eurogrupo en la reunión de ayer concretó como se articulará el fondo de estabilidad financiera. Sin embargo, el resultado final además de decepcionante sigue dejando muchos cabos sueltos. Para empezar se plantean dos vías alternativas de implementación del FEEF.
En la primera el fondo de estabilidad se dotaría de dos elementos básicos. Por un lado, un vehículo de inversión especial (SPV) en deuda soberana primaria, que en principio solo contaría con la entrada del Fondo Monetario Internacional, ya que los fondos soberanos de países emergentes a fecha de hoy no están por la labor. Se establecen una serie de garantías mediante las cuales el fondo de estabilidad (FEEF) aseguraría las primeras pérdidas en las nuevas emisiones de bonos soberanos, concretamente entre un 20% y 30%.
En la segunda se crearía fondo de coinversión, en inglés Co-Investment Fund (CIF), que sería financiado por capital privado o público, y que invertiría en los mercados de deuda soberana de los Estados miembros, tanto en mercado primario como secundario. Sería una subsidiaria del fondo de estabilidad domiciliada en Luxemburgo con una duración de vida predefinida. Permitiría a los países de la eurozona obtener fondos que podrían dedicarse a la recapitalización bancaria. El FEEF financiaría un primer tramo de pérdidas, en el caso de que se produjeran.
Además se acordó que nivel de apalancamiento del FEEF, es decir, la proporción entre deuda y capital, estaría alrededor de 2,5 veces. Al confirmarse una capacidad efectiva de 250.000 millones de euros, el fondo de estabilidad con ese nivel de apalancamiento se dotaría finalmente de un volumen alrededor de los 600.000 millones de euros, mucho menos del billón de euros que inicialmente estimaba el mercado y totalmente insuficiente si España e Italia tuvieran problemas. Sólo entre la deuda soberana de Italia y España se necesita más de 700.000 millones de euros en los años 2012-2014.
FMI prestamista de última instancia
Por lo tanto, tal como ya adelantó Vozpópuli, el FMI se convertiría en el prestamista de última instancia de Italia y España en el caso de que tuvieran cerrado el acceso a los mercados de capitales. El Fondo les aportaría la liquidez necesaria mediante un paquete de líneas de crédito de 12 a 18 meses acordado con la Unión Europea, y que podría, incluso, ser financiado por el propio BCE. Italia y España, si se cierran los mercados de capitales, pueden llegar a recibir, siempre y cuando lo soliciten, hasta 320.000 millones de euros.