El Gobierno de Pedro Sánchez ya no puede con más frentes abiertos en Hispanoamérica. Crisis con Milei en Argentina por los continuos insultos personales de sus ministros, con Maduro en Venezuela por no reconocerlo como presidente legítimo y con Sheinbaum en México por no enviar representación del Ejecutivo a su toma de posesión como presidenta del país.
Es precisamente en este último en el que España goza de una menor simpatía por parte de sus habitantes. La leyenda negra, promovida por otras naciones europeas a raíz de la conquista de América, es la principal culpable. No así en el resto del continente que, aunque también muestra trazas de esta corriente populista en los políticos locales, no ven con malos ojos a la nación que les procuró la cultura de la que disfrutan a día de hoy.
Los expertos consideran que a corto plazo reducir las tensiones con estos tres gobiernos americanos no es sencillo. Pese a la ausencia de embajador, Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, opina que la crisis diplomática con Argentina es la más fácil de superar al estar relacionada principalmente con cuestiones personales e ideológicas.
Por su parte, Fernando Harto de Vera, profesor de la Universidad Complutense, opina que el desenlace dependerá del “talante” de Milei, cuya personalidad califica de “muy errática”, lo que le hace pensar que no habrá una solución mientras permanezca en el gobierno.
Aunque la tensión se originó cuando España retiró a su embajador tras los comentarios ofensivos de Milei hacia el presidente Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, la situación ha ido calmándose. La canciller argentina, Diana Mondino, afirmó recientemente que, a pesar del conflicto, las relaciones bilaterales no se han visto gravemente afectadas. Además, Buenos Aires agradeció a España la evacuación de tres ciudadanos argentinos de Líbano, lo que evidencia cierta cooperación.
México y la dificultad de normalizar relaciones sin una disculpa histórica
En el caso de México, la situación es más compleja. Según Harto de Vera, el legado colonial español genera tanto pasiones positivas como negativas, especialmente en países como México y Perú. La demanda de una disculpa por parte del rey Felipe VI, planteada inicialmente por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y mantenida por la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, ha dificultado el restablecimiento pleno de relaciones, como se evidenció cuando el monarca fue excluido de la toma de posesión de Sheinbaum.
Este experto sugiere que una disculpa, como la ofrecida por otros países europeos, no debería ser problemática y considera que eventualmente ocurrirá, ya que es un tema pendiente tanto para las excolonias como para las exmetrópolis. Además, resalta que la monarquía española tiene un argumento para ofrecer dicha disculpa, ya que los peores abusos ocurrieron bajo el reinado de los Austrias, mientras que los Borbones implementaron reformas para suavizar los aspectos más dañinos de la administración colonial.
Malamud coincide en que la situación con México es complicada, pero señala que, a pesar del desencuentro durante el mandato de López Obrador, la relación ha funcionado con cierta normalidad, salvo en el ámbito de las visitas de alto nivel.
Venezuela: la crisis más difícil de resolver
Venezuela presenta el mayor reto, según Malamud, debido a las múltiples aristas del conflicto, que no solo involucra a España, sino también a la comunidad internacional. El conflicto con el régimen de Nicolás Maduro está marcado por su enfrentamiento con la oposición venezolana, lo que ha generado desencuentros constantes con el gobierno español, especialmente después de las elecciones venezolanas del 28 de julio, cuyos resultados no fueron reconocidos ni por España ni por la Unión Europea. Además, el apoyo español al candidato opositor Edmundo González ha agudizado las tensiones.
Para encauzar las relaciones, Malamud cree que sería necesario encontrar un camino que permita una transición política en Venezuela, lo cual considera poco probable. Harto de Vera, por su parte, opina que la crisis diplomática solo se superará si la oposición venezolana logra imponerse a Maduro, lo que dependería de la unidad de la oposición, actualmente fracturada.
Finalmente, destaca que, aunque las tensiones políticas son evidentes, las relaciones comerciales y económicas con Argentina, México y Venezuela no corren peligro, salvo en el caso venezolano, donde los intercambios son limitados y se centran casi exclusivamente en el petróleo que importa Repsol.