La irrupción de la plataforma ciudadana Guanyem Barcelona (Ganemos Barcelona), liderada por Ada Colau, exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), y que aspira a impulsar una candidatura con ICV, CUP, Podemos y otros colectivos como Procés Constituent al Ayuntamiento de Barcelona en las próximas municipales, ha puesto de manifiesto la inviabilidad de un frente de izquierdas en Cataluña. La distancia que separa a las fuerzas de un espectro ideológico similar se presumen difícilmente salvables debido al plan independentista puesto en marcha en esta comunidad autónoma.
La iniciativa de Colau, que se presentará en sociedad el próximo jueves 26 de junio, no ha sido acogida con especial entusiasmo por las formaciones invitadas a esta eventual alianza, ni tampoco por otros partidos de la izquierda catalana. Así, desde Esquerra Republicana (ERC) sostienen que lo más importante en los próximos meses es avanzar en el proceso secesionista, por lo que ponen en un segundo plano posibles pactos electorales. En ese sentido, se ha pronunciado, por ejemplo, el diputado de ERC en el Parlamento catalán y candidato a las primarias para la alcaldía de Barcelona, Oriol Amorós, quien ha señalado que las transformaciones sociales que persigue Colau sólo pueden tener éxito "desde una república catalana".
En la misma línea, el secretario general adjunto de ERC, Lluís Salvadó, ha manifestado que "no es el momento de hacer frentes de izquierdas". "Ahora tenemos que centrar nuestros esfuerzos en conseguir la independencia de Catalunya y en esto todavía hay que trabajar mucho", ha remarcado. De este modo, ha considerado que ERC estará dispuesta a estudiar aquellas candidaturas "que sean favorables al derecho a decidir de Catalunya y a impulsar políticas progresistas". Colau todavía no ha apoyado claramente la independencia.
En el seno de la CUP hay quienes han bautizado la postura del partido de Pablo Iglesias sobre el 'caso catalán' como una "segunda Tercera Vía"
Por otro lado, la inclusión de ICV en esta entente incomoda a la Candidatura d'Unitat Popular (CUP). El diputado Quim Arrufat ha señalado que "conocemos quienes son los que han gobernado los ayuntamientos en los últimos diez o veinte años y nos cuesta entender que puedan figurar en este tipo de candidatura contra el status quo y contraria a las políticas llevadas a cabo hasta ahora en las instituciones".
Desde ICV, su dirección ha evitado hablar de compromiso alguno con Guanyem Barcelona y se ha limitado a mostrar su voluntad de remar a favor de dicha iniciativa siempre y cuando "coincidamos en el diagnóstico". Su portavoz en el Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà, acudirá al acto del jueves, pero esta presencia no implica que el sí quiero de ICV al proyecto de Colau esté a la vuelta de la esquina. "Todavía es prematuro", insisten.
Otro de los actores en escena, el partido de Pablo Iglesias, también es visto con recelo por los partidos secesionistas. En el seno de la CUP hay quienes conciben a Podemos como una variante del PSC y han bautizado su posición sobre el caso catalán como una "segunda Tercera Vía". El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense se ha pronunciado en contra de la independencia de Cataluña (aboga por "seguir construyendo juntos"), pero, al mismo tiempo, ha dicho estar a favor del derecho a decidir de catalanes y vascos en una consulta. Una postura muy próxima a la del ala más catalanista del PSC. Desde Podemos y Procés Constituent esperan al jueves para conocer más detalles de Guanyem Barcelona y darán respuesta tras escuchar a sus simpatizantes.
Una apuesta más allá del plano local
El manifiesto fundacional elaborado por la plataforma de Colau elige Barcelona como laboratorio de su proyecto porque "es un espacio decisivo para impulsar la rebelión democrática que hace falta", ya que cuenta, continúa el texto, con un gran tejido asociativo y el impulso no sería solo un fenómeno meramente local, sino que conectaría con el conjunto del Estado y Europa.
Este colectivo aboga además por una democracia descentralizada, la elección directa de los concejales de distrito, controles sociales sobre los presupuestos y que las iniciativas y consultas ciudadanas tengan peso en las decisiones municipales.