España

Interior gastará 1,1 millones en levantar una casa cuartel en el pueblo donde veranea el ministro

Jorge Fernández Díaz acude este sábado a colocar la primera piedra a Fitero (Navarra), cuya anterior instalación de la Guardia Civil fuera cerrada hace 23 años. De esta localidad es natural el padre del político, vive su madre y él acude regularmente a su balneario

  • Jorge Fernández Díaz, en una visita a un acuartelamiento de la Guardia Civil.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, presidirá este sábado la colocación de la primera piedra del nuevo cuartel de la Guardia Civil en la localidad navarra de Fitero. Un acto en el que, además de por la presidenta del Gobierno foral, Yolanda Barcina, y otras autoridades regionales, el ministro estará acompañado de la polémica. ¿El motivo? Esta será una de las dos únicas casa cuartel cuya construcción acometerá su departamento este año (la otra es en la provincia de Sevilla) y se levantará, precisamente, en un municipio con el que Fernández Díaz tiene estrechos lazos familiares: su padre es natural de este pueblo de 2.300 habitantes, donde su madre reside y al que el propio ministro acude regularmente para utilizar el balneario de la localidad, sobre todo en verano. Es la nueva polémica de un ministro sacudido recientemente por la muerte de 15 inmigrantes en Ceuta y la condecoración policial concedida a la Virgen del Amor.

Interior insiste en la necesidad de reforzar la seguridad de la zona pese a que ya hay dos casas cuarteles a sólo 3 y 6 kilómetros de distancia 

Según denuncian a este diario altos cargos del propio Instituto armado, la utilidad del nuevo acuartelamiento es "más que discutible", ya que en dos localidades cercanas, Cintruénigo y Corella, situadas a sólo 3 y 6 kilómetros respectivamente, ya existen instalaciones de la Guardia Civil. Además, destacan que el dinero que va a invertir Interior en levantarlo, 1,1 millones de euros como reconoció el propio ministro cuando anunció el pasado otoño el proyecto, "pueden y deben dedicarse a suplir otras carencias de material que sufren las unidades por culpa de la crisis". Los únicos que parecen conformes con las obras son el alcalde de Fitero y senador por UPN, Francisco Javier Yaguas, y una parte importante de los vecinos del pueblo, que en 1991, cuando se cerró el anterior cuartel por orden de Luis Roldán, salieron a la calle para protestar por la decisión del entonces director general del Instituto armado.

El proyecto de construcción se puso en marcha el pasado 28 de octubre, cuando Fernández Díaz también acudió a Fitero a firmar con el primer edil el convenio por el que el municipio se comprometía a ceder gratuitamente 2.133 metros cuadrados para levantar la casa cuartel. En aquel acto, en el que el alcalde llegó a calificar al ministro como "el gran valedor de Fitero en Madrid", éste anunció ya la millonaria inversión aunque "los tiempos no están para muchos gastos". También destacó que las instalaciones estarían terminadas en la primavera de 2015 para ser ocupadas por los 15 agentes y sus familias que la Dirección General de la Guardia Civil tiene pensado destinar. Cuando el anterior cuartel fue clausurado hace 23 años, la dotación era menor: sólo nueve agentes.

Entonces, el anuncio ya provocó protestas. Por un lado, de la izquierda abertzale, que aprovechó el proyecto para plantear "un debate sobre el modelo policial en Navarra". Pero también en el seno del propio Instituto Armado, donde la asociación que actualmente representa a mayor número de agentes, la AUGC, se mostró totalmente contraria a la reapertura de un puesto que en su día fue cerrado "por inoperativo". Esta asociación se llegaba a preguntar cómo era "posible que se quiera abrir un cuartel con toda la crisis que está sufriendo el país" y apostaba por "la reestruturación de unidades para ahorrar dinero al erario público". Para la AUGC, los 15 agentes anunciados como plantilla de Fitero serían de mayor utilidad reforzando los puestos cercanos.

Al nuevo puesto serán destinados 15 guardias civiles con sus familias. En 1991, cuando fue cerrado el anterior cuartel, sólo lo ocupaban nueve agentes

Ya entonces, los críticos con el proyecto resaltaban la existencia de una estrecha relación entre el ministro del Interior y el municipio navarro. De hecho, el padre de Fernández Díaz era un militar nacido en esta localidad a la que los distintos miembros de la familia (el titular del departamento es el segundo de diez hermanos) acuden siempre que pueden. De hecho, su madre vive en la residencia de Fitero y sus hijos, incluido Jorge, pasan temporadas, sobre todo en verano, en una localidad que es famosa por el balneario de aguas medicinales y un monasterio. Además, es frecuente ver al ministro en los diversos actos sociales que tienen lugar en el pueblo, donde ha acudido a presentar libro de un historiador local y a desfilar en la procesión como uno más de las autoridades que acompañan la comitiva religiosa.

Interior ha intentado en estos últimos meses desligar la construcción de la casa cuartel de esta fuerte vinculación de su máximo responsable. Desde el Ministerio se insiste en que es una necesidad reforzar la seguridad de una localidad que atrae a numerosos turistas por sus aguas termales, además de que la presencia de la Guardia Civil puede servir para animar a algunas empresas a asentarse en un municipio que vio en 2011 como cerrada la empresa textil que daba trabajo a más de un centenar de habitantes del pueblo. Para justificar la decisión el propio ministro también ha esgrimido la movilización que se registró en 1991, cuando hubo una manifestación y se recogieron cerca de 2.000 firmas en contra del cierre ordenado por Roldán. Hoy, con la colocación en persona de la primera piedra, Fernández Díaz quiere demostrar que el proyecto para levantar una casa cuartel en el pueblo que veranea no tiene marcha atrás.

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